Capítulo XII

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Helena miraba a los ejecutivos con unas ganas terribles poner sus ojos en blanco desde su asiento; cada cierto tiempo, algunos hombres hacían preguntas con doble intensión, eran pequeñas trampas para contradecirlas y lograr su cometido, humillarlas, era bastante fastidioso, sentía una necesidad de lanzarles la silla sobre sus cabezas. Ahora comprendía por qué razón Lara los denominaba como viejos decrépitos, miró a cada hombre examinando mejor sus rostros, solo unos cuántos se tomaban el posible negocio muy en serio y mostraban cierta admiración, así como el señor Dickinson, el CEO, regresó toda su atención a la relacionista internacional, esta explicaba lo último que quedaba de presentación con una fluidez impresionante. Se notaba su empoderamiento femenino, no se inmutaba y salía adelante, analizó su lenguaje corporal, la notó relajada, pero a su vez mostraba una firmeza que no dejaba de asombrarla, esa mujer nació para ese campo. Miró una vez a los ejecutivos notando como varios comenzaban a mirarla como si fuera un pedazo de carne, negó disimuladamente con su cabeza fingiendo una sonrisa cuando se cruzó alguna mirada, por supuesto, Lara Maxwell era muy atractiva, iba a llamarles la atención, tampoco se quedó así misma de lado, notó como los mismos la miraban igual.

—De esta forma concluimos la presentación, caballeros —Helena asintió con una leve sonrisa orgullosa—. ¿Alguno tiene alguna duda más que debamos responder?

—Creo que estamos bastante claros, señorita Maxwell, señorita Evans —respondió el señor Dickinson colocándose en pie acomodando su saco—. Como ustedes sabrán, hemos tenido varias propuestas —Helena se levantó para colocarse junto a su compañera—, debemos reunirnos en privado para seleccionar la propuesta que veamos más apegada a nuestra propia idea.

—Claro, nosotras entendemos, señor Dickinson —asintió Helena tomando la palabra—, confiamos y sabemos que tiene un juicio excelente para los negocios.

—Muchas gracias —les sonrió tomando sus manos en un ligero apretón de manos—, ¿gustan quedarse a nuestro desayuno? —Lara iba a responder una negativa, no le agradaba quedarse a interactuar más de lo necesario.

—Por supuesto, ¿por qué no? —respondió la publicista sin pensarlo, sentía que luego se arrepentiría, pero algo en su interior le decía que algo podría salir. Lara disimuló su incredulidad disimulando con una sonrisa falsa.

Él, como buen anfitrión, comenzó a mostrarles por encima las instalaciones, como si a alguna le importara conocer dicho lugar. Las dos solo fingían estar interesadas deseando dentro de su ser que llegaran rápido al salón que tenían destinado para ello, seguían prefiriendo M&F Agency, no les llamaba la atención un sitio tan extravagante.

—Es mi momento de separarme, debo atender unos pequeños asuntos importantes —las dos asintieron mirando como su posible socio se marchaba y se giraron para quedar frente a frente.

—No pensé que fueras a aceptar el desayuno —le comentó Lara enmarcando una ceja, no estaba enojada.

—Tengo un presentimiento —encogió sus hombros restándole importancia. La relacionista solo suspiró asintiendo mientras se dirigía a tomar una taza de café—. Estuviste muy bien, ya veo porque eres una de las mejores en este campo —le comentó siguiéndola de cerca.

—Gracias, Helena —sonrió de medio lado pasándole una taza para que se sirviera café—, también estuviste muy bien, ¿viste que no debías preocuparte?

—Sí, pero espero que Reed no me vuelva a poner en esta posición —ambas soltaron una pequeña risa—, amo presentarle las propuestas a mis clientes.

—Tranquila, yo hablaré con él —la tranquilizó acariciando uno de sus hombros—, iremos por el cheesecake como celebración de haber pasado la prueba.

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