Vania
—Alan, ¿Me explicas qué es esto? —inquiere Dana dirigiéndose a él, pero sin dejar de mirarme a mí.
Alan, antes de contestarle a Dana, voltea hacia mí. Parece ser la persona más infeliz del planeta, y luego estoy yo, sin entender nada para variar. Trago saliva cuando él se gira y le contesta:
—¿De qué hablas? Pensé que teníamos un trato, Dana. Yo alejaría a Vania lo más pronto posible de Josef y tú la dejarías tranquila. —La voz le sale fría y cargada de odio, y por primera vez veo en Alan a su padre. Thomas emerge tras él como una sombra que siempre estuvo allí y nunca lo vi, ni siquiera en los últimos días que he descubierto tanto de Alan, tanto que nunca esperé—. ¿Te volviste más loca y empezaste a arrepentirte de tus propias palabras?
Se encoge de hombros. No le importa realmente lo que haya dicho. Eso me aterra, ¿lograré salir viva de aquí?
—Cambié de opinión. Mira... —Dana se muerde el labio inferior, buscando las palabras para continuar—: si permito que ella se vaya, puede que él la siga. Y eso no lo puedo permitir. Es fácil de entender. No lo voy a permitir —repite golpeando cada una de las palabras.
—¿Qué quieres decir? —Alan traga saliva y de reojo noto como mueve la pierna sin parar.
—La enviaré con Mathis Gaia. No será la primera después de todo. Además, estará bien. —Dana me mira y esboza una sonrisa que es más una mueca de desagrado—. Estarás bien, Mathis es un hombre interesante y bueno. No te hará nada. Creo.
No puedo con esto.
Bufo y alzo las manos aburrida de la estúpida cara de Dana.
—Oh, ¡Perfecto, Dana! ¿Cómo no lo mencionaste antes? Listo Alan, todo perfecto. Dana me quiere entregar a un hombre y yo estaré bien porque es bueno... y porque aparentemente estamos en el 1800. —Golpeo la mesa a la vez que me pongo de pie—. No seas ridícula, no puedes hacer esto. He aguantado suficientes mierdas tuyas, pero no importa lo que haga o no haga, finalmente igual harás lo que tú quieras o se te de la gana. Puedes tener mucho poder, pero al final de todo esto, Josef nunca estará con alguien como yo.
—Ya está hecho —replica seria.
—¿A qué te refieres? —Alan también se pone de pie, y los hombres que están con ella se mueven en su lugar. Algunos dan un paso adelante para impedir que alguien se acerque a Dana.
—A que el trato está cerrado. Apenas estés con Mathis en Lisboa, daré de baja la subasta y emitiré contrato de justo intercambio.
—Le hiciste daño a mis padres, me hiciste daño a mí... haciéndome pasar por todo esto, ¿no es suficiente? Déjanos ir.
—¿Fue algo de eso suficiente para que te alejaras de Josef? Eres un puta egoísta. Nada te bastó para alejarte de él, ni siquiera la vida de tus padres te importó. Había... había traído a tu amiga para ayudar un poco, pero me temo que no servirá de nada. Si me desahogo de ella...—Le hace una seña a uno de sus hombres—, no te importaría, ¿cierto?
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Lo que hicimos anoche
RomanceVania Nicolás debe tomar una difícil decisión si quiere salvar su vida y la de sus padres: casarse con un desconocido y mudarse a otro país, dejando a su novio, trabajo y amigos atrás. Los negocios familiares -a los que ella nunca ha querido ser par...