Capítulo 10.
Frank no pudo dejar de pensar en las palabras del rubio; hablo de él como si fuera un objeto, un objeto al que habían marcado de alguna manera. Su mente divagó mientras estrujaba sus manos nerviosamente mientras caminaban, con el aire más pesado y el frío cortando la circulación.
Empezó a haber guijarros atravesándose en las plantas de sus zapatos, que al ser movidos sin querer comenzaban a rodar hacía enfrente, dando a entender que el piso se inclinaba ligeramente. La pared parecía más desgastada y solo hecha de piedra, atrás se habían quedado las elegantes decoraciones victorianas para dar paso a seguramente, un lugar mucho más antiguo dentro de la mansión.
El tiempo parecía ser marcado por el sonido de una corriente de agua a lo lejos, deslizándose con fragilidad seguramente cerca entre las mismas piedras por donde caminaban. Frank miró al techo, podía ver los pequeños cuerpos de murciélagos pegados a la piedra, sin hacer ruido, probablemente dormidos o quizá no.
-Está bien, iremos a buscar a Joe ¿Y luego qué?. –Pregunta el del traje de aspecto más viejo, Pete.
Gerard gruñe como respuesta y aumenta el paso, haciendo que Frank se quede atrás junto a Patrick, por lo que el más chico de un saltito y corre hasta volver a alcanzar al pelirrojo.
-Rogaremos que nos ayude.
-¿A qué? ¿A encontrar al chico, o a que no los maten?
Pete suspira y camina hacía Patrick, que le mira enfadado con la mirada. El rubio bajito no ha cambiado de actitud ante la situación en la que el mismo decidió entrar. Quizá está enojado consigo mismo, por no haber podido decir "no" a la situación y haber terminado metido en todo ese problema.
Pete le palmea el hombro a Patrick, recibiendo una mirada de odio a cambio.
-Pat, te has confundido... -le suelta con una sonrisa- No es "los" es más bien un... un "Nos"
Patrick le da un manotazo en la mano, haciendo que Pete aparte la mano, se la sobé y luego eche los pulmones fuera por la risa. El moreno vuelve a caminar junto al más bajito de ellos.
-Además no nos van a matar, para matar algo primero debe estar vivo.
Le sonríe y le guiña un ojo, antes de volver a adelantarse y alcanzar el paso de Gerard y el pequeño humano a su lado. Patrick refunfuña y tira pequeñas maldiciones hacía su moreno amigo.
-Y tú, pequeño humano, ¿Cuál dices que es tu nombre?
-Frank. –Responde a su lado, aun jugueteando con sus manos en la áspera tela de su sucia ropa.
-Ah si –Pete sigue sonriéndole sin apartar la mirada, y el pelinegro se incomoda más a cada segundo- Y dime Frank ¿Te asusta la noche?
Frank deja de caminar por un segundo, quizá mucho menos. Para cualquiera eso habría sido casi imperceptible, pero para el trio de pared de ojos que le miran aquello es sin duda más allá de visible. Más que eso, Pete obtiene su respuesta y sonríe.
-No deberías asustarlo. –Interviene Patrick, posándose a su lado y caminando al mismo paso que los otros tres.
Pete le mira y ensancha su sonrisa, dejando a la vista un par de filosos colmillos que destellan con la poca luz.
-No te estoy asustando, ¿verdad Frankie? –Pregunta ignorando como Gerard entierra las uñas en sus palmas- Solo es un juego ¿verdad?
Frank traga saliva mientras sus músculos comienzan a captar el súbito cambio de temperatura, tan anormal y escalofriante que el frío que le recorre la espalda es reconocido como los principio del terror. Pete se detiene frente a él, con ambas manos en los bolsillos, los nudillos marcándose a la ropa vieja y anticuada como si sostuviera algo entre sus dedos. Frank se detiene a observar al vampiro que se inclina un poco sobre sí, sus ojos obscuresidos lejos de ser a causa del delineador. Con una ligera mirada, Frank advierte la iris totalmente enegrecidas de la criatura, como si dentro de las pupilas no hubiera nada más que vacío. Nada.
ESTÁS LEYENDO
Escribo pecados, no tragedias [Frerard] UBPLI1
FanficEllos creían que algo como eso jamás había pasado, que los pecados y las tragedias vienen de la mano. Sin excepción. Pero la eternidad es realmente larga, y la inmortalidad realmente eterna, y sería demasiado egoísta asegurar que cosas así no habían...