4. Una promesa en la playa

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5 años atrás

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5 años atrás

—¿Por qué llevas esa cara de aburrida? ¿Ya te quieres ir? Porque llevamos...—Luci mira su reloj y resopla—. Quince minutos. Llevamos quince minutos, Vania. Explícame.

—Ya sabes —refunfuño.

—¿Lo de tu papá?

—¿Por qué lo dices como si no fuera nada? Literalmente hay un hombre con aspecto de asesino, observándome en todo momento. Es que no me extrañaría que sacara una cámara y empezase a grabar en directo para papá.

Lucia pone los codos sobre la mesa.

—Esto lo puedes ver de dos formas, Vania: o eres la hijita de papá que debe ser defendida y que nada le puede suceder. En ese caso, mejor te vas a tu casa porque espantas a los chicos. O...te escapas y vives tu vida.

Ruedo los ojos.

—Que fácil decirlo, a ti nadie te persigue.

—Pero es que yo no estoy hasta las uñas de dinero —replica Luci. Lanza una mirada furtiva al rededor y yo también. Mi sombra no se ve, pero no me cabe dudas de que nos está mirando...y quizás escuchando.

Sonrío. Nunca me ha llamado la atención el dinero. Sería maravilloso si me permitiese viajar, pero eso me lo tienen prohibido. Todo lo que quiero hacer tiene que ser con René siguiéndome.

—¿No puedes hacer nada? Si ya tienes dieciocho.

Meneo la cabeza.

—Sabes que estoy juntando dinero para mi cafetería —confieso.

Abre la boca.

—Verdad... a veces lo olvido. —Suspira profundamente. La música está a tope y estamos hablando casi a gritos. Primera vez que vengo a la fiesta de mitad de verano que hace Rocío en su casa. Es que para venir a fiestas con un hombre siguiéndome, mejor paso. Mi papá que no me deja ser libre. Ahora vine porque ya salimos del instituto y se rumoreaba que esta fiesta sería épica. Y lo es, es más de lo que esperaba. Chicos guapos van y vienen, alcohol y comida están repartidas por mesas en toda la casa. Y...es más grande que la mía... lo que me tiene alucinando.

Aunque todo se arruinó a los diez minutos cuando un chico me ofreció un vaso, y apareció René de no sé dónde y lo espantó.

—Me voy a ir... no me siento... libre.

Luci me conoce demasiado, y también sabe que en este caso lo mejor es que me vaya... la única forme de que pueda ir a fiestas es... cuando me vaya de casa, es oficial.

En estos momentos odio mi vida.

Ay, y no me digan que se puede estar peor. Soy consiente... pero en estos instantes la odio, y odio cada parte de ella y...

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