XVIII

6.5K 687 41
                                    

El tiempo parecía no avanzar mientras estaban abrazadas con cada roce de la piel se sentían como fuego pero resultaban adictivos. Sabrina seguía teniendo miedo, no podía negar que sus inseguridades eran más fuerte que ella la mayor parte del tiempo pero mirar el rostro sonrojado de Miranda incitándola a seguir borraban el miedo.

Ambas sabían que aún escurría un poco de sangre de la nuca de Miranda pero solo a Sabrina parecía preocuparle, lo suficiente al menos como para calmarse a pesar de las feromonas y recostarse un momento para tratarla.

— No es nada, podemos esperar. — Aclaró Miranda pero Sabrina la ignoró.

— Quiero que estés bien.

— Puedo estar mejor. —Bromeó jocosa a la par que regalaba una serie de besos que bajaban por el cuello de la alfa.

— Anda, déjame encargarme de esto, me preocupa.

A decir verdad Miranda se sintió conmovida por la actitud de Sabrina, no quería preocupar a la razón por la que se sentía tan bien consigo misma.

— Tienes razón. — Y dio la vuelta sin reprochar más, pensó que Sabrina usaría besos para curar un poco pero cuando sintió que aplicaba una pomada y una pequeña gasa se sorprendió. — ¿Por qué usas pomada y no solo...

— Mi saliva no tiene las propiedades que debería, por eso me preocupo. —Y Miranda sintió que su corazón se derritió.

<<>><<>><<>><<>><<>><<>><<>><<>><<>>

Miranda recogió a Sabrina de la universidad como se había vuelto costumbre la última semana. Se saludaron con un corto beso antes de comenzar una plática amena que lograba tener la completa atención de la otra.

— ¿Entonces en verdad no ha venido?

— Ni Gabriel ni Agustín.

— Ellos ya no importan. — Miranda sonrió para calmar un poco a Sabrina, podía sentir lo incómoda que le hacía sentir hablar sobre ciertos temas. —Ahora preocupémonos por otras cosas ¿Dijiste que necesitabas comprar algunas cosas cierto? Para tu proyecto.

Sabrina asintió sin más y dedicó el resto de su viaje en intentar olvidar la paliza que le había dado Gabriel. De manera inconsciente Miranda llevó su mano sobre la marca en su nuca lo que alertó a la alfa obligándola a preocuparse por otras cosas que no fueran sus recuerdos, o lo que le quedaba de ellos de aquel día.

— ¿Estás bien? Siento haberte preocupado, yo estoy bien, lo juro.

— Es solo que me siento mal, no puedo creer que alguien tan estúpido te haya lastimado de esa forma solo por no ser como los demás.

— Por eso siempre he dicho que los alfas son idiotas.

— Sí que lo eres. — Bromeó.

Cuando bajaron del auto Miranda se fijó en lo descuidada que estaba la ropa de Sabrina toda llena de aceite, pintura y otras cosas que no preguntaría que eran. La alfa notó la mirada sobre ella, se limitó a reír.

— ¿Me ensucié un poco no crees? Me limpiaré en casa.

— Pienso que te ves muy trabajadora.

Entraron de la mano a la tienda continuando con su conversación hasta que Sabrina pareció perderse entre tantos materiales. Miranda le dio su espacio a su alfa pues no quería estorbarle mientras escogía lo que fuera que tenía que comprar, aprovechó ese tiempo para caminar un poco y de paso comprar algunas decoraciones para su casa, sentía que necesitaba un pequeño cambio ahora que no vivía sola.

Déjame amarte (Omegaverse GL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora