27- En el callejón

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Salí al callejón, curiosa.

Quería ver que había detrás, algo me llamaba.

Al llegar, me giré a mirar y antes de que  pudiera reaccionar, alguien me agarró del brazo fuertemente, arrastrándome hacía atrás y haciéndome daño en las muñecas.

Me volteé y me encontré con la cara de alguien que no esperaba ver en absoluto.

Josh.

—¿¡Qué!?— exclamé sorprendida.

Me agarró de las dos muñecas, reteniéndome.

—Cállate nena, no querrás que acabemos como la última vez, ¿verdad?— preguntó con una sonrisa asquerosa y traviesa en su cara.

Le miré y vi en sus facciones la determinación con la que me volvería a violar, como me pegaría y abusaría de mi de nuevo. Eso me aterrorizó.

Pero yo no era de las que se quedaban quietas.

Le pegué un pisotón y le escupí.

No sé si aquella noche acabaría como la última, seguramente sí, pero al menos haría algo más. Hoy no estaba drogada.

Aproveché que se retorcía de dolor y se limpiaba la cara mientras mi baba bajaba por su moflete y me acerqué para pegarle una patada.

Se la traté de dar pero me enganchó el pie de una forma que no lograba comprender, tirándome al suelo dolorosamente.

Mi cabeza chocó contra la tierra, un pitido doloroso se instaló desde lo más adentro de mi cerebro hasta mis oídos, perforándolos con su sonido.
Sacudí la cabeza, aturdida.
Lo podía soportar.

—Ah.— eso dolió.

—Así te haré volver a gemir, hasta que te quedes afónica y no puedas ni respirar. Voy a tomar todo de ti muñeca, te haré todo aquello que puedas imaginar. Y también lo que no.—

Esas palabras escocían, quemaban y dolían, llevándome a otra noche.

Solo podía revivir todo lo que sentí en aquella habitación de motel, el miedo y la decepción que no cabían dentro de mí, la culpa.

Me intenté levantar pero no tenía fuerza.

Entonces al alzar la vista, vi a mi esperanza, a la luz en medio de esa tormenta. A mi idiota.

—¿Estás aquí Auro...?— su pregunta se quedó a medias, suspendida en el aire y su voz se apagó al encontrarme tirada en el suelo, adolorida.

Dirigió la vista hasta Josh, que le miraba con miedo, aunque era obvio que no se quedaría callado.

—Oh, ni se te ocurra acercarte a la puta que tienes delante. Se ha ido inventando por ahí que la violé. No te confíes demasiado, vaya a ser que te haga lo mismo.—

Alessio estaba confuso, la infinitud de dudas desbordaban de sus ojos. Parecía estar juntando las piezas de un puzzle.

Agaché la cabeza avergonzada, mirando el suelo.

Cuando volví a elevar la vista, me pilló desprevenida la furia que desprendían los ojos de Alessio. Respiraba fuertemente y tenía los puños apretados. Estaba rígido y tenso, la frialdad con la que fulminaba a Josh era increíble aunque, por dentro, yo sabía que le hervía la sangre. En un movimiento que tan siquiera vi, ya estaba sobre Josh.

Le pegó un puñetazo en la cara que a cualquiera le hubiera roto la nariz, y Josh no fue la excepción.

Escuche como crujía y mis ojos se abrieron en sorpresa.
Joder.

El momento en el que te vi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora