Escucha el latido de su corazón correr a través de sus arterias, con rapidez, sin perder prisa para llevar la sangre oxigenada a todo su cuerpo, a cada órgano, a cada sistema y aparato. El bombeo es fuerte a pesar de que no puede sentir cómo su corazón intenta llegar hasta el pericardio, para después trozar los ligamentos, quebrar las costillas y salir huyendo de ese encierro que es su cuerpo.
Lo primero que se despierta en él después del oído es su sistema nervioso; puede sentir el frío como cuchillas lamiendo a su piel, clavándose hasta el centro de sus huesos, hasta infiltrarse en su sangre y congelar cada fibra muscular y cada rama nerviosa. Las palmas de las manos están contra el helado suelo, y puede sentir cómo diminutos animales se mueven bajo sus manos, quizá sean hormigas. Los pies le arden cada que una ráfaga de viento los acaricia, lamiendo las yagas ensangrentadas y recién abiertas.
El bombeo de su corazón se intensifica al mismo tiempo que pasa a ser un sonido de segundo plano, pues ahora lo realmente importante para Frank son las voces que vienen de unos metros lejos de él.
Cuando sus parpados se abren y sus ojos se acostumbran con rapidez a la escasa luz, puede divisar el contorno de los árboles y de los pequeños montículos de tierra y hojas, y también encuentra a escasos 30cm de él un hormiguero. Intenta mover los dedos de sus manos pero los siente entumecidos, es una sensación de heladez y hormigueo causado por la poca circulación que ha tenido durante horas. Puede asegurar que han pasado casi dos horas, pues el sol se ha escondido por completo y la luna es la única iluminación allá más arriba de las copas de los árboles.
Las hormigas se han abierto un camino sobre la magullada piel de sus manos para transportar hojas y pequeñas rocas que serán llevadas a su hormiguero, las puede sentir a pesar de que todo duele, arde, y está helado.
Se encuentra sobre el pasto y la hierba en una posición descuidada, seguramente le han dejado caer ahí después de que han llegado a dónde sea que estén.
Frank siente la boca seca y cada nervio responde a docenas de puntos de dolor en su piel, pequeñas heridas como arañazos dibujando sobre su epidermis. Su corazón late con fuerza una vez está del todo despierto, y se maldice a sí mismo porque sabe que los vampiros pueden escucharlo. Aun así las voces de estos se escuchan hablando en el mismo tono y en el mismo lugar, y también se escuchan las brasas crujir con el fuego de una fogata. Su garganta se cierra al mismo tiempo que algo le oprime el pecho, algo que no es real pero que lastima con fuerza: Lo han capturado.
Y ese dolor en su pecho es mucho más grande y terrible que el dolor de las plantas de sus pies laceradas y el punzante dolor en sus costillas, porque este es otra clase de dolor, uno que no es físico pero que lastima y duele, porque les han encontrado y le han separado de Gerard. Y ahora Gerard no está.
Y podría romperse ahí a mitad del bosque, quebrarse hasta su alma y llorar hasta que las lágrimas se convirtieran en sangre, porque está solo y tiene miedo, y ahí no está Gerard. No más. Pero no lo hace porque de dejarse vencer y ponerse a llorar, sus captores se darían cuenta de que ha despertado y seguramente el suplicio comenzaría, así que tuerce su corazón y guarda su llanto, porque aún ellos no han ganado.
Boquea hasta que sus pulmones se llenan de oxigeno provocando que sus costillas se hinchen con fuerza, y logra callar un grito cuando siente como el hueso de una costilla se hunde en su carne, punzando; se muerde la lengua y se tranquiliza mientras se acopla a la idea de que le han roto una costilla, y se prepara mentalmente para encontrarse con más huesos rotos; pero cuando logra incorporarse sobre sus manos, el dolor se distribuye a lo largo de su cuerpo y el único que de verdad amenaza con sacarle lágrimas de los ojos es ese que viene de su tórax.
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Escribo pecados, no tragedias [Frerard] UBPLI1
FanfictionEllos creían que algo como eso jamás había pasado, que los pecados y las tragedias vienen de la mano. Sin excepción. Pero la eternidad es realmente larga, y la inmortalidad realmente eterna, y sería demasiado egoísta asegurar que cosas así no habían...