Contigo

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Jungkook se talló los ojos con fuerza, viendo al césped. Respiró profundo mientras la sombra se hizo más grande y pudo sentir a alguien a su lado.

— Jungkook —. La mención de su nombre en ese timbre tan delgado le heló la sangre, giró su cabeza lentamente, con todo y su maquillaje derretido, sintiendo súbitamente una vergüenza cuando el rubio chico le regaló una sonrisa.

— Jimin —. Le temblaron los labios, el chico de chaqueta de cuero se paró al lado de él.

— ¿Puedo sentarme?

Jungkook asintió, acto seguido sintió el cuerpo extraño rozar con el suyo; pero a diferencia de otros, este causo que su estómago estallara en millones de sensaciones. Jimin sólo respiró profundamente, mirando en la misma dirección que Jungkook al cielo, luego al chico nervioso a su lado.

— Llegaste —. Jungkook se sintió estúpido al instante por haberlo dicho de forma tan patética.

— Te dije que vendría, y que bueno que lo hice —, Jungkook lo volteo a ver — me habría perdido de ese espectáculo de allá adentro.

Jungkook se sonrojó por completo Jimin lo había visto reaccionar de forma tan violenta. ¿Ahora qué demonios pensaría de él?

— Yo...lo siento —. El más joven se disculpó tallándose las muñecas.

— ¿Qué dices? — Jimin le reprimió — Esa mierda fue fantástica, y el tipo se lo merecía totalmente...

Se miraron un momento a los ojos y Jimin soltó una pequeña risa.

— Pero no debí pegarle, eso está mal —. Jungkook apeló, tratando de comprobar lo mala persona que era, y, por lo tanto, lo poco que merecía estar sentado ahora en calma mientras que Taehyung probablemente estaba todavía adolorido.

— Si lo quieres ver así —, Jimin recargó su brazo detrás de la espalda de Jungkook, haciendo que este se quitara del respaldo de inmediato, temeroso porque el otro le sintiera estremecerse con cada palabra que salía de sus labios — pero si no lo hubieras hecho tú, yo habría sido el que le partiera su madre.

Jungkook soltó un suspiro, Jimin le sonrió dulcemente, viendo cómo se asustaba por sentir su mano en la espalda. Al ver lo nervioso que estaba decidió que lo mejor era quitar su brazo por completo, pero para su sorpresa Jungkook tomó su mano y la envolvió en sí mismo, acurrucándose en su hombro.

— No.

— ¿Qué? — Jimin preguntó clamado, acostumbrándose al apretón tímido del otro chico.

— N-No me sueltes.

Jimin sintió que su corazón estaba a punto de explotar, acercó su cabeza a la del otro y respiró profundo. Olía a vainilla.

Se quedaron un momento así, con Jimin sobándole el hombro disfrutando del chico en su pecho, estupefacto de como cambiaba de un momento a otro cada que estaba con él, le hizo sentir feliz el hecho de pensar que tenía ese poder sobre él, único, que ese estúpido chico ebrio desearía robarle.

— Es una lástima que no tengamos música, la noche es bonita hoy —, Jimin soltó en un suspiro, Jungkook asintió — aunque...podrías cantar para mí.

Jungkook levantó la cabeza para verlo a los ojos, todavía sonrojado y con los cráteres en sus mejillas, iluminados por su gemela en el firmamento.

— ¿Yo? — preguntó, Jimin asintió.

— Cantas hermoso, me gusta escucharte —. Jungkook bajó al cabeza en una risa incrédula.

— Estas mintiendo... — Jimin levantó su barbilla con dos dedos, con cuidado para que el gesto resultara dulce pero firme.

Cercanos - JikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora