| ya nada será igual |

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Rick Grimes corría por Woodbury con una Alexandra Grenne moribunda escapando de aquel lugar de donde la tenían secuestrada. Dixon iba detrás de ellos pero al verse acorralado tuvo que designarse a no reencontrarse con su amada, no al menos ese día. Solo pudo observar que la mujer de su vida ya estaba siendo sacada de ese pueblo que él mismo quería quemar con sus propias manos.

Glenn Rhee y Maggie Grenne pudieron escapar con bien y los cuatro lograron volver a la prisión para auxiliar a la herida de Alexa.

Maggie.

Rezaba y rezaba como podía, la salud de mi hermana estaba delicada gracias a que fue sometida a torturas algo brutales, no pude verlas pero sus gritos de dolor absoluto retumbaban en mis oídos y me hacían imaginar tanta cosa que mi corazón no podía soportar.

Junto con Rick llevamos a Alexandra con nuestro padre para que la pudiera ayudar, con trabajo mi hermana abrió sus ojos y me miró por tan solo unos segundos.

— estarás bien, lo prometo. – pronuncié con miedo a que fuera todo lo contrario.

Ella solo dejó salir una lágrima y soltó mi agarre para enfrascarse bien en Rick quien al igual que yo temía con perderla.

Alexandra durante el proceso de curar sus heridas se desmayaba con constancia y aumentaba más las probabilidades de que no despertara en una de esas veces que caía rendida. Nuestro padre le había dado la noticia a Rick sobre la pérdida del bebé y este salió un buen rato de la celda para desahogar su dolor tras perder al hijo de la chica a quien ama y amará. También Glenn y yo fuimos curados y atendidos por los demás, lo cual estábamos totalmente agradecidos.

Alexandra.

Desperté con dolor en mi celda que compartía anteriormente con Daryl, las memorias de como terminé en un cuarto que solo esta a iluminado con un foco amarrada a una silla para después de ser torturada por alguien a quien le tenía un asco terrible venían a mi cabeza como si fueran un balde de agua fría y ocasionando que mi piel se erizara del miedo. Quería llorar pero estaba seca, seca de tanto llorar por implorar que los chicos vinieran a sacarnos de ese horrendo lugar.

Ahora sabían en donde podían encontrarnos, yo sé que no era culpa de Maggie, ella sólo quería protegerme de una tortura mucho más dolorosa.

Quise levantarme pero al escuchar pasos acercarse volví a recostarme en la cama y esperar a que vinieran a verme.

En cuanto vi quien era mi corazón se cautivó, aquella imagen ablandó mi alma y una sonrisa con dolor mezclado apareció iluminando mi rostro. Era Rick sosteniendo en brazos a la pequeña bebé.

Este al verme despierta no dudó ni un segundo en acercarse.

— Alexandra. – pronunció mi nombre con una sonrisa de oreja a oreja.

— Rick. – dije su nombre con dulzura conforme acariciaba su mejilla. — te ves bien con la bebé.

— Carl la bautizó como Judith. – contestó. — ¿tú... te sientes bien?

— es un lindo nombre. – evadí la pregunta. — Carl es un genio.

— Alexandra... – insistió. — fuiste torturada.

— lo sé, Rick. – lo miré aún acariciando a Judith. — lo hice para proteger a mi hermana y a Glenn.

— no debías hacerlo, ellos-

— ellos no merecían sufrir eso. – tragué saliva, sabía que yo tampoco y que tal vez esa sería su respuesta. — pero es el precio por cuidar a mi familia. Créeme, lo haría de nuevo.

— perdiste a nuestro hijo. – esa confesión si bien me lastimó hasta lo más profundo de mi ser también era un precio que debía pagar.

— tienes que aceptar el hecho de que no es un mundo para traer una vida, Rick. – musité algo arrepentida. Habría disfrutado mucho tener al bebé, sería una excelente madre. — yo no planeé perderlo.

Rick suspiró y dejó a Judith en una cama para centrarse en tomar mi mano. — no intentes cerrar tu corazón, Alexandra. Tanto tú como yo sabemos que el bebé era deseado por ambos.

— eso no lo voy a negar, Rick. Pero ya nada será igual después de lo que viví, además ya no estamos juntos para volver intentar tener un hijo. – él asintió recordando ese suceso que le rompió aún más el corazón. — debemos terminar nuestra conexión, por que así jamás podremos avanzar. Rick, enserio te amo y siempre lo haré pero ya no de manera romántica.

— ¿así que este es el fin para nosotros? – preguntó.

— sí. Es lo mejor para ambos. – contesté algo dolida. Rick besó el dorso de mano para después pegarla a su frente. — es hora de que Daryl vuelva a mi vida totalmente.

— lo sé. – sobó mi mejilla con su pulgar, aún se notaba el amor que me tenía atraves de sus ojos.

— ¿dónde está?

Se quedó en silencio.

— Rick. ¿Dónde está Daryl? – aparté mi mano de él para poder apoyarme y sentarme con cuidado.

— se quedó en Woodbury, lo secuestraron. – confesó, un dolor invadía mi pecho y no me dejaba respirar de manera correcta.

— ¡¿QUÉ?!

Scary Love | Daryl DixonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora