CAPITULO 4.

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Paso un mes completo, hasta que al fin se comunicaron conmigo de la empresa "Scotch Heaven Ltd.", querían que acudiera a una entrevista directamente con el dueño, al parecer este Señor se tomaba muy en serio la contratación de sus empleados y quería hacerlo personalmente, la entrevista era para el día siguiente a medio día.

Decidí que era necesario comprar algo de ropa adecuada para la entrevista, quería dar una buena impresión y no tenía mucho de donde elegir. Ahora en día, la ropa es diseñada para mujeres esqueléticas que no tienen ni pisca de carne en los huesos y cada día que pasaba, menos ropa encontraba.

-Dios, como odio salir de compras -murmure.

Ya se me había olvidado el martirio que es para una mujer como yo encontrar algo decente, algo que no te haga parecerte a tu mama, o a la ama de llaves de esas películas antiguas, para ser un país que tiene los primeros lugares de obesidad del mundo, no diseñan mucho para gente asi.

-Señorita tendrá ese conjunto de ahí, en talla 2XL por favor, -pregunte a la dependienta.

-Lo siento señora, pero toda esta línea de ropa la talla mas grande que maneja es la Grande.

Joder, joder, joderrrrrrr, ¿señora?, está bien que soy una mujer soltera de 38, bueno casi 39 años, pero ¿acaso me veo tan vieja?... bueno mejor que no responda.

-Pero tengo aquí unos que acaban de llegar, permítame que se los muestre -comentó.

La mujer que se atrevió a llamarme señora, regreso con unos conjuntos hechos como para mi abuela, que en paz descanse.

-La santa inquisición estaría más joven que esos conjuntos, -dije.

La mujer entendió que no tenía nada de lo que yo estaba buscando y amablemente me invito a irme de ahí, ja me reí, si supiera la cantidad de veces que he tenido que lidiar con personas como ella o peor. A lo largo de estos años desde que me habían dicho que tenía diabetes, había cambiado mis hábitos alimenticios, hecho un poco de ejercicio y logre bajar de peso, pero no lo suficiente para encajar en los estándares de la moda, para ellos seguía siendo gorda.

Finalmente encontré un conjunto sastre, color azul índigo, moderno y que no me hacía verme como mi mama, con eso me di por bien servida y me dirigí a la caja. Mientras la mujer quitaba etiquetas y sensores de la ropa, me sonó el teléfono, lo saqué y vi que era mi madre y conteste.

-Hola Cariño ¿cómo estás? -pregunte.

-Hija, que gusto me da escucharte, hace mucho que no vienes a la casa, ya sé que estas ocupada, pero ¿por qué no vienes a comer?, tu padre ha estado un poco delicado de salud.

-¿Que? ¿porque no me habías dicho?

-Tranquila solo fue un resfriado y ya se encuentra bien, -dijo.

-De acuerdo, comentos juntos hoy entonces, te veo más tarde, besos.

Mientras trataba de sacar la cartera de mi bolsa para pagar, escuche decir a la mujer de la caja.

-Tienes novio? – pregunta con incredulidad la mujer.

Mire a la mujer y a su rostro de incredulidad de que alguien se haya fijado en mí.

-Dije, si porque, ¿tú no?

La cara de amargura que puso me dijo que di en el blanco, ¿de verdad pensaba que le iba a contar de mi vida?, joder con la gente; tiene suerte de que no la haya mandado a freír espárragos junto con su cara de superioridad.

Por años tuve que aguantar los comentarios despectivos de la personas acerca de mi físico, de que se creyeran con el derecho de juzgarme solo por lo que ven por fuera, sin dar oportunidad de conocer al ser humano que hay dentro, siempre fui de poca paciencia pero, nunca le di mucha importancia a lo que los demás pensaban de mí, ya fuera bueno o malo, pero en los últimos años cada día que pasaba, me hacía menos tolerable a ese tipo de situaciones y mandaba a china a todos aquellos que se atrevían a intentarlo, aquí el punto es que lo intentaran, -me reí, siempre dije que era mejor que digan que eres una cabrona a que eres una pendeja y debo decir que me ha funcionado bastante bien.

ESTA SOY YODonde viven las historias. Descúbrelo ahora