Capítulo 13

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La luna apenas y logra verse detrás de todas las nubes que cubren el cielo, como si algo allá arriba estuviese furioso de lo que las bestias infernales están a punto de hacer. Ligeras gotas de agua caen sobre el pasto seco del jardín muerto, pero Frank no las siente por que estás se confunden con sus lágrimas.

-¡Las reglas del juego siguen! -Pronuncia Zacky, quien está al centro del círculo a un lado de Frank. Extiende sus brazos hacia arriba y deja salir una carcajada mientras las gotas se engruesas y le golpean el rostro con furia. Él se burla, puesto que el cielo está enfurecido, pero él sabe que ellos no pueden entrar ahí por que el territorio le pertenece al infierno.

El viento les revuelve a todos el cabello, y Toro tiene que resignarse a intentar ver a través de estos. El rugido que trae el viento es tan diferente a las carcajadas que Frank recuerda de las brujas, y su cuerpo se contrae de tan sólo tener el recuerdo tatuado en su memoria.

-¡Gerard Way tendrá hoy el derecho de acabar con los marcados de la década!-. Su vos está llena en excitación, y algunos de los vampiros presenten sonríen, mientras que otros tienen una expresión indescifrable o de horror. Gerard posee la segunda. -O al menos con este-. Se corrige con una ligera risa. -Esta noche, ¡el cielo estará presente de nuestro parlamento! ¡Y los ángeles allá arriba sentirán horror y terror de nosotros! ¡Por que si agachan la cabeza desde lo alto, se encontrarán con que sus oportunidades de salvar tierra de nadie, los marcados, yacen desangrados de toda alma!-. Su sonrisa se va borrando de su cara poco a poco hasta adquirir una expresión serena. -Y que el cielo les tenga misericordia, por que el infierno no la va a tener.

El cuerpo de Frank sigue temblando, sus huesudos y desnudos brazos se siguen abrazando a sí mismo, con frío, con miedo y un montón de dolor. Por que es consciente de lo que viene después, y quizá Ryan haya tenido razón: A veces la muerte es mejor que la vida.

Zacky se gira a encarar a Gerard, el mayor mantiene sus ojos escondidos bajo los mechones de fuego y la mirada clavada en sus propias manos. -Tienes 60 segundos para hacerlo. -Le dice en un susurro helado cuando pasa a su lado.

El cuerpo de Gerard es empujado al centro, justo a dos metros de distancia del de Frank. El menor de ambos no alza la mirada pero sabe que está ahí, por que de inmediato su llanto se deja escuchar aún más. El viento sopla fuerte y se escuchan los ladridos de los perros infernales de fondo, los pies de Frank parados tristemente del sitio donde, de día, crecen las calabazas, y de pie a unos metros del viejo árbol donde pasó todas las tardes de su vida.

El tic toc se escucha como una marcha fúnebre, como una bomba de tiempo contando los segundos que faltan para que llegue el final.

Zacky está sentado sobre una silla pero que más parece un trono hecho de enredaderas y metal oxidado, su vista puesta al frente, sus manos apoyadas en los respaldos, su temible sonrisa creciéndole en la cara como una serpiente.

Gerard mira a Frank y lo único que puede ver es la forma con la que tiembla, como si estuviese roto, quebrado, descocido hasta el punto de no funcionamiento. Todo su torso está empapado y lleno de moratones, y Gerard con tan sólo mirarle un poco descubre los dos huesos rotos.

Su garganta se cierra.

El tiempo se está agotando.

La sonrisa de Zacky se hace más y más grande, con la emoción contenida de saber que será él quien tendrá que matarle. Esperando ansioso a que llegue el momento. -7 segundos...

Gerard mira a Frank: La forma tan bonita de su nariz respingada, los mechones negros de su cabello escurriéndole llenos de agua, el contorno de los delgados y finos labios que tan bien se sienten presionadas junto a los suyos, pero se siente triste, por que lo único que le falta a Frankie es su sonrisa.

Escribo pecados, no tragedias [Frerard] UBPLI1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora