Hijos De La Mafia 2.

Indecencia al descubierto.

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— Mátalos.- de manera rápida se comenzaron a escuchar disparos. Estos provenían del arma de Jajeong, quien de manera limpia apuntaba a los puntos vitales de aquellos 10 subordinados yakuza que se encontraban arrodillados esperando su fatídico final.

De inmediato, los que estaban afuera de la residencia se mantuvieron vigilantes.

— Naibu de ittai nani ga okotte iru nodesu ka?-(¿Qué demonios está pasando adentro?)

—Retrocede.- *decía casi como una orden, uno de los hombres de Yoongi*

— Oriro baka! Hairimasu!- (Quítate idiota!, vamos a entrar!)

—Oye, ¿acaso quieres morir? ¡Hijo de puta, te dije que retrocedieras!- /imaginen que lo está diciendo en coreano, por cierto, unos están hablando japonés y otros coreanos, por ende hablan sin entenderse. so... imaginemos please./

Iban a empezar a enfrentarse entre ellos, pero en ese momento las puertas se abrieron revelando a Yamaguchi y a Saturo saliendo por esta.

—Larguémonos de aquí.* mandaba el jefe de estos japoneses.*

— Jefe, ¿Dónde están los otros?

—Están muertos.- luego de decir esto, ambos entraron al auto en donde vinieron y se marcharon.

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—Yoongi, tenemos algo más sobre qué discutir.-

—...-*ella captó rápidamente su atención*

— Me gustaría nombrar a alguien en especifico como mi secretario.-

— Tráeme su curriculum y veremos que pasa.

— Aquí está.- el dio una mirada extrañada, tomó aquello y lo dejó sobre la mesa.

— ¿Algo más?

—Quiero que empiece mañana con sus labores.

— Bien.

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Pov Jajeong:

Cuando llegué a casa no vi a Byeol ni a Lisa por ninguna parte. Llamé varias beses al teléfono de ella pero no contestó.

Así pasaron horas y aun no llegaban. Eran las 9:00 P.M, tenía tres horas esperando en el living a que alguien entrara por aquella puerta.

Después de unos minutos más oí la melodía de la puerta al abrirse y me puse de pie. Eran Lisa y Byeol entrando con bolsas en sus manos.

— ¡Mami! – en cuanto Byeol me vio se acercó a mí, lo alcé y abracé mientras miraba a aquella mujer sin hacer una mínima expresión con mi rostro.

Inmediatamente ella se dio cuenta de mi presencia bajó su mirada hacia el suelo.

— Te extrañé mucho mamii.

— Yo también te extrañé.-dije mientras acariciaba su cabeza suavemente, aunque no podía quitar el ojo de aquella mujer.

— Byeol, podrías llevar unas bolsas de estas a la cocina? te cocinaré algo muuy delicioso. ¿Sí?

— ¡¡Sí!!

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— En primer lugar ¿Dónde estaban?

—Siento si la preocupé, estábamos en el centro comercial haciendo unas compras.

—En segundo lugar ¿Por qué no fui avisada sobre ello?