Capítulo 16.
El piano sigue emitiendo un sonido parecido a las rosas. Hermoso, suave, pero sabes que sí te acercas demasiado las espinas podrían pincharte, porque algo en esa música también es filoso.
Los dedos autores de tan peligroso sonidos pertenecen a un hombre de apariencia joven, con los ojos cerrados y las uñas bailando sobre las teclas como si fuese un recital. Su rostro es pálido y está cubierto en pequeñas cicatrices blancas, tan pequeñas que tendrías que estar muy de cerca para saber de su existencia. Los labios no dejan imaginar expresión alguna, al igual que las cejas, no hasta que la música hace un estrepitoso choque, un sonido que rasga, y el hombre abra los ojos, verdes tan obscuros que el iris comienza a perderse al llegar a la pupila. Sus labios se curvan, una sonrisa siniestra y embriagada de satisfacción, y mientras las comisuras de sus labios se elevan más, deja al descubierto cuatro filosos cuchillos blancos, y de su boca escurre un líquido rojo como el carmín que fluye hasta llegar a su barbilla, para luego escurrir y caer para manchar la blancura del piano. De repente la oscuridad cae como si fueran desamarradas un par de cortinas que terminarían por cubrir hasta el último rastro de blancura, de pureza, de esperanza.
…
Han pasado minutos y se han ido del mismo modo en que llegaron.
Joe se arrodilla junto a la cama mientras, con un trozo de tela que ha rasgado previamente de la sabana, comienza a enrollarlo un poco. Patrick mantiene una de sus manos sobre el brazo del chico que no deja de temblar y sorber por la nariz, tratando de tranquilizarlo. Mientras tanto, Pete está en la otra esquina de la habitación con una mano sobre la boca y brazas ardiéndole en el pecho, porque está furioso.
-Shh shh tranquilo… No te muevas. –Patrick le acaricia el brazo lentamente mientras Joe intenta cubrirle los parpados con la tela rasgada para así evitar que Brendon siga sangrando. Cuando la rasposa tela toca la sensible piel del moreno, Brendon da un salto y tiembla aún con más fuerza, aterrorizado. Pete sigue sintiendo su dolor y sigue sin entender la razón, pero lo siente, de verdad puede sentir lo que siente Brendon como si éste se lo estuviera implantando en el alma. Y de verdad duele.
También siente su miedo, y con ello Pete no podría estar más enojado porque él quisiera que el humano entendiera que ellos no piensan lastimarle, pero sabe que no puede hacer nada porque es mentira, él ya le ha lastimado lo suficiente.
-Tranquilo… -Patrick le habla lentamente con su mano queriéndole dar apoyo, pero Brendon sigue temblando y en el momento en que Joe intenta anudarle la tela por detrás de la cabeza, Patrick tiene que sujetarlo con una mano y con la otra taparle la boca para que sus gritos no sean escuchados.
Pete retuerce sus propias manos al escuchar los ligeros sonidos que escapan de su boca. Puede escuchar el llanto, y los gritos que Patrick impide que salgan siguen ahí. Brendon se retuerce entre el brazo de Patrick y el cuerpo de Joe, éste último intenta anudarlo rápido pero se demora unos 5 segundos, 5 segundos que le queman y le escocen la piel al humano.
Cuando terminan con él, Patrick lo libera de su fuerte agarre tan solo para en un rápido movimiento, atraer su cuerpo al suyo y así hacer que Brendon ahogue los gritos de agonía en su camisa. Le soba la espalda mientras murmura un “tranquilo, tranquilo…” que quisieran que funcionara para calmarle el dolor.
Después de unos minutos, Brendon se deshace en los brazos de Patrick probablemente por el dolor al que le han expuesto y el cansancio que esto acarrea.
-¿Qué es lo que viene ahora? –Pregunta Joe.
Patrick suspira.
-El tiempo que le dijimos a Gerard que contara antes de irse él con el humano a acabado, así que ya no hay posibilidad de reunirnos con él allá abajo. Sugiero que nos quedemos, y peleemos.
-¿Estás hablando enserio? Patrick, sabes que no tenemos posibilidad… el parlamente nos supera en número y…
-¡Lo sé! Pero, ¿qué más podemos hacer? Ya no hay posibilidad de huir, el humano está condenado al igual que nosotros y siempre lo ha estado. ¿Acaso te olvidas de que es un marcado? ¡Marcado a la muerte!
