Mañana

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Jungkook se apresuró a servir café a la mesa diecinueve sin acostumbrarse todavía a ir de aquí a allá con bandejas llenas de cosas sin derramar nada. La verdad era que eso no era lo suyo: normalmente estaría detrás del mostrador sirviendo clientes y arreglando trastes o máquinas pero Nayeon, una de las meseras vespertinas, se había roto el tobillo y no había ido a trabajar.

La verdad era que el día era agotador, pero al menos mantenía la mente de Jungkook ocupada porque de otra manera no habría podido a ver absolutamente nada por los nervios de esa noche. Era mejor distraerse recogiendo cuentas y limpiando mesas que pensar en otras cosas.

Además, Taehyung estaba ahí. De la fiesta sus encuentros habían sido breves y un tanto incómodos; Jungkook recordaba las palabras de Taehyung y trataba de convencerse de que nada de eso había sido intencional, sino producto del alcohol, y se sentía culpable; sin embargo, por las miradas de odio de Taehyung y sus groserías a propósito como no deshacer bien los vasos o poner las órdenes equivocadas a nombre de clientes equivocados (que perfectamente le podría valer el despido) lo hacía arrepentiste.

Jin, mientras tanto, disfrutaba de su periodo libre después de haberse especializado en cardiología. Tranquilo y sin prisas, había presumido en todos lados el haber terminado, y el estar planeando más planes a futuro con su novia, que tenía familia en el extranjero.

Cuando dieron las siete Jungkook por fin pudo relajarse un poco, recibiendo agua de sus compañeras que salía aprovechando su descanso mientras se quedaba sentado en una de las mesas sin preocupación inmediata, esperando que el reloj diera las nueve para poder huir a su hogar y mandar a sus Hyungs a dormir o afuera o...

Hey yo! Jay in the houseu! —Un grito desde la Puerta llamó la atención de todo el mundo, pero fue callado con un golpe en la cabeza— ¡Oye! —El chico pelirrojo se volvió para ver al pálido detrás de él.

— No es una puta fiesta, entra con modo —El pelirrojo rodo los ojos.

— Tu siempre eres así, avergonzándome frente a los compañeros de Kookie...

Jungkook se levantó de su lugar ignorando las miradas confundidas de sus compañeros, que salían a ver qué era lo que estaba sucediendo.

— Hyung, ¿qué están haciendo aquí? —Preguntó lo más discreto que pudo.

— Venimos a... —Hoseok puso una mano sobre la boca se Suga para callarlo.

— Venimos a asegurarnos que no te vuelvan a obligar a regresar a casa a las tres de la mañana —Jungkook se llenó de panco mientras Hoseok soltaba un chillido de asco, mirando a Suga con reproche— ¿Acabas de lamerme la mano?

Suga le levantó una ceja ganadora.

— ¿Jungkook? —Jin se aclaró la garganta y el mencionado de giró, caminado hacia el mostrador.

— Oh sí —Respiró ansioso y sus amigos lo siguieron— Seokjin Hyung, Taehyung; ellos son Suga y Hoseok, mis mejores amigos.

Todos se saludaron con una reverencia y una sonrisa amplia, a excepción de Suga que estaba más interesado en explorar el lugar y adivinar si cumplía con los requerimientos de sanidad legales en la industria.

— Mucho gusto, que sorpresa, Jungkook nunca había mencionado que, bueno...

— Tenía amigos —Taehyung terminó la oración de Jin antes de que las cosas se volvieran incómodas.

— Oh bueno eso no nos sorprende, de hecho dudábamos de si realmente alguien trabajaba aquí además de él —Hoseok comentó, causando que los demás rieran.

— ¿Van en la universidad? —Jin preguntó; Hoseok infló el pecho con orgullo a punto de decir algo, pero siendo interrumpido por Suga, quién lanzó un comentario en el tono sarcástico que sabía que Hobi no entendería.

Cercanos - JikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora