Los sonidos silvestres generaban una sensación regenerativa para los inquilinos de dicha cabaña, o cualquier persona que lo necesitara. Dos días eran suficientes para que eliminarar las energías negativas y "recargar" esas positivas que tanta falta hace. Despertar sin estar expuestos a la contaminación sónica, ni estresantes clientes insatisfechos, o molestos gritando insultos hirientes. Eso disfrutaba las chicas y sus amigos, pasaban tan a gusto que deseaban añadir más días a las pequeñas vacaciones espontáneas, pero el tiempo parecía entender otra cosa, ya se encontraban a la mitad de estas sin haberse percatado.
En su primer día oficial contemplaron como llegaba el atardecer todos juntos como sugirieron Helena y Lara en la primera cena, el segundo día aprovecharon para hacer un poco de senderismo, se atrevieron a ir sin algún guía, como consecuencia llegaron a sentirse parte del filme casero "Blade Witch Project" en el desolado bosque, por poco llegaron a quedar extraviados, casi recurrieron a hacer señales de humo como los indios. Como era su tercer día tenían planeado ir a nadar en una cascada que descrubieron en su aventura —casi desastrosa—, dentro del campamento; posteriormente harían una exquisita parrillada y por último, cuando empezara a caer la noche, se reunirían alrededor de una fogata para contar historias sus mejores historias terroríficas como pedía Becca, sería muy movido e interesante las primeras doce horas.
Helena que dormía demasiado cómoda en la cama, sintió como algo delicados se posó sobre su nariz causándole comezón, movió varias veces su rostro intentando removerlo, abrió sus ojos sin encontrar otra alternativa, se trataba de una mariposa, expulsó suficiente aire malhumorada. Delicadamente la tomó con sus dedos intentando no dañar sus alas, se levantó lo suficiente para dejarla sobre un pequeño trozo de manera cercano a la ventana, esperaba que el travieso Pinky no sintiera curiosidad por comérsela, o jugar con ella. Se recostó colocando una mano detrás de su cabeza, ya no podría dormir y los demás despertaban tarde, giró su rostro a su derecha intentando ver si Lara mostraba indicios de despertar, mordió su labio inferior evitando una carcajada. Pinky estaba acostado con todo el trasero cerca del rostro de la ojiazul, su cola tapaba sus ojos, eso pareció causarle comezón pues comenzaba a removerse, su peludo amigo tuvo compasión, se alejó acostándose en el suelo y no pudo contenerse, estornudó contra su propio antebrazo.
—Buenos días, Max —saludó Helena sentándose en el borde de la cama—, parece que hoy nos han querido levantar temprano.
—Buenos días —se rascó su nariz mirándola con ojos entrecerrados gracias al sueño—, ¿quién te despertó a ti?
—No me vas a creer, pero fue una mariposa —Helena se rio estirando sus brazos—, a ti te despertó Pinky, tenía casi su trasero sobre tu rostro —Lara jadeó mirándolo dormir y no tuvo más opción que sentarse.
—Y supongo que no lo removiste —enmarcó una ceja mirándola contenerse la risa—, ya verás lo que sí es divertido—sin previo aviso se abalanzó sobre la publicista y comenzó a hacerle cosquillas.
—¡No! —se reía a gritos alarmando a Pinky, comenzó a ladrar asustado, intentaba agarrar las manos de Lara—, b-basta.
—No, eso te enseñará a no reírte de mí —siguió atacándole sus costados deteniéndose sólo cuando la vio enmurecida y roja.
—Eres cruel, Maxwell —jadeando entre risas miró a la ojiazul casi sentada sobre su regazo—. Demonios, debí tomarles una foto.
—¡Jah!, pues me alegra que no se te ocurriera —le sonrió entre risas quitándose de su posición dejando que Pinky se subiera a la cama comprobando el estado de su dueña—. Tranquilo, amigo, no le he hecho nada —este meneaba la cola aprovechando su cercanía para lamerle el rostro.
Ninguna se dio cuenta que alguien había estado observándolas sonriente en una pequeña rendija que tenía la puerta.
Lara se reía intentando quitarse a Pinky, quien se emocionó lamiéndole el rostro, Helena sonreía lanzándole un hueso de juguete para que dejara a la relacionista—método efectivo—, ladró bájandose corriendo tomándolo con su hocico se quedó echado.
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Un Corazón Nuevo
RomanceSe cumplía un año desde que su esposa, su mejor amiga y alma gemela se fue de su vida, pero no solo la había perdido a ella, también se perdió a sí misma, le dolía respirar, le dolía vivir sin su presencia. En un día común y corriente conoce a la h...