-Shhh… -Pete interviene tratando de que el rubio baje la vos para dejar descansar un poco más a Brendon.
-Si peleamos, al menos lo habremos intentado.
-Al igual que si huimos.
-¡Siempre he creído que la muerte es mejor a la vida eterna, Pete!
-¡Lo sé desde que te suicidaste, no tienes por qué repetírmelo! –Los ojos del moreno destellan y su pecho se eleva con rapidez. De repente la expresión en llamas de Patrick se apaga, dejando solo una nota de tristeza, de vacío, de decepción.
Y algo en el pecho de Pete arde con fuerza sabiendo que le ha lastimado, pero a pesar de ello no hace nada por remediarlo.
-Tú puedes ir y pelear por la muerte o la libertad que nunca has tenido –Escupe con el mismo veneno que lastima cada vez un poco más a Patrick.- Yo haré todo lo que esté en mis manos para salvarlo.
Joe no dice nada, tan solo se limita a ser un espectador de cómo Pete camina hacia ellos, se acuclilla a su lado y toma con cuidado el cuerpo de Brendon. Patrick se lo cede, cerrando los ojos del mismo modo en que siente la garganta, mientras se guarda las lágrimas para sí mismo. Y cuando Pete está por llegar a la puerta, Patrick habla:
-Espera… -Pete se vuelve en sus talones para ver como el rubio con el que compartió media vida y media eternidad, saca de su bolsillo un guardapelo de oro blanco, con rosas gravadas sobre él. Patrick se levanta y camina hacia él, sin poder mirarlo a los ojos porque sabe que sí lo hace se echará a llorar. –Toma. –Se lo tiende, y Pete lo mira con los ojos muy abiertos.
-No, no, no, no… -Da un paso atrás.- No puedes dármelo.
-Te dará tiempo…
-Patrick, ese tiempo es tuyo…
El nombrado se encoge de hombros y agrega con una pequeña sonrisa:
-No me hará falta a donde voy…
Y Pete cierra los ojos porque esas palabras le duelen más que nada en su maldita existencia, porque esas palabras impregnadas en resignación a algo peor a la muerte solo le hacen sentir un lazo amarrándose a su cuello para asfixiarlo. Porque hay ciertos dolores que asfixian y hacen sentir que mueres, y que Patrick, su Patrick, le entregue lo único que le queda…
-Pat, yo…
-Shh. –Ahora es Patrick quien lo calla a él, mientas se levanta sobre la punta de sus pies para ponerle la cadenita que sostiene el guardapelo.- Ya nos volveremos a ver sí existe algo más allá, después de las cenizas.
Patrick se ríe un poco, pero nada en ello da gracia. Pete asiente, apretando muy fuerte los labios y los parpados porque está sintiendo las lágrimas inundarle y sabe que no podrá dejar a Patrick si le ve a los ojos una vez más. Así que opta por mantenerlos cerrados mientras Patrick baja la cabeza.
-Nos veremos en otra vida, hermano. –Se despide Joe desde su lugar, su vos tan normal como si esa no fuera en realidad la última vez que se ven.
Pete asiente, y con los ojos aún sin abrir, vuelve hacia la puerta, gira el pestillo y da el primer paso a su purgatorio. Hacia su propia tragedia.
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Nota: ¡Maratón antes del final!
Miento, son solo 3 capítulos pero todos fingiremos que es un maratón para que yo me sienta bien. Y sí, estos 3 últimos capítulos marcan el final de la Parte 1: Pecados. Si tengo tiempo, mañana mismo comenzaré con Tragedias. Así que... ojalá no me odien que ya nos veremos más pronto de lo que creen. Disfruten de este y de los dos capítulos restantes. {Agradezcan a @AndreaMendez8 que ella fue quien dio la idea(?
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Escribo pecados, no tragedias [Frerard] UBPLI1
FanfictionEllos creían que algo como eso jamás había pasado, que los pecados y las tragedias vienen de la mano. Sin excepción. Pero la eternidad es realmente larga, y la inmortalidad realmente eterna, y sería demasiado egoísta asegurar que cosas así no habían...