Capítulo 10

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Frank despierta en el medio de la noche, no hay estrellas que se puedan ver detrás de toda esa niebla y todas esas nubes intentando cubrir a la luna; ésta, por su parte, tiene una luz tan brillante que nunca podría ser cubierta del todo.

Parpadea y de inmediato siente la debilidad, todas sus articulaciones duelen y cada tramo de carne le hormiguea; La punta de los dedos los siente fríos y dormidos, y esto se traslada poco a poco al resto de su cuerpo ya que la mala circulación a la que es sometido es general.

Su garganta emite un sonido lastimado cuando empieza a ser consciente de su incapacidad para moverse, y le cuesta mucho soportar el dolor de su costilla producto de estar recostado boca abajo sobre el frío suelo de concreto. Su respiración es algo tan doloroso y costoso, más parecido a un jadeo sofocante.

Hay un movimiento entre las hierbas y el ulular de un búho, y aunque intenta saber de dónde proviene el sonido, es incapaz de hacerlo.

-Ha despertado

-Déjalo inconsciente.

Frank se remueve un poco e intenta incorporarse, pero lo único que logra es caer sobre la húmeda tierra una vez más. Sus ojos están borrosos pero puede distinguir la silueta y el rostro de Ryan, quien se acuclilla junto a él y le mira por lo que es un segundo pero que parece una eternidad; Frank tose y siente que sus pulmones se le desprenderán del cuerpo, le cuesta bastante respirar entre los temblores que le provoca el reflejo, pero para cuando ha terminado, inhala con fuerza intentando recuperarse. El vampiro se lame los labios y estira su mano hacia la cara de Frank, y el más chico está a punto de protestar cuando la mano se posa sobre su boca y un par de dedos le oprimen las fosas nasales, obligándolo a no poder respirar.

Su corazón tan cansado late con fuerza, con la poca que le queda, y sus manos intentan hacer que Ryan le suelte, pero es en vano, y lo siguiente que pasa se resume en oscuridad.

...



No pasa mucho tiempo antes de que se dé cuenta de que ya no está en el bosque, y una sensación de horror le recorre la columna vertebral cuando advierte que él sabe dónde está.

-Bienvenido de regreso a casa, Frankie.

Su cuerpo se estremece y se intenta levantar de inmediato con la esperanza de poder pegarse a la pared y desear desaparecer, pero sus músculos no le responden y está demasiado cansado como para siquiera intentarlo. Su visión se ha ido acostumbrando a la poca luz después de 16 años de vivir en la oscuridad, pero eso no le hace poder identificar el rostro de su nuevo acompañante, pero los 3 grados menos ya le han hecho saber que se trata de un vampiro.

El hombre da algunos pasos y sus zapatos resuenan como si de botas militares se tratasen, haciendo eco en la vacía y tenebrosa habitación. Frank intenta incorporarse y le toma un montón de tiempo antes de siquiera poder poner ambas manos sobre el suelo, luego tiene que hacer que sus músculos reaccionen y soporten su peso.

-No hagas mucho esfuerzo, quiero que recuperes la mayor cantidad de sangre posible. –Frank reconoce la cámara en la que están por que es una de las tantas por las que pasaron Pete, Patrick, Gerard y él cuando aún eran ignorantes de que tendrían que huir.

Las pisadas del hombre vuelven a resonar y el eco viaja en el aire como las hojas que el otoño mata; La criatura queda a centímetros de él, mirándolo desde arriba, y Frank sabe que debería de bajar la cabeza por que está en el castillo y esas son las reglas, pero no lo hace. –Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que percibí tu aroma, dime, ¿Dónde has estado?

El hombre se detiene y las manos del más chico tiemblan, pero se mantiene ahí donde está intentando encarar a quien sea que sea su nueva compañía. -¿Por qué no estás muerto, Frank? ¿Por qué sigues aquí? ¿Tu corazón no desea detenerse cuando estás en presencia del miedo, del terror?

Escribo pecados, no tragedias [Frerard] UBPLI1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora