| un corazón confundido |

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Estaba en una situación incomoda, me encontraba en medio de Hershel y Maggie para hablar sobre mi ahora familia, para contarme como me perdieron y el como esto acabó con la salud de su madre, bueno, nuestra madre.

Mezclaba el café en ligeros movimientos circulares mientras veía de vez en cuando el álbum de fotos que me pusieron frente a mi donde mostraba fotos mías de bebé junto con la señora Grenne. Las miradas de Hershel y Maggie estaban fijas en mí para analizar mis gestos.

- señor Hershel, ¿está usted seguro de que yo soy Amber? - pregunté a la vez que dejé la taza de café en la mesa. Él asintió.

- tienes un lunar en la nuca justo en donde Amber la tenía. - habló Maggie. - además, tus ojos color miel son gracias a mi madre y tu cicatriz en el tobillo te la hicieron en el hospital.

- ¿por que siento que saben todo eso por que me revisaron cuando estaba herida? - susurré. Suspiré y me levanté de la mesa para ponerme de rodillas frente a Hershel, metí mi cabello detrás de mis oreja, le miré y sonreí levemente. - no quiero que se sienta mal, señor Grenne pero, no creo poder decirle padre por que no me crío usted.

- no importa pequeña. - contestó devolviendome la sonrisa. - lo único que me importa es que por fin te encontré, hija mía.

Sentí lastima en ese momento, sabía muy en mis adentros que jamás me iba a considerar como parte de su familia por mucho que ellos lo intenten.

- Alexandra. - continuó. - eres una Grenne y una Henderson, no tienes que decidir por cual familia quieres encajar. Ambas seremos tus familias si así lo deseas.

- gracias, Hershel. - me cautivó su respuesta, no me estaba obligando a pertenecer entre ellos y realmente se ganó mi corazón. - si me disculpan debo ir a caminar un poco.

- espera. - me detuvo Maggie. - ten, es tuyo técnicamente.

Me extendió el collar en forma de corazón que anteriormente sostenía cuando me reveló esto.

- era de nuestra madre. - lo acepté, así como tenía parte de mi hermano tendría la de mi mamá biológica.

Me lo coloqué antes de salir de la casa encontrándome con el grupo hablando cobre el chico que habían salvado cuando fueron por Hershel.

No quise escuchar la plática de igual forma cada que me acercaba a Rick, este se alejaba. No quería que se sintiera incómodo frente a los chicos así que fui a dar una vuelta, ya después le preguntaría a Glenn sobre aquel jóven al que tenían encerrado.

Conforme caminaba me sentía en paz, el viento tocaba mi rostro y despeinaba mi castaño cabello, me dejé llevar por la naturaleza cerrando los ojos, respirando lentamente, pero todo fue interrumpido al sentir una mano tocar la mía, abrí mis ojos y miré a mi derecha donde se encontraba Daryl.

Me solté de su agarre con brusquedad.

- Alexa, no lamento lo que le hice a Austin. - pronunció. - créeme que fue la mejor opción para él.

- no me molesta que hayas matado a mi hermanito, Daryl. Literalmente ya no era él. - dije quitando mi cabello de la cara gracias al aire. - lo que me molestó fueron dos cosas, uno, que te hayas puesto del lado del bastardo de Shein y dos, no me diste a elegir, ni siquiera me dejaste procesar lo que vi. Decidiste matarlo, sin ni siquiera pensar en cómo me sentiría después.

Agachó la cabeza de la culpa, suspiró para segundos después mirarme de nuevo, intentó tocar mi mejilla pero me aparté.

- ¿donde está el Daryl que quería protegerme? - cuestioné. - me confundes, Dixon. Dices y prometes que me vas a cuidar ante todo pero no sabes que tus palabras y acciones son las que me están haciendo daño.

Scary Love | Daryl DixonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora