Capítulo 12.
-Aquí llegamos, hogar dulce hogar. –Pete alza los brazos en forma de broma refiriéndose a la pequeña cueva de no más de 3x3 en la que están metidos todos.
Huele a tierra mojada, un aroma peculiarmente agradable para Frank que le hace sentir un poco de tranquilidad.
-Ojalá pudiera amputarte el trasero, Pete. –Murmura el pelirrojo mientras lame uno de sus dedos que ha sido lastimado gracias a las garras emocionadas del moreno. Wentz le levanta una ceja con burla.
-De acuerdo, entonces ya tenemos el plan a seguir… Esta vez no lo rompas, Gee, o seré yo quien te pateará el trasero.
Las cartas se ponen en la mesa y los 3 hombres aceptan lo que el destino les tiene presente. Frank se pregunta sí en el mundo de ellos existirá el personaje muerte, porque en el propio, él es quién rige su existencia.
-Recuerda, sí no volvemos 30 minutos antes de que el sol se oculte por completo, salgan de aquí y busquen refugio lejos… -Pete palmea el hombro de Gerard y en sus ojos recoge un rastro de cariño al ver la forma en que su amigo tiene de la mano al humano- Cuídate hermano, y cuídalo a él. –Luego se agacha unos centímetros hasta quedar a la altura de Frank- Y tú no dejes que el peligro te paralice, si tienes que correr, corre.
-O lucha –Habla Patrick lamiéndose su labio superior, Frank le mira, ambos tienen casi el mismo tamaño pero el rubio sigue manteniendo esa expresión que ha tenido siempre hacia él- Si es necesario.
Gerard le aprieta la mano al menor diciéndose a sí mismo que Frank no tendrá por qué hacerlo, pues él le protegerá de todo lo que viene en camino.
-Gracias chicos, estaremos bien.
-Nos veremos en hora y media.
Pete vuelve a palmear el hombro a Gerard y luego a Frank, y Patrick se limita a sonreírles.
Se dan la vuelta y el viaje contra el tiempo sigue marchando con rapidez, ambas parejas con metas distintas en la cabeza. Gerard se mantiene quieto en su lugar pensando en todo lo que ha pasado en tan pocas horas, desde arribar de Alemania hasta su llegada a Roslin Glen en el Reino Unido, donde había sido su parlamento en el cual decidieron que le harían una visita al Abismo a resolver ciertos asuntos en los cuales cayeron incluidos dos criaturas humanas por las cuales quedarían atados al infierno por el resto de la eternidad. Y la eternidad es… eterna.
Frank se soltó de la mano del mayor, sus dedos sintiéndolos helados y entumidos, se fue a sentar a un rincón y abrazó su cuerpo con ambos brazos, su vista clavada en la nuca pelirroja del vampiro con el cual sentía la enferma necesidad de estar a su lado. Cada roce y cada intercambio de miradas mudas, Frank sentía más fuerte el deseo de abrazarse a su cuerpo y esconder la cabeza en el hombro de Gerard, quería pegar su oído a su pecho para poder escuchar el latido muerto de un corazón que no sirve para nada, quería que Gerard le cubriera del frío a pesar de que de su cuerpo no desprendía ningún calor. Y quería que Gerard nunca dejara de tomarlo de la mano, porque algo en ese ser que había tomado de su sangre le hacía sentir seguro y perteneciente a algo. Quería saber que Gerard no era diferente a él, aunque en realidad ya sabía la respuesta.
Suspira y se encoje más en su lugar, con Gerard perdido en la inmensidad de su existencia.
Afuera kilómetro y medio más adelante, la empinada subida por los túneles se vuelve ardua y tediosa, mientras ambos chicos caminan seguros tras haber memorizado el camino hacia abajo. Entre lo ventajoso que es ser un vampiro en lugar de un humano es que ellos no se cansan tan fácilmente como los segundos, para un vampiro en buen estado tendría que correr durante dos décadas seguidas para fatigarse, claro que no todos son igual y no aplica para todos.
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Escribo pecados, no tragedias [Frerard] UBPLI1
FanficEllos creían que algo como eso jamás había pasado, que los pecados y las tragedias vienen de la mano. Sin excepción. Pero la eternidad es realmente larga, y la inmortalidad realmente eterna, y sería demasiado egoísta asegurar que cosas así no habían...