—Marco —susurro apenas. Abre la boca para hablar y ninguna palabra sale. Da un paso hacia adelante y me acerco para abrazarlo. Me envuelve de la forma que lo harías con alguien que no has visto en mucho tiempo. Mis brazos lo aprietan y me escondo en su pecho. Él es una parte de Josef. De pronto, me aleja la cara y me da un beso en la frente.
—No sabía si lo habías logrado —dice finalmente, con la voz entrecortada. Luego su mirada se traslada hacia Lucia. La saluda con una sonrisa que no logra sostener. Ellos se conocen, Marco también fue parte de plan de que yo me fuera a Australia y con eso convencer a Lucia de engañarme con Daniel para salvarme.
No sé si en ese momento Marco sabía si realmente yo estaba en peligro, o fue un intento desesperado por proteger a Josef de su padre.
Lo vuelvo a abrazar apretado.
—Lo logramos. Llegamos hace algunas horas... ¿Cómo...?
—Me lo pidió Josef. Tomé el primer avión que pude. Unas horas después de ustedes.
—Nos encontraste demasiado fácil —gruñe Lucia, nerviosa.
Marco la queda mirando con cara de: eso es lo mismo que iba a decir.
—Exacto. No están seguras aquí.
—¿Josef está bien?
Abre a boca para responder y luego la cierra. Mira a Lucia.
—Vania... deja que pase...
Me hice a un lado para que pasara y volví a preguntar:
—¿Dónde está?
—No lo sé. —Entra al departamento y cierra la puerta tras él. Me mira desolado—. No lo sé. Solo recibí su mensaje, él tenía todo preparado para que yo viniese.
—Pero Roberto... el mafioso...
—Dana le robó, ¿eso lo sabías?
—Sí... por eso fue a la casa de Mathis.
—No llegó solo. Fue con Thomas.
Meneo la cabeza.
—No entiendo.
—Pero Thomas fue a buscarte a ti...
—Y si no me encontró, ¿qué hizo?
—No lo sé... Mathis perdió el conocimiento. Me lo contó un par de horas después, él me llevó al aeropuerto. Cuando despertó, se habían ido y no había rastro de Josef. Yo había seguido a Josef a Portugal.
Me llevé las manos a la cara, respirando profundamente y el mentón temblando sin parar. ¿Dónde está Josef?
—¿Por qué lo dejaste? —Sollozo.
—Porque esto era lo que él quería, que te ayudara a esconderte de Dana y de Thomas. Thomas cree que tú eres la culpable de que Alan esté muerto. —La palabra muerto me revuelve aún más el estómago y el corazón. Retrocedo sobre mis pasos hasta chocar con el sillón y me dejo caer en el.
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Lo que hicimos anoche
RomanceVania Nicolás debe tomar una difícil decisión si quiere salvar su vida y la de sus padres: casarse con un desconocido y mudarse a otro país, dejando a su novio, trabajo y amigos atrás. Los negocios familiares -a los que ella nunca ha querido ser par...