23- Mala idea

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En cuanto vi quiénes quedábamos, supe que había sido mala idea.

Éramos: Alessio, Rebecca, Christina (la mejor amiga de Rebecca), Fred (el novio de Christina), Gabi (un amigo de alguien), yo y...

Mierda.

Josh.

Olvidé que era un amigo íntimo de Rebecca, incluso me había engañado con ella.
Sin más ni menos, me comenzaba a dar un ataque de pánico. De nuevo los flashes y el dolor de cabeza. Los temblores y la aceleración del corazón. La falta de aire y el sudor frío...
Necesitaba ir al baño.

—Ahora vuelvo, voy al baño.— dije al aire, sin más, me dirigí escaleras arriba.

La bilis se hizo presente, quemándome la garganta y el vomito me subía por ella, tenía arcadas y yo solo podía desear llegar al váter. Soltarlo todo.

Corrí hacía el baño y entré rápidamente, me tiré al suelo y vomité. Mucho. Demasiado.
El alcohol no ayudó en nada.

Tiré de la cadena y apoyé mi cabeza contra la dura y fría cerámica de la pared.

Como salí corriendo se me olvidó cerrar con pestillo y Alessio entró al baño. Me sujetó la cabeza y la puso contra su pecho, consolándome.

Ese gesto me hizo volverme a sentir persona y me reconfortó. Era algo que solo él podía hacer.
Me sacó de esa triste realidad.

Me volvieron a entrar arcadas y me incliné para vomitar de nuevo. Alessio me aguantó el pelo en una coleta y me dejaba soltar todo lo que tenía. Finalmente le dije que estaba mejor y me besó la cabeza.

—Venga, nos vamos a casa.— dijo, tomándome de la mano.

—No, no. Ya estoy mejor.—

—No vas a estar aquí después de vomitar así.—

—Enserio, estoy mejor. Te lo prometo.— y era verdad. Sentía que si nos íbamos era por mi culpa y fastidiaría todo.

—Vale, pero ponte mi sudadera. Estás temblando.—

—Que no, da igual.— dije a sabiendas de que no era por el frío.

—O te la pones tú o te la pongo yo.— dijo seguro de su decisión. Reí antes de aceptar.

—Está bien.— accedí.

Me la puse y salimos del baño, bajamos con los demás agarrados de la mano.

Nos sentamos y evité la mirada de Josh, que me seguía a todas partes, o eso sentí.

Jugamos a verdad o reto con una botella y gracias a mi suerte no me tocaba, y menos mal.

Rebecca giró la botella y apuntó a... Alessio.

Fingió pensarlo antes de hablar, tenia que hacerse la interesante.

—¿Te acostarías conmigo?— preguntó sugerente y con una sonrisilla.

Alessio seguía serio.

—No.— dijo frío y secante.

TOMA ESA PERRA

A Rebecca se le caía la cara de vergüenza.

—Bien pues reformularé la pregunta, ¿te has enamorado alguna vez?—

Esta vez la pregunta era más seria y personal.

—Sí, creo que sí.— dijo y me miró.

No sé si lo mal interpreté pero me puse rojísima.

—Bien, continuemos.— dijo Rebecca resentida.

Alessio giró la botella, que le tocó a Fred y le preguntó que si le gustaba alguien de esta mesa con indiferencia. Era obvio que no le importaba una mierda si le gustaba alguien de aquí, a menos que fuese yo.
Fred dijo que estaba enamorada de Christina y se dieron un beso antes de seguir con el juego.

Hasta que Christina, la mejor amiga de Rebecca y un clon de ella giró la botella, y fue a parar en mí.

—¿Verdad o reto?—

Con estas malos bichos mejor reto, ¿que sería tan malo?

Hasta ese entonces no lo sabía, pero lo descubrí.

—Reto.—

—Quítate TODO.— dijo haciendo énfasis a la palabra todo.

Me negué rotundamente, dijo que me cambiaría el reto pero que lo tendría que cumplir.

Acepté.

Y ha sido de lo peor que he hecho.

—Metete en el armario con Josh.—

Joder. Jodida mierda.

No, no y no. No puede ser. No lo permito.

—¿Q-qué...? —

—Ella ni de coña hará eso.— dijo Alessio.

—¿Y tú quien eres para impedirlo? ¿Su perrito guardián?— se burló Christina.

—No, pero no dejaré que mi chica entre al armario con ese.—

Mi chica. Me había llamado mi chica.

Y joder que bien sonaba.

—Si es necesario entraré.— miré a Alessio y él solo me negaba con la mirada pero yo sabía lo mala gente que eran estas personas y podrían hacer cosas malas si no hacía esa tontería.

—Sí muñeca, entrarás conmigo. Y tal vez no sales.— dijo Josh guiñándome un ojo.

Poco más y vuelvo a vomitar.

Fui con él y nos metimos en el armario mientras veía la mirada de Alessio cargada de furia.

Una vez las puertas cerradas Josh habló.

—No me esperaba que accedieras muñequita.— dijo él, tocando mi pelo.

—No me toques cerdo.— dije apartándole la mano.

—Bueno, me basta con recordar como te toqué aquella noche sin tu consentimiento, tu cara sangrando por mis puñetazos, tus ruegos y lloriqueos...—

Entonces hice algo que disfruté con todas las letras.

Le poté encima.

Exacto. Le había potado a Josh encima, manchando su ropa de marca y su cara.

En cuanto acabé de potar (que no fue poco), traté de evitarlo, pero no pude, comencé a reírme como una posesa.

Abrí el armario y salí.

Todos vieron a Josh lleno de vomito y yo riéndome.

Al verlo Alessio estalló en carcajadas y me chocó los puños.

Decidimos que era hora de irnos y antes de salir por la puerta batí mi pelo hacía Josh y le saqué el dedo de en medio, mandándolo a la mierda.

Nos montamos en mi coche y Alessio conducía.

Por el trayecto yo miraba por la ventana y estábamos en silencio.
Alessio decidió no tocar el tema y respetar mi silencio, cosa que agradecí.

Llegamos a casa y aparcó en el garaje.

Nos bajamos del coche y entonces habló.

—Ha sido la hostia cuando le has potado encima principessa.—

Asentí mientras me reía por lo bajo.

Entramos a casa y fuimos a mi habitación. Cerramos la puerta quedando solo y nos miramos a los ojos profundamente.

Entonces lo sentí. Sentí que era el momento. Era la hora.

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Nota de la autora:

¿La hora de qué? Eso lo sabréis en el próximo capítulo✨

Kisses 💋

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