Capítulo 11

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—Stevie, Steve, tierra llamando a Steven —repitió Bucky por tercera vez mientras colocaba unas copas y cubiertos sobre la barra de cocina.

—¿Eh?, no gracias, Buck —respondió el menor.

—¡Pero si no te he ofrecido nada! —riéndose del estado en el que se encontraba su amigo—. ¿Me dirás ahora lo que te pasa?, desde ayer andas en las nubes —apoyando sus brazos en el borde.

—No es nada realmente, solo... recordaba algo —entintando inmediatamente sus mejillas.

—Así que un recuerdo eh —mirándolo con sorna—, ¿y de casualidad tiene algo que ver con Tony Stark?

La sola mención de su nombre lo hizo casi tirar el cucharon y salpicar su mandil con la crema que estaba preparando, lo que provocó una pequeña risa en el Alfa.

—Al parecer tenía razón.

—Yo no sé de qué hablas —limpiando rápidamente el desastre que había causado, evitando la mirada de su amigo.

—¡Vamos Stevie!, se nota a kilómetros que el "Sr. Stark" te gusta —poniendo cara de "es obvio".

—¿De verdad? —sonrojándose furiosamente—, no era mi intención que se notara —preocupándose, ¿se habría dado cuenta el Sr. Stark?, esperaba que no, sería muy vergonzoso si ese era el caso.

—Tranquilo, supongo que para mí es evidente ya que te conozco de toda la vida —dijo para tranquilizarlo.

—Eso espero —suspirando aliviado.

—Y entonces...

—Nada, es solo que creo...digo creo porque la verdad no estoy seguro, pero creo que ayer pude percibir las feromonas del Sr. Stark, fue por un breve momento, pero estoy casi seguro de que el aroma le pertenecía —rememorando lo sucedido la tarde anterior:

Al sentir como el abrazo se iba rompiendo, por instinto expresó su disgusto y pegó más su cuerpo al suyo, se sentía demasiado bien como para abandonar la sensación, frotó su nariz al pecho del mayor, intentando llenarse de aquel agradable aroma, lentamente fue subiendo su rostro hacia el cuello del castaño guiándose con su olfato hacia donde creía se encontraba la fuente del olor y solo cuando escuchó su voz llamarle, volvió a la realidad.

—St...Steve

Abrió los ojos de golpe, encontrándose con unos orbes avellana un poco oscurecidos frente a él, su corazón empezó a latir más de prisa mientras sentía como el calor recorría todo su cuerpo hasta instalarse en sus mejillas, se separó rápidamente del hombre, aunque al hacerlo sintió como algo dentro suyo tiraba en la dirección contraria.

—Yo... yo...—quería que la tierra se lo tragara.

—Yo... —aclarándose la garganta—, espero que te guste el regalo —pasando gentilmente su mano por sus rubios cabellos.

—Si, muchas gracias —mirándolo apenado—, yo..., es mejor que me vaya, nuevamente, Feliz Navidad Sr. Stark, espero que estos días los pase muy feliz —tomando rápidamente su mochila del piso.

—Si, tu igual Niño, nos vemos —mirándolo ir hacia la puerta, extendiendo su mano en auto reflejo y dando un paso hacia él, pero conteniéndose enseguida, ¿qué ganaba con detenerlo?

—Hasta luego —dijo volteando y sonriéndole mientras apretaba el regalo contra su pecho para después salir corriendo.

—Si... hasta luego —respondió por lo bajo, aun sintiendo la imperiosa necesidad de detenerlo.

Steve corrió rápidamente hasta la cocina, intentando eliminar esa extraña corriente eléctrica que le recorría todo el cuerpo, se despidió con prisa del Sr. Edwin deseándole felices fiestas y salió a toda prisa de la mansión, apretando fuertemente el paquete entre sus manos pues creía que en cualquier momento el corazón se le saldría del pecho y no fue hasta que estuvo en la comodidad de su hogar que aquella sensación desapareció.

IN HIS BLUE EYES - PRIMERA PARTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora