De vuelta a la rutina de diario y con tanto trabajo, casi no nos habíamos visto, Ian se ausentaba por periodos largos, cerrando negocios por todos lados, mientras que los esfuerzos que había hecho para llevar un mejor control de las importación habían dado su fruto, este mes se había reducido en un cincuenta por ciento los gastos que teníamos derivados de los embarques fuera de tiempo, sé que podía mejorar estas cifras pero necesitaba conocer el proceso en Escocia y revisar como es que registraban y controlaban los embarques que salían desde ahí; por más que había tratado de contactar al encargado nunca había recibido respuesta, ni por teléfono, ni por correo electrónico ni por ningún medio de contacto.
Quería evitar a toda costa tener que hablar con Ian, él estaba ocupado y no quería molestarlo con cuestiones que puedo resolver yo misma, pero me lo estaban poniendo difícil. Estaba sumida en mis pensamientos cuando escuche sonar mi teléfono, lo tomo y veo que es El, así que contesto.
-Hola Guapo, ¿cómo te trata el calor de la costa? -pregunto riendo.
En este tiempo había aprendido que a Ian le molesta el calor tanto como a mí, así que supongo que andar vestido de traje donde hay cuarenta y cinco grados a la sombra, con un sesenta por ciento de humedad no debe ser nada agradable.
-Hola Hermosa, -dice con alegría en la voz. -Joder, que es un infierno aquí.
-Lo sé, no sé cómo las personas pueden vivir así, la playa es solo para vacacionar. - ¿Cuándo regresas? -Pregunto, esperando no escucharme desesperada por verlo.
-En un par de días, ¿cómo están las cosas por la oficina? ¿ya regreso Duncan?
-Si, lo vi en la empresa esta mañana, parece que los problemas en Escocia se pudieron solucionar, así que no te preocupes todo está bien.
-Cariño, te extraño, te extraño mucho.
-Yo también te extraño, los días se me hacen eternos sin ti. -Digo un poco avergonzada por admitirlo.
-No sabes lo que daría por estar a tu lado, me muero por besarte, por tocarte y por...
Deja la palabra a medias, y después escucho voces de fondo, -Señor Makena lo están esperando, dice una voz de hombre, -Claro en un momento me uno a ustedes, contesto Ian y lo escuche soltar un suspiro cansado.
-Cariño, tengo irme, -Dijo con pesar. -Te llamo más tarde, te amo.
-Yo también te amo Ian, cuídate mucho y hablamos después. -Dije mientras aún permanecía en la línea a la espera de que cortara la comunicación, pero ninguno de los dos colgó.
-Joder, no quiero colgar, -Dice con enojo. -Cariño han sido muchos días sin ti, cuando te vea en un par de días, más vale que estes preparada por que no vamos a salir de la habitación en un mes.
Suelto una carcajada ante su comentario, yo también me moría por volver a hacer el amor con él.
-Te quiero, hablamos más tarde. -Dijo, cortando la comunicación finalmente.
Dios, este hombre era insaciable y me encantaba que así fuera, pareciera que nunca tuviera suficiente de él, era vernos y nos devorábamos mutuamente. Mientras mi mente se encontraba pensando en esto, tocaron a la puerta.
-Adelante. -Contesté.
Era la chica de recepción ¿Julia? O algo así, la verdad es que no recordaba, se escuso para entrar y me entrego un montón de correspondencia, se lo agradecí mientras le sonreía y dirigí mi atención a la computadora de nuevo, al paso de unos segundos ella seguía sin moverse de donde estaba, así que levanté la vista de nuevo hacia ella y por fin habló.
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ESTA SOY YO
RomanceHoy en un día como como cualquier otro, Mariane se dio cuenta que este mundo no estaba hecho para mujeres con sobrepeso, estas mujeres son rechazadas por la sociedad por el simple hecho de que no se acoplan a los estándares que dicha sociedad impone...