-No, no, no, no, por favor dime que está bien, - conforme estas palabras salieron de mi boca Ian se puso de pie como un resorte y se colocó a mi lado.
-Lo tienen en terapia intensiva, no me han dejado verlo, -dice mi mama llorando.
- ¿En qué hospital están? -pregunte.
-En el hospital del sur, -me contesto mi madre.
-Voy para allá, -y colgué el teléfono.
Comencé a ponerme mi ropa mientras la lagrimas se desbordaban por mis ojos, ¿joder donde habían quedado mis zapatos? Comencé a buscarlos en la habitación de manera desenfrenada, hasta que Ian me tomo en sus brazos y me consoló.
-Shhh tranquila vas a ver que se va a recuperar.
No puede más, me solté a llorar como hacia mucho que no lo hacía, no puede mantearme en pie y me fui resbalando al piso hasta quedar sentada, Ian junto conmigo, llore y llore sobre su pecho hasta que no pude más, Él todo lo que hizo fue abrazarme mientras pronunciaba palabras de consuelo.
****
Dios mío, verla así, devastada y sumida en el dolor, me desgarro el alma, la amaba, si la amaba ya no podía negármelo a mí mismo y no quería que ella sufriera, daría mi vida con tal de poder evitarle ese dolor, dolor que yo conocía muy bien, cuando mi madre murió mi mundo se tornó gris y vacío, fue como si me hubieran arrancado el corazón, hasta que llegó ella.
-A ghràidh, tha mi an seo còmhla riut (amor mío, estoy aquí contigo), -dije, mientras la mecía en mis brazos.
Finalmente se tranquilizó y nos levante a los dos del piso, la ayude a encontrar su ropa, sus zapatos y nos cambiamos, le sorprendió que quisiera acompañarla al hospital, así que solo le sonreí y le dije que no iba a dejarla sola.
Me dio una mirada de agradecimiento, nos subimos a mi coche y nos fuimos, llegamos al hospital en 20 minutos, recorrimos la sala de espera hasta que ella encontró a su mama, nos acercamos y ellas se abrazaron mientras lloraban de nuevo, la señora Fuentes por fin se percató de mi presencia, me miro y después desvió la mirada hacia su hija con ojos interrogantes.
-Mama, te presento a Ian Makena él es... un amigo y compañero de trabajo, -le dijo a su madre.
Joder ¿amigo?, después de todo lo que había pasado entre nosotros ¿solo me consideraba su amigo?, quise soltar una maldición, pero no era el lugar ni el momento adecuado, ya pondría las cosas claras después cuando estuviera a solas con ella.
-Mucho gusto señora Fuentes, lamento que nos conozcamos en estas circunstancias, siento muchísimo por lo que está pasando, si puedo hacer algo por usted, por favor no dude en decírmelo, -dije de manera que no se notara mi molestia por cómo me había presentado su hija.
-Muchas gracias, Señor Makena, un gusto conocerlo, pero por favor solo llámeme Abigail, -dice con amabilidad.
-Muy bien Abigail, por favor igualmente te pido que me llames Ian.
-Así que, ¿trabajas con mi hija? -pregunta.
-Así es, nos conocimos cuando ella se incorporó a trabajar a la empresa, -dije con una sonrisa.
-Si no es mucha intromisión, a que te dedicas Ian.
Estaba a punto de decirle que era el Jefe su hija, cuando llamaron a los familiares del Señor Francisco Fuentes, ellas se voltearon de inmediato y todos nos acercamos al doctor esperando las noticias.
-Dígame doctor, ¿cómo está mi padre? -pregunto Mariane.
-Señorita lamento decirle que su padre sufrió un infarto, afortunadamente pudimos atenderlo a tiempo, se le hizo un cateterismo para destapar las arterias del corazón afectadas, pero todavía tenemos que esperar a ver cómo reacciona, es posible que le queden secuela como problemas de movimiento en una de sus extremidades y en su boca, pero tengo fe de que una vez fuera de peligro con terapias recobre el hasta el 95 por ciento de su funcionamiento. Tendrá que hacer cambios mayores en su vida, comenzando con su alimentación, hacer un poco de ejercicio y combinado con los medicamentos que tendrá que tomar de ahora en adelante, estará bien.
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ESTA SOY YO
RomanceHoy en un día como como cualquier otro, Mariane se dio cuenta que este mundo no estaba hecho para mujeres con sobrepeso, estas mujeres son rechazadas por la sociedad por el simple hecho de que no se acoplan a los estándares que dicha sociedad impone...