9- El despertar acompañado de miedo

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Lentamente fui abriendo los ojos y noté un gran brazo pesado caído sobre mi cuerpo, específicamente sobre mi cintura.

Me asusté tanto que salté de la cama, cayendo de culo en el suelo. Entonces recordé lo que pasó la noche anterior y como Alessio y yo nos quedamos dormidos juntos.

Ahora que estaba más en mi misma, (porque ayer tenía unas ganas que me cegaban) pude apreciar que Alessio tenía algún que otro tatuaje.

Y que os voy a decir, le quedaban genial. Mi mirada fue ascendiendo hasta llegar a la v marcada en sus caderas y el inicio de...

A partir de ahí estaba tapado con la sábana.

Mierda.

Alessio y yo lo habíamos hecho.

Yo lo había hecho.

Justo después de que me violaran (porque tras eso no lo hice con nadie) y encima no se lo conté antes de hacerlo.

¿Y si ahora me odia? ¿Y si le doy asco?

Joder yo tengo la culpa de todo.

Estaba súper asustada, así que hice algo que no tendría que haber hecho.

Porque el miedo tenía distintas formas de manifestarse, había a gente que le hacía buscar una solución y hacer lo correcto, había a gente que no le afectaba tanto, pero a mi me bloqueaba y me hacía cometer estupideces, que es lo que hice.

Me vestí rápidamente y dejé una nota que decía:

He salido a comprar, recoge tus cosas y vete a casa. Lo siento.

Salí de casa y me fui.

No sabía cómo reaccionaría Alessio ante eso, pero seguro que me odiaba y ya no me quería ni ver, aunque lo más seguro es que en algún momento estaríamos juntos.

Todo sería súper incómodo a partir de ese momento por mi culpa, siempre la cagaba, y me odio por ello.

Mi madre me decía que si es la persona indicada no importaba cuantas idioteces cometieras, siempre estaría para ti, te comprendería y ayudaría hasta ir a mejor. Que podría aprender y madurar con la persona correcta.

El problema es que no sé si Alessio es la persona indicada, tan siquiera creo que exista.

Al pensar en mi madre me recordó a que llevaba una semana fuera y no me había puesto en contacto con ellos, lo más seguro es que se estaban empezando a preocupar y les tenía que decir dónde estaba.

Así que para hacer tiempo mientras Alessio se iba de mi casa, la llamé.

Al segundo tono contestó:

—Aurora, ¿dónde estás? — pregunto enfadada y con la voz firme, aunque se podía distinguir a kilómetros la preocupación en su voz.

Durante los dos años antes de que Josh abusara de mí había sido una hija espantosa, tan solo salía de fiesta y fumaba. Me perdía por ahí y no volvía en posiblemente 5 días a casa o más.

Cuando Josh hizo eso yo tan solo tenía 17 años, exacto, menor de edad en España.

Al principio de los cuatro años después de aquella noche, me quedé dos años encerrada en casa. No salía y no soportaba que nadie me tocara. Mis ataques de pánico eran demasiado frecuentes y mis padres ya me habían pillado en alguno.

Dejé de ir al instituto y contrataron a un profesor particular, pero obviamente virtual porque no podía estar con ese hombre a mi alrededor. Vivía con miedo y angustia. Mis padres también me llevaron al psicólogo pero yo no le contaba nada, así que solo me tomaba la medicación que me daba y seguía sus instrucciones para frenar ataques o sus consejos, que me hicieron liberarme poco a poco de una parte de esa pesadez, aunque nunca acabó de irse.

El momento en el que te vi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora