11- Llendo en moto

307 15 6
                                    

Alessio y yo nos separamos para ir con Bia y Ryan.

Pasamos la tarde juntos y vimos el atardecer los cuatro, comiendo pizza. Fue... Espléndido.

Cada uno fuimos a nuestra casa, cosa que me hizo pensar en que nunca había estado en la de Alessio.

También quería ver a sus padres, hacía años que no los veía.

Me duché, cené y me fui a dormir. Ese día había sido agotador.

Así que al tirarme en la cama no pasaron ni dos minutos para que yo ya estuviera dormida.

**********

Me desperté porque me habían mandado muchos mensajes y el sonido del móvil no cesaba.

Cuando lo agarré solo me pude reír.

Era un número agregado como:
mi idiota<3

Creo que es obvio quien era y que se agregó él solito.

Mi idiota<3: Hola principessa. (10:14)

Mi idiota<3: Buenos días🫶🏼. (10:16)

Mi idiota<3: Me parece que te voy a cambiar el apodo de principessa a dormilona. (10:30)

Mi idiota<3: DESPIERTAAAA!!! (10:32)

Mi idiota<3: hola (10:33)

Mi idiota<3: hola (10:33)

Mi idiota<3: Si no me respondes voy a tu casa eh. (10:35)

Ese era el último mensaje y he de decir que me asustó.

Bueno, si hubiera venido ya estaría aquí porque son las 10:40 y conduce como si...

Y el timbre sonó, desmintiendo mi teoría.

Debe ser broma. ¿Será él? Haber yo no espero a nadie así que...

Mi pijama era una simple camiseta ancha y mis bragas aunque en aquel momento no me acordaba de eso y fui a abrir.

Cuando abrí, efectivamente ahí estaba él.

Alessio iba en definitiva guapísimo, igual que todos los días. Llevaba una camiseta de manga corta negra un poco apretada en la que se le notaban los abdominales y sus marcados brazos. De parte de abajo llevaba los amados y queridos pantalones grises, solo que le iban por encima de las rodillas ya que hacía calor. Pero lo que más me sorprendió era lo que cargaba en la mano.

Un casco de moto, ¿desde cuando tenía moto?

Él me había hecho un repaso de arriba a abajo y ya tenía una sonrisa traviesa en sus apetecibles labios. Entonces recordé lo que llevaba puesto.

—Me encanta esta forma de dar lo buenos días principessa, se podría repetir más seguido eh.—

Yo me reí.

—Más quisieras idiota, y te voy a cambiar el apodo a pesado como no pares de mensajearme así.—

—Nah, prefiero idiota, es mejor. Más yo.—

Eso me hizo volver a reír.

—Anda pasa.— dije.

Él entró pero antes me plantó un beso en la comisura de los labios, cosa que me dejó helada de lo sorprendida que estaba pero a su vez totalmente caliente por dentro. Y eso ya se sabe porque.

Me comí mi desayuno que era una manzana roja, la primera que pillé del frutero.

Y el cogió otra pero esa era verde.

El momento en el que te vi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora