CAPITULO 16

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Cada día era más frío que el anterior, pero sólo en el exterior de la casa de los Park, ya que dentro de está el amor se podía respirar en el aire.

Jimin estaba en la cocina, preparando el desayuno para Yoongi y Sunny, mientras canturreaba una pegajosa canción que desde hace días escuchaba en la radio y no podía sacar de su cabeza.

— Let's make some bad decisions, I want you, ooh, baby, all of the time — meneaba las caderas mientras cantaba animadamente — So give me all your kisses, I want you Monday, Tuesday, Wednesday, baby, every night. And it feels like, ooh, ah, I can't — Su canto se detuvo de golpe al girar y darse cuenta que estaba siendo observado.

—¿Por qué te detienes mi cielo? — Yoongi preguntaba apoyado en la puerta de la cocina — Te ves realmente hermoso hoy.

— Soy hermoso Min Yoongi — una sonrisa burlona se asomaba en el rostro del menor.

— Sé que lo eres, pero me encanta repetirlo a todo momento.

— Y a mí me encanta escucharlo — besó los labios de Yoongi en un corto encuentro, para seguir con su labor.

Yoongi abrazo a Jimin por la espalda y comenzó a ayudar, o al menos eso pretendía, jugando un poco en el proceso hasta que el desayuno estuvo listo. Sunny bajó muy animada y les regalo un beso en la mejilla a cada uno antes de sentarse junto a ellos.

Así eran todas las mañanas en la casa de los Park desde hace algunas semanas. Los días solitarios ya eran parte del pasado. Jimin tenía mucho más tiempo libre desde que sólo tenía un trabajo, al cual Yoongi iba a recogerlo todos los días. Luego en casa veían películas, cantaban karaokes muchas veces acompañados de Hoseok, a veces sus amigos también llegaban a casa pasar un rato agradable con ellos. Todo era perfecto para ellos. Todo parecía ser perfecto para ellos...

El día había sido agotador y por fin había terminado. Yoongi y Jimin estaban en su cama a punto de dormir. Los brazos del mayor envolvían en un cálido abrazo a Jimin, quien ya se acostumbró a dormirse así. Pero una llamada hizo que la burbuja que habían creado, reventara, haciéndolos volver de golpe a la realidad.

— ¿Madre? — Preguntó Yoongi somnoliento.

— Buenas noches ¿Hablo con algún familiar de los señores Min?

— Soy Min Yoongi, su hijo, ¿qué pasa? ¿están ellos bien?

— Señor Min, habla con el oficial Baek, lamento informar que encontramos los cuerpos sin vida de sus padres — La piel de Yoongi palideció, aun más de lo que ya era. Intentaba decir algunas palabras pero era imposible. Las lágrimas no tardaron en comenzar a caer — Necesitamos que se acerque a la estación para firmar la documentación y proceder con los trámites del funeral y todo lo que ello conlleva... — Yoongi dejo caer el teléfono e intentó ponerse de pie sin éxito. Sus piernas parecían no soportar su propio peso.

— Amor ¿esta todo bien? ¿Quién era? ¿Qué pasó?— Jimin no entendía nada, y sólo atinó a tomar el teléfono para escuchar lo que sucedía. Llevó sus manos a su boca al oír lo sucedido impresionado — Comprendo, vamos para allá — fue lo único que pudo decir para luego cortar y abrazar a Yoongi por la espalda.

— Mis pa-padres... mamá... papá... ambos...

— Es terrible lo sé mi amor, pero necesitamos ir ahí para entender que sucedió — Jimin intentaba mantener la calma para que Yoongi se tranquilizase, pero ante esta situación no era nada fácil.

— ¿Entender que Jimin? — Un grito envolvió la habitación — Encontraron a mis padres muertos, que es lo que necesitas entender ¡¿qué?, maldita sea!

La puerta de la habitación se abrió y SunHee pudo ver a la pareja envuelta en lágrimas, sin entender, abrazó a su hermano y este le dijo que se preparara para el viaje, dando sólo escueta información pero que la chica comprendió y corrió a cambiarse el pijama.

Jimin se cambió, preparó una maleta, todo rápidamente, comenzó a guardar las cosas en la maleta del auto con ayuda de su hermana. Ambos estaban muy afectados por la situación, entendían a Yoongi y sabían el dolor que debía sentir en ese momento. Se abrazaron un momento recordando a sus propios padres, pero luego siguieron preparando el auto. La noche estaba fría y por lo menos serían dos horas de viaje. El pelinegro regresó a la habitación y no encontró a Yoongi. Se dirigió al baño y escuchó el llanto de Min.

— Amor, dejame ayudarte si — la dulce pero nerviosa voz de Jimin no era suficiente para calmar a Yoongi, por lo que buscó las llaves y entró. Ahí, bajo el chorro de agua fría, aún con su pijama estaba Yoongi sentado, son sus rodillas bajo su mentón y envolviendolas con sus brazos, sus ojos hinchados, y un llanto ahogado. Tenía algunas marcas de golpes en su rostro que seguramente el mismo se dio en medio de la rabia. Su labio inferior sangraba un poco. La imagen destrozó el corazón de Jimin quien corrió a sacarlo ahí. Le quitó la ropa mojada, y lo envolvió en toallas secas. Yoongi tiritaba y sollozaba con la mirada perdida. Con un poco de dificultad logro vestirle, justo cuando SunHee avisaba que Namjon y Seokjin habían llegado a casa para acompañarlos.

El camino se hizo eterno, Nam conducía ya que obviamente Yoongi no podía hacerlo. Nada los había preparado para un momento así. Pero era real.

La vida es frágil, en cualquier momento o por cualquier razón puede terminar. Todo ciclo tiene su fin. Sabemos que algún día la muerte llegará, sea por el inefable paso de los años o por los desventurados accidentes y enfermedades que acontecen. Pero nunca estamos preparados para vivir sin aquellas personas que son parte de nuestra alma, aquellos que han entregado el amor más puro y verdadero. Nada nunca nos preparará para afrontar la partida de los padres y mucho menos para aceptarla.

***

2 días antes

Los altoparlantes del aeropuerto indicaban que el vuelo desde de Suecia hacia Seúl salía en 10 minutos. Nervioso el chico miraba por la ventanilla del avión, pensando en que sería lo primero que haría al volver ahí. Sabía que tenía que buscar a Jimin, pero primero quería saber que había pasado con él estos años <<¿Me extrañará como yo lo hago?>> se preguntaba a sí mismo <<Estará feliz de verme. Lo sé>> se respondía.

Y es que a pesar del tiempo, la distancia y el tratamiento psicológico al que fue sometido Jungkook, su obsesión por Park Jimin no había terminado. Él estaba convencido que el pelirrubio era su propiedad. Afirmaba que a pesar del "incidente" de la última vez Jimin seguía enamorado de él. Sólo había sido un arrebato adolescente, nada realmente importante, según él. Pero sus padres habían exagerado al llevárselo lejos y más aún, internándolo en aquel mugroso lugar.

Era sólo cuestión de encontrar la manera adecuada y acercarse a él para que volvieran a estar juntos nuevamente. Todo estaría bien ahora, retomarían su relación, formarían una familia y serían felices juntos. Todo sería perfecto. Al menos así era en la mente del desquiciado Jeon Jungkook.

 Al menos así era en la mente del desquiciado Jeon Jungkook

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