Escuchamos la puerta del garaje abrirse y entrar un coche.
Solo podían ser unas personas, eran mis padres y mis hermanos.
Sentí mi cuerpo tensarse y mi corazón se aceleró, poniéndome nerviosa. Eso no ayudaba para nada.
Noté la presión que había ejercido la mandíbula de Alessio, que estaba totalmente marcada ante sus músculos tensos.
Él también estaba alterado.—Tú ponte los calzoncillos y los pantalones y yo me iré a fingir que estaba duchándome. Recuerda poner la tele para que se crean que la estabas viendo.— ordené a toda prisa.
Escuché su risa de fondo.
—Vaya, que mandona es la principessa.— dijo bromeando.
Rodé los ojos y me dirigí al baño de mi habitación para meterme en la ducha, abrí el grifo y me enjaboné el cuerpo.
Escuché la puerta de casa abrirse a lo lejos y supe que a Alessio como mucho le había dado tiempo a ponerse los bóxers y encender la televisión.
—¡Alessio! Que susto. ¿Qué haces así?— exclamó mi madre sorprendida y avergonzada al darse cuenta de que no llevaba pantalones.
Seguro que se estaba tapando los ojos con las manos.
—Lo siento Julia, es que hace mucha calor y no sabía cuándo volveríais. Ahora mismo me visto.— mintió Alessio, aguantándose la risa.
Idiota.
Reí por lo bajo, tratando de no hacer mucho ruido.
—Bien... ¿Donde está Aurora?— escuché a mi madre preguntar en la distancia.
—Mm... No lo sé, creo que en su cuarto.—
Alessio sabía disimular, definitivamente se merecía un Óscar.
Aunque no nos hubieran pillado, aún sentía mi corazón latir desbocado y la adrenalina correr por mis venas.
Todos los sentimientos estaban a flor de piel y hacían acto de presencia siempre que estaba Alessio presente.Él me hacía vivir la vida, gozarla y disfrutarla.
Él me hacía sentir.Mi idiota...
Acabé de ducharme y me puse el pijama.
Bajé al salón y me encontré a mi padre en la cocina, limpiando un poco.
Giré la cabeza hacía dónde estaba situado el sofá y vi la cara de Alessio asomada entre los cojines.
Tenía una sonrisa traviesa en los labios, expresando en toda su plenitud que habíamos hecho... Una travesura (por así decirlo) y lo conseguimos ocultar.
Con esa mirada cómplice, esa sonrisa y ese brillo... Parecía un niño pequeño, específicamente aquel niño pequeño que era mi vecino y mi mejor amigo, aunque rápidamente se transformó en mi romance infantil y adolescente.
Le sonreí, siguiéndole el juego.
—Bueno... Me parece que me voy a duchar.— dijo Alessio levantándose del sofá. Seguidamente se dirigió al baño.
Mi padre fue al salón y se puso la tele, especialmente un canal de esos que te enseñaban animales en la selva, le encantaban esos programas.
Mientras, yo iba a hacer la cena para mi y para Alessio.
Esa sesión de... Sexo un poco... Hmm, duro, me había dejado exhausta y a
el idiota seguro que también.Preparé dos sándwiches sencillos de jamón y queso para los dos.
Alessio entró a la cocina con el pelo mojado y el torso descubierto, dejando ver sus pectorales, y sus abdominales, y sus...
—Principessa, creo que se te baja la mirada sola, ¿no?— dijo susurrando para que sólo yo lo escuchara. Obviamente ya tenía su típica sonrisa pícara en la cara.
—Si te paseas así por mi casa es posible que también se me bajen las manos...— susurré añadiéndole leña al fuego.
Alessio tosió porque no se esperaba que le dijera eso y yo me reí.
Me encantaba sorprenderle.
Nos comimos los sándwiches tranquilamente.
—Vaya, que tarde se ha hecho. Creo que es hora de ir a dormir. ¿Verdad Alessio?— pregunté con complicidad.
—Claro que si mi principessa.— respondió siguiéndome.
Nos reímos y subimos escaleras arriba corriendo después de limpiar lo que habíamos ensuciado.
Al entrar a la habitación, Alessio cerró la puerta tras de él y se lanzó hacía mi, estampando nuestros labios en un fogoso beso.
Las sensaciones se hicieron presentes y un calor se expandía por mi interior.
Le seguí el beso con la misma motivación, la temperatura subió unos cuantos grados y la adrenalina me aceleraba el pulso, poniéndome nerviosa y muy excitada. Esto me encantaba.
Entonces me separé de él alejándolo por los hombros.
—Si empezamos no podré parar y mis padres están en casa, por no hablar de mis hermanos.—
—De acuerdo.— aceptó de mala gana, pero en ese instante una sonrisa traviesa se formó en sus labios tan apetecibles.
— Con qué no te podrías resistir ni parar ¿eh?— dijo pícaro.Me sonrojé y él estalló en carcajadas.
No pude evitar rodar los ojos, molesta.
—Que tierna te ves cuando te sonrojas, y también cuando estás molesta.— dijo sonriendo. Eso hizo que me sonrojara más y su sonrisa se ensanchara.
—Bueno mi amado idiota, ¿vemos una película?— pregunté.
—Mientras me sigas diciendo amado, una y todas las que quieras.—
Me reí y cogí mi portátil. Nos tumbamos en mi cama y después de un rato sin saber que poner, escogimos una de Marvel.
Me llegó una notificación y miré mi móvil.
Era de estas que te ponía que alguien estaba haciendo un directo en instagram pero eso no era lo que me preocupaba, lo que en realidad me dejó pensativa y agobiada fue ver que ya estábamos a 31 de agosto, eso solo quería decir una cosa. Que en menos de una semana se acabarían las vacaciones de verano y tendríamos que ir a estudiar/trabajar.Había llegado lo que tanto deseaba que no llegara jamás, apenas pensaba sobre ello cuando volví a hablar con Alessio pero siempre estaba rondando en mi mente, y ahora más que nunca.
Llegó lo más temido.Alessio debía continuar su camino en Italia que era su hogar y yo en España que era el mío.
Las ganas de llorar se apoderaron de mí, amenazando con sacarme unas lágrimas. Mis ojos picaban y antes de llorar delante de mi idiota, me dirigí al baño y cerré la puerta, finalmente lloré. Las lágrimas salían sin cesar y yo me aguantaba sollozos.
Esto dolía demasiado, estaba cansada del sufrimiento. Quería que todo se acabara y poder ser feliz finalmente.
Cuando por fin estaba bien y lo tenía todo, se jodía, siempre se jodía.Me calmé y procedí a lavarme la cara con agua fría, ayudando a que me despejara y pensara en que eso ya se podría solucionar en otro momento.
Le dije a Alessio que ya era tarde y quería dormir, a lo que él asintió con la cabeza y me envolvió en un abrazo.
Yo me quedé dormida al cabo de mucho rato, estuve pensando en ese tema que era imposible sacar de mi cabeza y más sintiendo el calor corporal de Alessio abrazándome.
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Nota de la autora:
Bonito pero doloroso desgraciadamente, ya os habíais olvidado de esto ¿eh?
Espero que os haya gustado ✨
Kisses 💋
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El momento en el que te vi
RomanceDespués de todo lo que he pasado, necesito despejarme. Aunque nunca pensé que para hacerlo acabaría en Roma yo sola. Pero, a causa de ciertas interacciones, te encontré. Justo cuando menos te necesitaba, cuando menos lo esperaba, ahí estabas, y te o...