"Una mujer como yo."

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Jj: —¿Por qué nos detuvimos?

Jm:— No lo se... ¿Qué pasa allá afuera?

Hyunjin: — Jaebeom no deja de decir cosas en contra del capitán Jajeong, le ordenó a todos que se detuvieran

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Hyunjin: — Jaebeom no deja de decir cosas en contra del capitán Jajeong, le ordenó a todos que se detuvieran.-

Jj: —Oh, entonces eso es lo que pasa.-

Ella se bajó de la van para allí fuera encontrarse con Jaebeom, quien se encontraba bastante irritado con una cara no muy agradable.

Jj: —¿Qué demonios crees que haces?

Jb— No sé qué diablos intentas, pero me niego a seguir las órdenes de una mujer.

Jj:—¿¡Maldito bastado, acaso quieres morir!?

Jb—Jajaja ¡Oh! Te crees mucho solo porque eres la esposa del líder?- opinaba este mientras se acercaba cada vez más a su superior para quedar a solo unos pocos centímetros de ella. —Eres una Z-O-R-R-A que lo único que sabe hacer es abrir las piernas y gemir mientras Yoongi le parte el cul*.- él soltó una sonrisa como si se sintiera orgulloso de decir aquello.

— Te advierto que olvides tus diferencias y lleves tu trasero dentro del auto ahora, sé que tu ego está herido después de que te quitaran de tu puesto como jefe por una "mujer" como yo.

NO puedes tomar decisiones por encima de mí, ya no eres el jefe, ahora lo S-O-Y- Y-O. - Esta le dio la espalda para inmediatamente ver como se iba hacia atrás debido a que este la había jalado del cabello.

Solo 15 segundos después se pudo observar de todos los ángulos aquella escena donde un Jaebeom yacía en el suelo con su garganta profundamente cortada mientras se desangraba. Jajeong se sentó enzima de su cuerpo y comenzó a apuñalarlo múltiples beses.

La sangre salpicaba su camisa blanca tanto ahí como en su piel. Exactamente, se pudieron contar más de 30 puñaladas irreversibles en su abdomen, estómago, hígados, páncreas y esófago. Esta vez ella se había dejado llevar.

Después de recordar que al rededor la observaban, aquellos subordinados se paró, sacó el cuchillo de aquel cuerpo inservible y lo giró sobre su mano.

Dejó salir un pequeño gruñido tratando de aclarar un poco su voz y dijo. — Lo siento, me emocioné demasiado... Quiero que tanto a mí como a mi esposo se nos respete de manera adecuada. ¿Es tanto pedir? - *mostraba una sonrisa de oreja a oreja.*

—Creo que podemos continuar con el viaje, si hay alguien más que quiera jugar a hacer, que mi paciencia se agote, pues levante su mano.- Esta vez se veía y sonaba realmente severa. — Con respecto a esto... desháganse de él en menos de dos minutos.- Como era de esperar, solo hubo un silencio pesado, nadie se atrevió a hacer tal cosa como retarla.

Ellos tenían sus miradas cabizbajas, se mostraban realmente sumisos ante su presencia. Nadie era capaz de provocarla, esa mujer estaba loca.— Bien, entonces, ¡¡let's go!!

Hijos De La Mafia 2.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora