Hijos De La Mafia 2.

La niñera.

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— Ngh S-saturu kun

— Gime mi nombre más fuerte. - ordenaba mientras dejaba escapar un gruñido, solo para segundos después ver como su sumiso compañero sexual gritaba su nombre y arqueaba su espalda en señal de placer.

Antes de que se diera cuenta ya estaba contestando el insistente teléfono que hacía horas ignoraba. Pues este odiaba cuando lo interrumpían a mitad de sus noches de lujuria, sexo, alcohol y drogas.

—Yamato, espero que sea muy urgente lo que tienes que decirme por qué si no me encargaré de arrancarte las bolas.- conminaba mientras se sentaba a la orilla de la cama bastante molesta.

— Señor, los contenedores; se los llevaron y secuestraron al Jefe Yamaguchi.

— ¡¡Maldito idiota!!, como pudiste dejar que algo así pasara?? ¡Que arreglen mi viaje para mañana temprano!-

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Jj: —Tendremos invitados muy especiales, es mejor prepararnos para recibirlos.- Decía con gran entusiasmo y jubilo, entretanto le mostraba al encadenado e inconsciente 1er Jefe de la mafia japonesa.

Yg: —Valla.. a esto te referías.- este sacaba una pequeña sonrisa de satisfacción y la miraba con bastante alborozo.

Yoongi colocó un maletín enzima de la mesa y lo abrió acercándolo a Jajeong. — Este es tu dinero.-

Sg se acercó a ella y la observó detenidamente. Quería asegurarse de que no estuviera herida en alguna parte.

— Ya deja de tocarme, es molesto.-

Yg: —Posiblemente llegarán mañana en la noche.

Pov Jajeong:

Nos dirigíamos a las afueras de las instalaciones Min, cuando alguien repentina y casualmente llega a mi cabeza. Debido a esto me detuve e intenté hacer memoria, pero no recordaba nada.

—Yoongi...- este se volteó a mirarme de manera interesada en lo que diría. — Me pregunto que a pasado con la chica que me disparó, Mh... ¿Cómo se llamaba?.. ¡Oh! ¡Ya lo tengo! Es Jae Ryung.

Este asintió con su cabeza lentamente para hacer una pequeña pausa y decir... —Ella está viva. La dejé vivir para que mi esposa t/n decidiera qué hacer con ella al despertar.

— ¡Oh, qué interesante! ¿Y dónde está? Me da curiosidad saber qué tipo de cara pondría al torturarla. - él se acercó a ella quedando a unos escasos centímetros, luego de mirarla por unos segundos acercó sus labios a su oído y susurró unas palabras que solo ella escuchó.

— Tú no eres la mujer con la que me casé, tampoco eres la madre de mi hijo, ni la joven chica de la cual que me enamoré.- luego de murmurar estas palabras se alejó y siguió su camino, en cambio, Jajeong se quedó inmóvil sonriendo, algo en ella se deleitaba al escucharlo así. Él estaba siendo duro con ella, pero en el fondo le dolía decirlo, aunque eso Jajeong ya lo sabía.

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Afuera ambos llegaron al auto en el que se marcharían, estando allí mientras Yoongi encendía el auto, de repente aquella pelinegra besó sus labios. Ella buscaba hacer el beso más profundo, pero el contrario dejaba su boca cerrada a propósito.

Al ver que no cedía, esta mordió la comisura de sus labios haciendo que sangrara un poco, el mayor sacó un pequeño quejido por lo molesto que se sentía esa diminuta cortada.