Abro los ojos y el embriagador perfume de Ian llega hasta mi nariz, esta acostado junto a mí. ¿Qué hora es y cuánto tiempo he dormido? Miro por la ventana y no hay luz que se filtre por ella. Estiro mi brazo hacia la mesa de noche junto a la cama para tomar mi teléfono, cuando siento las náuseas hacerse presentes. Joder no otra vez, pongo mi mano sobre mi boca mientras me levanto aprisa sin despertar a Ian, me dejo caer en el piso mientras meto mi cabeza al escusado, vomito todo lo que comimos y bebimos anoche, siento el regusto amargo del vomito en mi boca y esto me provoca más arcadas. Ya vomité todo, pero mi estomago sigue contrayéndose, tengo los ojos llenos de lágrimas por el esfuerzo de las arcadas y de mi boca ya no sale nada. Cuando por fin paran, me siento en el piso, en lo que mi respiración se normaliza.
Tenía que ir al ginecólogo de inmediato, solo para que me confirmara que estaba embarazada. Estaba casi segura de que a eso se debían los vómitos, pero mi mente aun guardaba una pequeñísima esperanza de que fuera una infección intestinal o algo similar. Me reí de mí misma, ¿a quién trataba de engañar? Esto es lo que pasa cuando tiene sexo como una desquiciada a cada momento del día y donde te agarraba la necesidad. ¿Ahora que se supone que debo hacer?, anoche era mi oportunidad de decirle a Ian sobre mi enfermedad y al final me quede dormida.
Aparte de ir al ginecólogo, necesitaba también ver a mi medico particular, para ver como afectaba un bebe a mi enfermedad, o mejor dicho, como afectaba mi enfermedad a este bebe.
Suspiro y me levanto del piso, busco en los cajones del baño y encuentro un cepillo de dientes nuevo, lo abro y comienzo a lavarlos. Cuando regreso a la habitación Ian sigue dormido en la misma posición en la que lo deje, así que me meto de nuevo en la cama y me acurruco a su lado, mi cabeza descansa sobre la almohada y el calor de Ian me envuelve. Me hago un ovillo entre las sábanas suaves y esponjosas y me vuelvo a quedar dormida.
Estaba sumida en mi sueño cuando un grito desgarrador me despierta de repente. Abro los ojos de golpe mientras mi corazón late desbocado y busco el lugar de donde proviene el sonido.
-No, no, no te vayas por favor. -Dice Ian aun con los ojos cerrados. -No me dejes solo, te necesito.
Las lágrimas corren por sus mejillas y se remueve inquieto entre las sábanas, mi corazón duele al verlo decir esas palabras con tanto dolor.
-Quédate... Lucha por favor. -Suplica y la necesidad de consolarlo se hace presente en mí.
-Ian, despierta Cariño. -Le digo mientras coloco mi mano sobre su mejilla mojada.
-Mamá. -Dice soltando un suspiro doloroso.
En todo este tiempo que habíamos dormido juntos nunca había hablado dormido, o tal vez no me había dado cuenta. Todo lo que sabía de su madre es que había muerto diez años atrás debido a la leucemia. A Ian aun le dolía hablar de ella, así que no había insistido porque no me gustaba verlo sufrir.
-Mar, noooo. -Grita de nuevo, haciendo que mi corazón salte. -Tu no, por favor no.
-Mi amor aquí estoy, despierta. -Pongo una mano sobre su hombro tratando de despertarlo lo más gentilmente posible.
Se remueve inquieto hasta que por fin abre los ojos. Mira a todos lados pero no enfoca nada en particular, es como si su mente estuviera todavía en el sueño a pesar de estar despierto.
-Cariño, tranquilo solo fue una pesadilla. -Digo para tranquilizarlo un poco.
Su cabeza se mueve en mi dirección y sus ojos hacen contacto con los míos, me está mirando como si no pudiera creer que me encuentro frente a él, así que le sonrió mientras me acerco un poco más.
-Mar. -Dice soltando un suspiro y atrayéndome a sus brazos. -Pensé... pensé que te había perdido.
El dolor se palapa en las palabras que dice, no entiendo a qué se refiere con perderme, pero sin darle más vueltas lo abrazo con todas mis fuerzas y el entierra su rostro en mi pecho.
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ESTA SOY YO
RomanceHoy en un día como como cualquier otro, Mariane se dio cuenta que este mundo no estaba hecho para mujeres con sobrepeso, estas mujeres son rechazadas por la sociedad por el simple hecho de que no se acoplan a los estándares que dicha sociedad impone...