PRÓLOGO

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Siglo XVII- Año 1725

Muchos se han preguntado: ¿Qué pasaría si un vampiro se enamorará?, pero te has preguntado; ¿Enamorarte sería tu calvario, tu condena?

Un ángel caído, traicionado, ángel favorito. A su juicio, cruzar la línea del mal es algo que uno hace "sin darse cuenta ni ser consciente", y a los responsables de Caníbal les interesaba reflejar "esa presencia del mal en estado puro", subrayando que "es una cosa que nos puede pasar a cualquiera de nosotros".

La luz de la luna estaba en su punto, el viento soplaba a más de medianoche. Sobre el bosque caminaba una chica con una capa roja, mirando hacia atrás al sentir la presencia de alguien más, no sabía si la observaban o perseguían. En sus manos llevaba una antorcha que iluminaba por el sendero, regreso de un largo camino por el pueblo, buscando la medicina de su madre. Al llegar a casa, abrió la puerta adentrándose, dejando su capa a un lado viendo a su madre recostada sobre esa cama, sin pensar se acercó a ella.

Más de una vez su madre le advirtió sobre el peligro que sucede a estas horas de la madrugada; vampiros, brujas y demonios salen de cacería en busca de alimentos de almas perdidas que se encuentran en la desesperación, pero para ella era más que mitos y leyendas.

Al disolver su medicina sobre el plato hondo, su madre quedó sumergida en el sueño debido a dosis, salió de su casa para ir al río que corría enfrente de su hogar, se inclinó a lavar los platos que había ocupado, el agua estaba más que fría. Sin embargo, estando en sus más profundos pensamientos no se había dado cuenta de que alguien la observaba.

Entre los árboles se encontraba un hombre, recargado sobre el tronco del árbol; veía aquella chica de piel pálida, cabello largo y negro con ojos marrones como hacía sus labores día con día, observándola desde que era niña, la vio crecer, estando en una de sus pérdidas más dolorosas: la muerte de su padre, acompañándola tras la enfermedad de su madre. Recordaba aquella sonrisa de una niña, siendo una mujer, una hermosa mujer de cuerpo y alma —porque ¿Qué hombre no lo vuelve loco el cuerpo y la belleza de una dama? —Tras pasar los días, la madre de aquella chica fue vencida por esa enfermedad extraña.

Se encontraba enfrente río, llorando tras llegar el atardecer rojo, una lagrima escurría sobre su mejilla, alzó su rostro notando unos pies enfrente de ella, se trataba de un joven alto, piel pálida, con su cabello peinado de lado teniendo ciertos rizos.

Sin saber cómo, ambos se enamoraron, perdiendo los sentidos uno por el otro, ninguno de los dos tenía en cuenta que su amor sería prohibido, que la vida de uno y del otro dependería de ello, a veces se preguntaba ¿Por qué solo lo podía ver de noche? ¿Por qué jamás la visitaba en el día?

Se enamoró, entregándose a él en cuerpo y alma, su amor se despedía de ella como todos los días, pero ¿A dónde iba antes del amanecer?

Sin pensar, lo siguió al despedirse de ella, no se daba cuenta de cada paso que daba, la distancia que marcaba entre ellos era bastante, el frío de la noche, la luz de la luna era su acompañante, no sabía cuánto tiempo llevaba caminando, sus pies le dolían o, eso fue lo que sentía, a lo lejos observó una aldea ¿Será el pueblo donde él vive?, aunque, algo más llamo su atención, sus ojos se posaron sobre él gran castillo.

¿Cómo es que no sabía de este pueblo?

El sonido de una a carretilla, además de los pasos de un caballo llamaron su atención, escondiéndose detrás de un árbol fue como logré ver que sobre la carretilla había un cuerpo, la persona estaba inconsciente. Sin embargo, al notar como su amado lo tomó del cuello, olfateando sobre el cuello, los ojos de las chicas se abrieron al presenciar como clavo una mordida en dicha zona, la sangre escurría, pareciendo un mar de cascada.

¿Era verdad? Todas aquellas leyendas eran ciertas, camino hacia atrás, quería huir lo antes posible, de no ser que unas manos taparon su boca.

Aquella noche, el vampiro presenció cómo su amor fue destruido, estaba sobre las llamas, por más que trataba de detener a su padre, sabía que era él príncipe, pero afrontar a su padre el rey significaba la guerra entre los vampiros, sin saber a quién ordenar.

Antes de que colocaran la soga sobre su cuello, se acercó a ella, pidiéndole perdón por no poder enfrentarse, pero al mismo tiempo diciéndole que se volverían a encontrar. No podía decir nada, el hombre a quien amaba empezó a decir cosas sin sentido, sin entender la lengua el idioma mientras la veía a los ojos, hasta que clavó la mordida sobre el cuello de su amada, haciéndola sufrir de dolor, destrozándole la vida, llevándose hasta la última gota de sangre de su preciosa mujer.

El fuego se hizo presente viendo como su primer amor se convertía en cenizas por las llamas.

—Eres el príncipe de los vampiros, despojar a una humana sería tu más grave error, tú pecado—hablo el rey.

Fueron las palabras de su padre, sin embargo, él estaba dispuesto a sufrir aquel pecado, se había enamorado de una hermosa chica de nombre Lean Nabi. Se alejaba mientras los demás terminaban su sometido, camino hasta el río viendo sobre la palma de su mano la poca sangre que tenía.

Las yemas de mis dedos para ti están coloreadas de rojo, me quedo por encima de la encrucijada de la prueba. Camino hacia ti, sin conectar los dos mundos; Sangre roja, en esa corona, esa sangre fluyendo, siendo más sangre roja... Mis ojos y me estarás llamando al más allá de la delgada línea

Al término de su oración, aquella sangre se formó en pétalo rojo la cual se fue con el viento, el príncipe de los vampiros no descansará hasta volver a ver a su amor, su futura esposa como tal cual se lo había prometido.

Jeon Jungkook había hecho un pacto de amor de sangre roja.

Red Blood[Jungkook]+18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora