| 6 semanas, 2 días: Glenn y el grupo |

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Estábamos atascados en un tanque, el caballo que habíamos encontrado se convirtió en comida pues los caminantes pudieron oírnos acercarnos. Luchamos como pudimos pero eran demasiados y nuestras balas no eran suficientes para salir de ahí con vida.

- Rick, ¿estas bien? - le cuestioné al ver su rostro un poco ido de nuestra realidad. - ¿Rick?

Estaba aturdido por el disparo hacia el cuerpo viviente de un soldado que estaba dentro del tanque, maldije y miré por todo el lugar en busca de algo, un radio, un teléfono, lo que fuera. Si no hubiésemos visto aquel patético helicóptero no hubiéramos terminado aquí y de esta manera. Lo peor se todo es que la bolsa del armas que tenia Rick se quedó justo abajo del tanque, se le cayó al buscar una manera de no ser comida para zombies estúpidos.

- Hola? Sheriff, chica linda ¿están ahí? - escuché cerca de nosotros, me separé de él y fui en busca de la cosa que nos llamaba. - por favor díganme que están vivos.

Bingo, lo había encontrado.

- hey, soy la chica linda. - respondí a su llamado.

- gracias a Dios, ¿todo en orden ahí adentro? - fruncí mi ceño, me preguntaba en mi cabeza el como sabía de nuestra situación. - vaya que están en serios problemas tú y el oficial.

- lo sé, ¿sabes como podemos salir con vida de este maldito lugar? - ahora yo pregunté, estaba comenzando a irritarme este lugar tan encerrado.

- mi grupo y yo estamos a unas cuantas calles de donde están ustedes, pero, si quieren llegar tendrán que cruzar esa orda de caminantes. - Era más que obvio, miré a Rick y lo pensé un poco. - salgan corriendo de ahí, hay un callejón a como 15 metros de donde se encuentran. Yo seré sus ojos aquí arriba.

- parece nuestra única opción. - dijo Rick ya mejor. - si no lo intentamos moriremos aquí de hambre.

- tómame por loca Rick pero una muerte por hambre parece linda a comparación de ser mordida por ellos. - lo miré, se rió un poco y agarró la radio.

- lo haremos, pero, se me cayó nuestra bolsa de armas ¿Crees que tenga posibilidad de recuperarlas? - le preguntó al chico misterioso.

- ¿estas loco? Les estoy diciendo que están en graves problemas, olvida la bolsa. ¿Que tienen ahí adentro? - Rick y yo sacamos nuestras armas y miramos los cartuchos, 15 y 14, no suficientes pero las necesarias. Busqué dentro del chaleco del militar, encontré una granada y se la enseñé al sheriff que me salvó la vida.

- dos pistolas, una con 15 y otra con 14. - respondió Rick guardando la granada en su bolsa del pantalón.

- eso servirá. Ahora, salgan y corran como les dije. - se terminó nuestra comunicación con el desconocido.

Tragué saliva con miedo, sabía que Rick esperaba mi mirada de aprobación y también sabía que efectivamente era nuestra única opción de salir de ese pequeño e irritante espacio en el que estábamos.

Suspiré y lo miré, él asintió y con una enorme adrenalina salimos del tanque, disparamos varias veces a muchos caminantes mientras nos dirigíamos al callejón que dijo el extraño.

De la nada un chico salió asustandome y Rick le apuntó.

- soy yo, soy yo. Vengan, apresurense! - lo seguimos hacia unas escaleras amarillas y sin dudar comenzamos a subirlas, Rick me dejó subir antes que él y así poder entablar una conversación con alguien más.

Cuando subimos completamente esperé hasta que el sheriff estuviera donde yo para dirigirle la palabra al coreano.

- buena puntería amigo, ¿eres el nuevo sheriff? ¿Vienes a limpiar el lugar? - me ignoró el chico. Creo que estaba molestó con nuestra llegada o algo.

- no era mi intención.

- como digas, igual eres un idiota. - continuó. - veo que vienes con tu hija.

Rick me miró y yo solo alcé lo hombros, podría decirle la verdad si quería, no me afectaba.

- si, la encontré con vida y ahora la protegeré con mi vida. - respondió aún mirándome con una sonrisa, sentí mi corazón detenerse. "¿Que tan difícil era ser así papá?" Pensé. - Rick.

Con el codo me dio un leve golpe y extendí mi mano como él lo había hecho.

- Alexandra. - el chico coreano nos observó a ambos por unos segundos y nos estrechó las manos.

- Glenn.

Con mucha confianza Rick guardó su arma en la mochila de Glenn cuando escuchamos a los caminantes tratando de subir por donde hace unos momentos nosotros subimos.

Los tres miramos hacia arriba contemplando otras escaleras pero mucho más altas, mi temor a las alturas me impediría ceder a subir eso. No a esa altura al menos.

- ¿Mencioné que tengo un miedo muy feo a las alturas? Ni de broma voy a subir hasta allá, no hay forma. - negué varias veces con la cabeza.

- vamos, pequeña. Debes de hacer un esfuerzo, no puedo... podemos dejarte aquí. - mordí mi labio inferior y maldije entre dientes.

- ve el lado bueno, morirás de inmediato si te caes. - fulminé con la mirada a Glenn y este de inmediato se calló, decidiendo por voluntad propia ser el primero en subir.

- sé que podrás hacerlo, Alexa. Eres una chica muy valiente por lo que me has mostrado hasta ahora. - continuó hablando Rick, respiré hondo y con horror comencé a subir las escaleras sujetandome muy bien y con fuerza.

🧟‍♂️🧟‍♀️🧟

Ya estábamos de donde teníamos que estar, en un lugar alto y plano, yo literalmente me prohibí mirar hacía abajo. Sería una tortura hecha por mi misma.

- ¿Tú hiciste la barricada en el Callejón? - le pregunté al chico.

- Fue otra persona, supongo que la ciudad fue tomada. Creo que el que lo hizo pensó que no muchos la pasarían. - los dos corríamos siguiendo a Glen mientras nos hablaba de sus teorías.

- ¿por que te arriesgaste a ayudarnos? - ahora preguntó Rick mientras el otro hombre abría una clase de túnel del techo.

- quizá por que sea un tonto. - respondió. - soy muy inocente al pensar que alguien me haría lo mismo por mí, supongo que soy más tonto que ustedes.

Rodé mis ojos y alcé los brazos para no matarlo yo misma, ya son dos veces que ofende a Rick. Y vaya, más escaleras, lo bueno es que ahora son para bajar. Lo cuál agradezco.

Ahora Rick fue primero así que fue la asignada para cerrar la puerta. Lo hice y todo quedó oscuro.

Cuando ya estábamos abajo Rick me ayudó y caminamos hacia donde unos hombres con chalecos nos esperaban, corrimos por la presencia de caminantes y nos adentramos a una tienda de algo, no sabía exactamente.

De la nada una mujer agarra a Rick y lo estrella a una pared.

- por culpa de este imbécil estamos muertos, muertos! - exclamó con enojo mientras le apuntaba con su arma la cabeza de Rick, yo saqué la mía apuntándole a ella.

- cálmate rubia oxigenada, baja el arma si no quieres que yo misma te mate, créeme, si una bala le roza un solo cabello dile adiós a tu vida. - amenacé. - por lo que veo, yo si sé como usarla.

- si, cálmate Andrea, retrocede. - dijo otro hombre del grupo. La chica bajó su arma y yo también hice lo mismo.

Comenzamos con el pie izquierdo con este grupo, espero que no terminemos siendo la carnada para que ellos salgan con vida.

Scary Love | Daryl DixonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora