CAPITULO 16.

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Abrí los ojos y lo primero que me encuentro es el rostro de Ian, aún estaba dormido, dios, necesito ir al baño, me muevo un poco y hago una mueca, joder, joder, que me duele todo el cuerpo, siento como si hubiera corridos un maratón y después hubiera hecho levantamiento de pesas el resto del día.

Mi mente divaga en todo lo que hicimos ayer, después de la primera vez frente a la chimenea, me hizo el amor tres veces más, una en la terraza, para finalmente terminar aquí en la cama los últimas dos. En las últimas 12 horas, había hecho el amor con este hombre 4 veces, claro que no me quejo, cada una de ellas fue increíble y en todas ellas, me hizo gritar de placer.

Lo observo mientras duerme, se ve tan tranquilo, nadie pensaría el hombre voraz y apasionado que era en la cama, me encantaba todo el, no sabía que el sexo podía llegar a ser así, aunque no se si fue porque nunca lo había experimentado o porque lo había hecho con él. Dios, la naturaleza me llama, trato de levantarme, pero me doy cuenta de que un brazo y una pierna de Ian están sobre mí, joder que me meo, -pienso, mientras trato de liberarme de él.

- ¿Dónde crees que vas? -Pregunta con voz somnolienta, apretando su agarre a mí.

-Necesito ir al baño, -digo con apuración.

-No te vayas, me encanta tenerte así, pegada a mi cuerpo, -comenta mientras me jala a su lado y entierra su rostro en mi cuello.

-A mí también me encanta tenerte para mí. -digo, mientras entierro mis dedos en su cabello. -Pero la naturaleza me llama, necesito usar el baño, por favor.

Finalmente suelta un gruñido y me suelta, me siento y hago una mueca de dolor, él se da cuenta y me mira.

-Dime la verdad, ¿Estas muy lastimada? -pregunta con cara de preocupación.

-Estoy bien, solo un poco... ¿escaldada?, digo a forma de pregunta, ya que no encontré una mejor forma de decirlo.

El suelta una carcajada, pasa una mano por mí nunca y tira de mi cabeza para poder besarme. Me derrito, me derrito, este hombre tiene la capacidad reducirme a nada con tan solo un beso.

En ese momento me doy cuenta de que estoy desnuda, joder, siento el rubor subir por mis mejillas y lo siento en todo el rostro, ¿cómo voy a ir al baño así? Entonces un pensamiento viene a mi cabeza.

-Por cierto Señor Makena, tengo que decirle que en el frenesí de la pasión que nos envolvió ayer, se olvidó de ponerse un condón.

Me mira y me mira por un largo rato, está intentando evaluar mi reacción, cuando de pronto caigo en cuentas de que no fue un olvido, Mierda.

-No lo olvide, solo no quise usarlo. -dice como si nada. -Quería sentirte sin que nada se interpusiera en nuestro camino, no quiero usar condón cuando estoy contigo.

Joder, joder, joooder, ¿acaso está intentando deliberadamente dejarme embarazada?

-Ian, no podemos volver a hacerlo sin condón, ¿qué pasa si quedo embarazada hee?

-Soy bastante capaz de hacerme cargo de un hijo mío.

Maldición, ¿está hablando en serio?, no es que no quiera hijos, pero ni siquiera sé, si podre tenerlos. No soy una niña, soy una mujer madura que necesita plantearse lo de tener hijos pero de ya, es solo que necesitaba decirle primero sobre mi enfermedad, si después de eso, todavía quería quedarse a mi lado y formar una familia, estaba más que dispuesta.

-Ian, -comienzo a hablar. -Tengo que decirte algo. -digo con un nudo en la garganta. -Yo... tengo... tengo...-demonios que no me salen las palabras.

-Mar, solo quiero hacerte un par de preguntas, ¿Me amas? ¿Has pensado en pasar tu vida a mi lado? -pregunta con aprehensión.

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