Oficial

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Suga rompió con su novia tres días desde que Jimin se fue, y sin embargo Jungkook no se pudo dar cuenta. De hecho, se sorprendió más de lo que le hubiera gustado admitir cuando Suga casualmente lo mencionó durante el desayuno, casi como si la noticia fuera de tanto auge que no necesitaba una explicación. Era entendible, a nadie le gustaba la quejosa Rubí de todos modos.

No obstante, aun así, se vio en la necesidad de pedirla, solo para poder verse de nuevo involucrado en la abandonada vida de sus amigos. Como respuesta solo obtuvo un "Estabas muy ocupado con tu propia tristeza como para darte cuenta."

Tal vez. Jungkook miró al chico a su lado, sus cabellos despeinados bailando entre sus mejillas mientras hacia su mejor esfuerzo por presentarse de la manera más correcta. Claro, ese era el entretenimiento principal de su fragilidad; porque realmente hasta ese momento nadie, incluido el propio Jeon, sabía que estaban juntos. Solo formalidad adjunta a las palabras que había escupido hacia apenas media hora, un hechizo mezquino a su decisión.

Porque, de hecho, si Jungkook se detenía un momento a pensarlo no estaba seguro de si Jimin lo quería del todo; podría haber dicho que tenía mucha seguridad, pero esa seguridad solo era palpable en palabras, creencias, disculpas en la madrugada y sabores orales.

Sin embargo, parecía más como una ilusión únicamente suya: todos en la mesa seguían hablando hábilmente entre el desayuno, compartiendo algunas anécdotas vergonzosas que él no podía detener a corregir. Su cabeza daba vueltas y sentía que era inútil pensar en sus palabras cuando dijo que estaban juntos, aún si no podía sacarse el dolor por el hecho de que en retrospectiva nunca lo había comentado, o preguntado.

— Jeon —. Jungkook levantó la vista por el llamado repentino, mirando como todos en la mesa tenían sus ojos en él — ¿estás escuchando?

— Está feliz porque su —, Hoseok vaciló con una sonrisa pícara — novio, está escuchando toda su vida de malas lenguas.

El más joven volteó hacia Jimin que le dedicó una sonrisa antes de estirar la mano y tocar su cabello.

— Perdón por poner tu reputación en riesgo, Kookie — Hobi dijo, pero Jungkook solo podía seguir la vista de Jimin.

— Tu debes estar de acuerdo, Jimin, en que nuestro Jungkook es el ser más extraño y torpe de la tierra — Suga se mofó y el objetivado le lanzó una mirada asesina por un instante, antes de que la yema de tres dedos se devolvieran al trazo sobre su piel, distrayéndolo de cualquier comentario.

Jimin suspiró.

— Aun así, — empezó con su voz mañanera que mandó electricidad por todas las espaldas presentes — sigue siendo hermoso.

Jungkook fijó sus ojos en él un momento, sintiendo su toque como una obra de fantasía, hasta verlo acercarse a besarle la nariz dulcemente, dejándolo sin aliento.

— Mierda, mi diabetes —, Suga dijo y todos menos Jungkook soltaron una risa — ustedes dos sí que son un verdadero milagro de la naturaleza.

— Cierto —, Hoseok asintió — desde ahora creeré que los sueños se vuelven realidad.

Jimin rio un poco y volvió a su conversación, dejando que su mano cayera hasta la rodilla ajena a su lado, apretándola después de un momento. Jungkook quedó en trance por el resto del desayuno, apenas probando bocado; pues esa mano le hacía tropezar cualquier movimiento por más que intentara aparentar que estaba bien. 

Una estática en sus oídos le impidió concentrarse en cualquier cosa más que comer; solo fue capaz de mover la cabeza y reír cada que sus amigos lo hacían ante cualquier cosa tierna o graciosa que salía de sus bocas. Le hubiera gustado escuchar y estar presente, pero todo seguía en tiniebla, como un sueño que se transformaba sin figura alguna.

Cercanos - JikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora