XXVII

5.2K 475 22
                                    

— ¿No crees que exageras un poco?

— Nunca seré lo suficientemente exagerada si se trata de nuestro hija. —Dijo muy orgullosa la alfa. — Además no fue tanto dinero y seguro que se verá lindo en su habitación.

— Sab, aún no nace y tú tienes arreglada su habitación con objetos que usará hasta la universidad, deberías relajarte un poco. — Dijo con una sonrisa. — A la bebé no le importará nada de esto, serás un genial papá solo por ser tú.

— Pero es una almohada hermosa, podrá dormir abrazándola.

— Bueno, tienes razón, es un peluche muy bonito en realidad. — Dijo mientras sacaba el peluche en forma de perro de la bolsa.

— ¿Verdad? —Respondió emocionada. — Lo vi cuando salía del trabajo.

La alfa había pasado los últimos tres meses de la misma manera, estaba más emocionada que nadie por la noticia y aún más ese día pues por fin les contarían la noticia a los padres de Miranda.

El vuelo llegaría a en un par de horas, la pareja decidió que Sabrina iría al aeropuerto para que no pudieran oler las feromonas de Miranda, querían que fuera una sorpresa.

En el fondo a Sabrina le gustaría poder compartir todo aquello con su familia, sabía que no sería su mundo pero... ¿Podía llamar a su hermano?

— No creo que puedas esperar seis meses más. — Se burló Miranda.

— Esperaría la vida entera.

— Antes nuestra casa se convertirá en una juguetería.

Sabrina aprovechó el momento para abrazar a Miranda, para dejar caer su cabeza en el hombro de la omega inhalar encontrando así seguridad en el aroma más perfecto del mundo. Ahora era incluso capaz de sacar un poco ese instinto protector, ya no se quedaba callada o asustada con cualquier situación que molestara a Miranda y eso alegraba a ambas pero aún más a la alfa quien se sentía útil.

— Nunca me había sentido tan calmada. — Susurró.

— Creo que jamás veré un mejor padre que tú. — Miranda también aprovechó para liberar más feromonas, inconscientemente quería impregnarlas en su alfa, quizá solo era un instinto por el embarazo. — O al menos una más consentidora.

— Pienso darle toda la atención que me negaron. —Mencionó segura de sus palabras.

<<>><<>><<>><<>><<>><<>><<>><<>><<>>

— Que gusto volver a verlos. — Sabrina quería sonar confiada y amable pero era obvio que aún le era difícil hablar con gente externa a su círculo social más cercano.

— El gusto es mío Sabrina. — En cambio la para la madre de Miranda la situación era de lo más natural.

— Disculpen a Miranda, quería venir a recogerlos pero... — No había pensado en una excusa en realidad.

— No te preocupes, lo entendemos, de cualquier manera ya estamos aquí. —Continuó el padre.

— No saben lo emocionadas que estamos de mostrarles nuestra nueva casa.

Como padres de Miranda aquellos dos no podían estar más felices por su hija, por mucho tiempo habían pensado que Miranda terminaría con una vida triste y solitaria pues no aceptaba a nadie en su vida rechazando a todos con un vaso de alcohol en mano pero ahora, bueno, su hija era completamente diferente, con solo decir que había vuelto a sonreír.

— Es bueno saber que las dos están muy bien juntas, pensé que con todo el alboroto que sucedió quizá tendrían algunos problemas.

Sabrina se quedó pensando mientras cerraba la cajuela, no respondió nada hasta no estar dentro del auto lo que hizo pensar a los mayores que habían dicho algo malo.

Déjame amarte (Omegaverse GL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora