El disparo retumbó en sus tímpanos, similar a haber golpeado un biombo contra sus orejas. El estruendo lo aturdió, el tono escarlata de su sangre al salpicar de su cabeza reventada fue lo único que vio por unos cortos segundos. Y al verlo desplomarse en el suelo, corrió en dirección de Jeno.
Al arrodillarse delante de él, sintió de inmediato su sangre escabullirse entre su ropa.
—¡Jeno! Jeno... ¿Estás... e-estás bien? —farfulló. Sus manos temblaban, tocaban su cuerpo en búsqueda del lugar afectado.
El otro solo pudo soltar un quejido como respuesta y Jaemin comenzó a desesperarse. Al verlo así, tirado en el suelo con el charco de sangre formándose lentamente a su alrededor, con su piel intrínsecamente blancuzca volverse lívida, evocó la imagen de Haechan en la misma situación, meses atrás, y el miedo lo asaltó. Si Jeno tenía el mismo final, si él no era lo suficientemente competente, no alcanzaría a salvarlo...
Miró sus manos manchadas con sangre y no supo qué hacer. Jeno gemía a su lado, su víctima, muerta, había ensuciado el piso con su sangre y nadie más estaba en el lugar para socorrerlo. Si no actuaba ahora...
—¿Qué hago? ¡¿Qué hago?! —chilló, cayendo en la desesperación.
—Vete... —resolló Jeno. Incluso los monosílabos eran complicados para él de decir.
—No puedo... no pienso dejarte aquí... —decía, mirando a todos lados, en búsqueda de alguna instrucción, de algo que pudiese hacer porque ahora mismo su mente permanecía en blanco—. Te voy a salvar, ¿sí? Solo... solo dé-déjame pensar...
—Estaré bien, solo vete.
Jaemin lo miró a los ojos por primera vez y se largó a llorar de la impotencia. Esos ojos, esa mirada de resignación era la misma que Sunghoon le había regalado antes de morir, antes de lanzarle esa pregunta y luego, dar su último suspiro.
Tenía que evitar que Jeno pasase por lo mismo, pero la impresión era tal sobre su ser que las imágenes no dejaban de repetirse, no detenían sus reproches de culpa en su contra.
Debía actuar, no podía permitir que sus miedos le dominasen así y dejarlo morir por la misma razón, así que intentó, de forma inútil, tomar un respiro para poder pensar con más calma. Figuró a su hermana, antes de que cualquier cosa mala infectase su persona, y pensó en lo que ella habría hecho. Tal vez huir sin Jeno, o mejor aún, abortar la misión y llevárselo.
La luz que iluminó su cabeza lo hizo actuar. Observó a Jeno una vez más y descubrió el origen de su herida: su costado. Desgarró un pedazo de tela de la ropa del chico al que disparó, lo suficientemente largo para rodear su cintura y ejercer presión.
—Presiona aquí y no lo sueltes, ¿sí? —le pidió al tomar su mano y dejarla sobre la herida para detener el sangrado. Jeno asintió con la cabeza y al estar seguro de que estaba ejerciendo presión, lo hizo levantarse con cuidado. Jeno no podía con su propio cuerpo. Los segundos avanzaban y parecía ser que cada vez estaba más cerca de la muerte. Sudor frío, labios incoloros. En cualquier momento se desplomaría por una hemorragia, pero Jaemin no iba a permitir que eso sucediese.
Lo arrastró hasta el coche que, para su suerte, no estaba a tantos metros de distancia, y lo dejó recostado sobre los asientos traseros. Corrió a buscar el dinero y lo guardó en el asiento del copiloto. La policía se acercaba, y pudo deducir, que no se trataba solo de un coche, sino de muchos, ya que el sonido de las sirenas se acoplaba entre sí.
No supo cómo lo hizo, pero cuando se percató ya estaban corriendo por la carretera con la policía tras ellos. Ahora su trabajo era encontrar una salida, esconderse, para luego salvar a Jeno quien no dejaba de quejarse atrás. La tela amarrada en su costado había controlado un poco la hemorragia, pero si no se apresuraba, podría ser demasiado tarde.
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misfit ー nomin
FanfictionSe enamoraron, hasta que ambos corazones terminaron rotos por un solo error. Ahora son fugitivos en búsqueda de una libertad, de un perdón y la sanación de desgarradoras heridas. Pero que para lograrlo, deberán aprender de su propio pasado, de sus e...