| día 278: Lori |

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Alexandra.

- es imposible. - dije conforme daba vueltas en círculos frente a mi hermana Maggie. - no puede ser, que tonta fui.

- no es tu culpa, Alexa. Esas cosas suelen pasar. - la miré con repudio, ella entendió y si quedó callada.

- ¿como les diré? - pregunté mientras enredaba mis dedos en mi cabello.

- espera un segundo. ¿Les? - Maggie me detuvo tomándome de los hombros. - ¿son dos?

- no, mensa. Yo sé de quien es la culpa pero ¿como le diré a Daryl? - suspiré estresada. - fui una descuidada de mierda.

Me senté en la cama que compartía antes con mis hermanas y con lastima la castaña se sentó junto conmigo. Sobaba mi espalda a la vez que sacaba pequeño sollozos ante el miedo de una ruptura.

- dejemos ese tema para luego, hermana. - sugirió. - lo que importa es que te cuides, debes tener más cuidado del que ya tienes.

- lo sé, esto pondrá en peligro mi vida y Daryl lo va a odiar si me llegase a matar. - Maggie sabía que tenía razón, estos días que han pasado Daryl ha estado más cariñoso que nunca y ciertamente nos hemos vuelto más cercanos.

- tú tranquila, por el momento no dirás ni una sola palabra hasta que encontremos una solución. - asentí no muy convencida. - tendremos que decirle a papá.

- no, todo menos eso. ¿Estas loca? - ella iba a responderme pero la llegada de Lori nos hizo callar.

Dejé a solas a Maggie y a Lori para salir a caminar al patio y pensar mejor las cosas, todo iba bien hasta que escucho mi nombre en forma de gritos desde la prisión.

Corrí con desesperación para llegar a donde se escuchaban, busqué a Carl y cuando lo encontré lo tomé de la mano. Caminantes habían invadido nuestro ahora hogar, no sabíamos como lo lograron pero lo importante en ese momento era escapar para no ser mordidos y rasguñados.

En el camino nos encontramos a Lori sin la presencia de mi hermana. Ambas entendimos la situación y corrimos hasta una sala donde al encerrarnos las contracciones de la futura madre se intensificaron.

Maldije en mi interior ya que no sabía como recibir a una criatura, al menos no de la manera en la que mi padre o Carol sabían.

Pero tenía que hacer algo, le pedí a Lori que se recostara, se quitó el pantalón y pujó como podía, no ocurrió nada. No podía ver la cabeza del bebé.

- maldita sea. - me quejé. - Lori, yo, yo no lo veo, creo que no está en posición.

- entonces, deberás hacer una cesárea. - negué con la cabeza en repetidas ocasiones, negándome a abrir su vientre, si lo hacía tal vez ella... - tienes que hacerlo Alexa, es la única manera.

- yo, yo lo sé pero...

- no hay otra opción. - decretó. - cuida a Carl... y dile a Rick que lamento que el bebé no sea de él.

- perdón, Lori. Perdóname por iniciar una relación con Rick... me mentí a mi misma que lo amaba... lo lamento tanto. - ella sonrió. Sin decir ni una sola palabra pude entender que me había perdonado.

Abrazó a Carl como despedida mientras lloraba sin control, esa sería la última vez que abrazaría a su hijo. Yo también derramé un par de lágrimas cuando vi el dolor adueñarse de los ojos del pequeño Grimes. Este mismo sacó un cuchillo de su pantalón y me lo extendió, lo tomé para acercarlo con temor al vientre de Lori.

- Lo siento. - no pasó ni un segundo que me disculpé y con presión corté el vientre. Los gritos de dolor de Lori inundaron la habitación, Carl rogaba a la vez que yo hurgaba dentro de Lori para sacar al bebé. La mamá de Carl dejó gritar, sabía lo que significaba pero en mi mente lo había ignorado para no derrumbarme.

Saqué a la bebé y le di pequeñas palmadas en la espalda tratando de hacerla llorar, cuando por fin lo hizo un alivio invadió mi cuerpo. Su hermano me extendió su chaleco para poderla tapar.

- Carl... - pronuncié pero él me detuvo sacando su pistola.

- es mi mamá. - dijo. - no quiero que vuelva en un caminante.

- no tienes que hacerlo tú. - Carl negó con la cabeza.

- soy yo el que lo tiene que hacer, Alexa. - me dio la espalda dandome a entender que debía salir, me tomé un par de segundos y después salí para fijarme si no había algún zombie entre nuestra zona.

Al escuchar el disparo y verle volver con un gesto serio me di cuenta que desde ahí ya no sería igual, había destruido su última pizca de su niñez. Algo que lamente mucho.

【...】

Dejé ir a un Rick destrozado con la noticia del fallecimiento de su esposa y madre de su único hijo. Entre nosotros había surgido una discusión algo elevada que no terminó muy bien del todo.

Me senté en las escaleras de una torre de vigilancia y lloré todo lo que pude, la noticia que podría afectar mi vida, la muerte de Lori y el como se iba a convertir Carl eran cosas que me hicieron llegar a mi limite, siempre he tratado de no llorar por la vida que ahora tenemos pero no todo el tiempo tengo que suponer ser alguien que realmente no soy.

- por fin te encuentro. - la voz de Daryl me hizo limpiar rápidamente mis lágrimas que corrían por mis mejillas. - voy a ir a buscar formula para la bebé... Alexa, ¿estás bien?

- claro que estoy bien, Daryl. Como si nada hubiera pasado. - reí sarcásticamente. - como si no tuviera cosas en mi cabeza que me están torturando.

- ¿por que siempre eres así?

- ¿así cómo, Daryl? - me estaba molestando, otra vez.

- ¡así, ahora que estamos juntos no dejas que te ayude!, ¡es como si yo fuera un puto mueble! - rodé los ojos, que momento más perfecto como para empezar una discusión con mi ahora novio. - ¡eres una jodida egoísta!

- ¡¿egoísta?! ¡Tienes que estar bromeando! - me levanté de donde estaba sentada. - mira Daryl ahorita no me encuentro de ánimos para discutir con alguien que no entiende.

- entendería si al menos me dijeras que te pasa. - dijo con una muy clara molestia. - ¿sabes qué? Mejor me voy a buscar la leche de la bebé, luego hablamos.

Vi como salió por la puerta azotandola en el paso.
Me dejé caer nuevamente en la escalera donde minutos atrás estaba sentada y dejé sacar un grito por el estrés, lancé el cinturón que me dio Rick para mis armas a la pared con fuerza y tapé mi rostro con las palmas de mis manos.

- ¿así es como tratas mis regalos? - preguntó Grimes entrando por la puerta con los ojos rojos de tanto llorar.

- no quiero discutir contigo otra vez, Rick. - dije con una enorme frustración.

- yo sé que no, pude escuchar el como tú y Daryl gritaban. - dejé escapar un suspiro, enredé un poco mi cabello y miré a la pared como si eso fuera más interesante. - ¿qué te ocurre, Alexandra?

- no me pasa nada. - contesté.

- no me voy a ir de aquí hasta que me digas, Grenne. - mis ojos fueron a parar a los de él, tenía que hablar con alguien, vaya coincidencia que sea con el culpable. - voy a preguntar otra vez. ¿Qué te ocurre?

- Rick... - tomé aire para mis siguientes palabras. - estoy embarazada.

Scary Love | Daryl DixonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora