Lejos

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— Sigo sin creer que todo esto haya pasado, quiero decir, qué mierda... — Suga comentó por tercera vez en la noche.

— Lo sé, es terrorífico —. Hoseok le dió la razón mientras bebía, aún demasiado despierto como para dejar de hablar sin parar.

Era una reunión pequeña: tan solo Jin, Hoseok, Suga, Jimin y Jungkook en la mesa. Ninguno preguntó por el segundo amigo del café, ni tuvieron por qué después de que Jin recibiera un mensaje de texto con tono borracho diciendo que no lo buscaran por al menos tres días.

Los amigos restantes habían bebido, comido y bromeado. Era lindo llegar a conocer más a el novio de su mejor amigo; descubrieron, sorprendidos, a alguien extrañamente solitario, sin un mejor amigo. Su vida era muy obstruida por todas las expectativas que se gastaban en él por culpa de su padre. Sin muchos detalles, se habló de familia, del trabajo actual y lo jodido que era el medio tiempo, los obstáculos económicos y claro, anécdotas de Jungkook para rematar la noche.

Estas últimas habían sido tan vergonzosas que el más joven había tenido que terminarse tres botellas de soju para soportar a sus amigos hablando sobre toda su vida; no obstante, no logró emborracharse, sino quedarse ligeramente dormido en sus manos, maldiciendo su resistencia al alcohol.

— La vida tiene sorpresas —, Jin dijo, girando la copa en sus manos llena de vino tinto —, lo único bueno es que ya no tendremos a Jungkook sufriendo más.

— Eso lo veremos —,Suga dijo, mirando al rubio seriamente—, porque si lo hace no tendré más remedio que matarte.

Jimin rio por el comentario, pero Hoseok lo calló.

— No, habla en serio. Hasta tiene lugares anotados perfectos para esconder cuerpos, es de hecho aterrador.

— Beneficios de criminología —. Suga sonrió.

Jimin se quedó helado en su asiento. Todo esto era nuevo para él; las bromas pesadas, los chistes internos, calidez familiar a pesar de estar con un montón de personas con las que no había hablado nunca, pero que en menos de cuatro horas se habían convertido en casi sus hermanos por todo lo que significaban para Jungkook. Pensó para sí mismo que su novio no había podido elegir a mejores personas para acompañar su vida, e internamente deseó haber llegado antes, antes de que tuviera que salir tan pronto.

— ¿Jimin, estás bien? —. Hoseok llamó, Jimin levantó la vista en una mezcla de perturbación y felicidad.

— Woa, tranquilo, era solo una broma —. Suga dijo exaltado, causando que el rubio riera mientras se tallaba la cara.

Jin no respondió más que con una respiración, dejando a casi todos confundidos.

— En fin —, dijo el mayor para calmar un con el ambiente — ¿Ya saben ustedes que harán cuando se gradúen?

Para responder, hubo una pequeña vacilación. Hoseok se recargó en la silla tranquilamente mirando el cielo.

— Para mi hay una vacante como maestro de preparatoria —, Hoseok respondió, Jin levantó una ceja — como mi padre ha sido profesor ahí toda su vida me considerarán, si todo sale bien y logro tener contactos, en cinco años podré ir a la universidad cercana.

— ¿Y te gusta eso? — Jin preguntó.

— Eso dice él —. Suga respondió por su amigo con cara de asco, ganándose un golpe del pelirrojo.

— ¡Claro que me gusta! — Hoseok gritó ofendido — Los jóvenes son el futuro, y siempre que los veo parecen los más miserables...me gustaría que vieran la vida de mejor manera.

— ¿Y lo lograrás como maestro de literatura? — Suga dijo a propósito, ganándose otro golpe.

— También de Inglés, genio —; Hoseok cambio totalmente a una sonrisa al mirar a Jin, asustando a todos menos a sus dos amigos que sabían lo bipolar que podía llegar a ser — quiero hacer algo por ellos.

Cercanos - JikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora