CAPITULO 14

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Las manos de Yoongi acariciaban el rubio cabello del menor, quien plácidamente dormía sobre su pecho. Se veía tan hermoso, perfecto y sereno ante los ojos enamorados de Min, que no podía dejar de contemplarlo cada segundo. Los rayos de sol comenzaban poco a poco a iluminar la habitación, dando inicio a un nuevo día.

Aquel despertar era, sin duda, lo que el mayor quería para cada día de su vida. Poder tener a su amado entre sus brazos, contemplarlo dormir, y acariciar su cuerpo, era un regalo divino para él y daría lo que sea por que no terminase jamás.

— Amor... — Un somnoliento Jimin abría con dificultad los ojos — Abrazame, tengo frío — mientras un tierno puchero se dejaba ver en su rostro, su cuerpo buscaba acercarse más al del del contrario, provocando la sonrisa del mayor, quien encantado cumplió con la petición de su pequeño.

— Buen día mi cielo — lo besó — ¿Sabes que este ha sido el mejor despertar de mi vida?

La sonrisa de Jimin apareció cerrando sus aún adormitados ojitos — Lo sé — dijo con seguridad — Para mí también lo ha sido — Sus dedos comenzaban a jugar en el pecho del mayor con ternura.

Ambos disfrutaban su compañía, los minutos pasaban y ellos continuaban dándose mimos sobre la cama que, horas antes, había sido testigo de la primera vez de la pareja. Jimin se levantó al baño a hacer sus necesidades, lavar su rostro, manos y dientes, para luego volver a la cama junto al mayor, quién había hecho lo mismo una horas antes mientras el pelirrubio dormía.

Tomó su celular para hablarle a Sunny , pero fue detenido por Yoongi.

— ¡No despertarás a Sunny un domingo a las 7 de la mañana! — Una ceja del mayor se alzaba en señal de incredulidad — Ella está bien, Nam y Jin se quedaron a dormir en tu casa recuerda. No está sola amor.

— No puedo evitar preocuparme Yoon.

— Lo sé mi vida, yo también lo hago. Por lo mismo pedí ayuda a nuestros amigos para que estuviesemos ambos tranquilos — Acunaba las mejillas del menor mientras rozaba sus narices — Es nuestro día especial y quiero que lo disfrutemos ¿si?

— ¿Puedo preguntar algo Yoon? — los ojos de Jimin se cerraron, evitando así la mirada del mayor.

Yoongi le besa la frente — Dime cielo, ¿qué te preocupa? — Lentamente Jimin volvió a conectar sus miradas

— ¿No vas a dejarme verdad? — sus ojos se cristalizaron.

— Mi amor... yo te amo y tú lo sabes. Nunca ha pasado por mi cabeza la idea de dejarte — El mayor acariciaba al contrario, quién no podía evitar que algunas lágrimas recorrieran sus mejillas y que Yoongi limpiaba dulcemente — Ni ahora, ni nunca. Eres mi preciado tesoro. Eres quién ilumina mis días con su sonrisa. No necesito a nadie más, tu eres perfecto para mí — Juntó sus labios sellando así su hermosa confesión.

Jimin se sentía feliz y más enamorado que nunca. Al fin podía sentir lo que era el amor en realidad. Si bien durante mucho tiempo pensó que su amor hacia Jungkook había sido real, ahora comprendía que nunca lo fue. Si, lo quiso mucho, confió en él, pero era una mentira, un engaño, un amor basado en mentiras, no por su parte claro esta, pero ahora podía sentirse amado. Y no hay nada más bello que el amor sea recíproco, sincero, y honesto.

Envolvió a Yoongi entre sus brazos. Besándolo apasionadamente, sus lenguas danzaban explorando sus cavidades, separando sus labios sólo para tomar aire y continuar con aquel emocionante encuentro.

La fricción entre ambos cuerpos era cada vez mayor, dejando sentir ambas erecciones plenamente. Yoongi separó las piernas del menor para lentamente posicionarse entre ellas. Intentó llevar sus labios al pene de Jimin para saborearlo, pero el menor no se lo permitió, mordiéndole su labio para retenerlo sobre él. Extendió su brazo, tomó el lubricante y aplicó una generosa cantidad sobre el miembro del contrario mientras lo masturbaba. Yoongi por su parte lo aplicó en la lastimada entrada de Jimin, permitiendo que dos de sus dedos entraran a preparar el lugar. Los gemidos aumentaban a medida que los minutos pasaban. Los movimientos de tijera al interior del menor permitían preparar de mejor manera el maravilloso lugar que estaba listo para recibir el pene del contrario. Yoongi se acercó al oído de su pequeño y le susurró.

— Me haces sentir en el cielo mi amor — le lamió la oreja, provocado que todos los vellos del cuerpo del menor se erizaran.

— Mgh~ Yoon... ¡Ah!~ — Gimió el pelirrubio sonoramente cuando sintió el erecto y duro miembro de Yoon rozar tentadoramente su necesitada entrada. Sostuvo las caderas contrarias y con un suave movimiento de las propias logró, poco a poco, tener al mayor completamente dentro de él.

Un gemido fuerte y complaciente se dejó escuchar, las manos de Jimin se aferraron fuertemente a las sábanas, dejando caer su cabeza sobre el colchón, alzando más el trasero y abriendo sus piernas hasta donde podía.

Yoongi apretaba con sus dientes el suave cuello del contrario, dejando pequeñas marcas, que tardarían unos días en desaparecer, mientras daba estocadas cada vez mas fuertes y profundas al entregado Jimin, quién incluso encogía los dedos de sus pies por el placer que sentía. Los sonidos de las pieles chocando en contraste con los sonoros gemidos, gritos ahogados y quejidos se dejaban escuchar por toda la habitación.

El miembro del menor golpeaba contra los abdómenes de ambos, como reclamando atención. Yoongi lo tomó y lo bombeo por un momento sin dejar de penetrar constantemente. Esto definitivamente era la gloria máxima.

Jimin enrolló las piernas en las caderas del mayor, profundizando así más las estocadas. Sus pieles chocaban provocando el placer máximo en ambos.

— ¡Ah! Ji-Min... Mgh~

El hormigueo en el bajo viente de Jimin le indicaba que estaba a punto de correrse. Yoongi sentía su miembro cada vez mas duro y grueso avisándole que el clímax estaba cerca.

¡Ah!~

Un gemido gutural al unísono envolvió la habitación cuando ambos lograron correrse. Jimin entre los abdómenes de ambos, mientras Yoongi se vino dentro de su amado Jimin, dejando todo su espeso y blanquecino semen en aquel maravilloso canal.

La sensación de placer era indescriptible, las respiraciones agitadas y las sonrisas en ambos rostros eran el fiel reflejo de la felicidad que los envolvía en aquel momento. Se amaban, y nada podía hacerlos pensar lo contrario.

— Vivamos juntos — Yoongi mirando al techo y con su pecho agitado, tomó la mano de Jimin y dejó escapar aquellas palabras. Mientras el contrario abrió sus ojos como platos y se giró a mirarlo preguntándose a si mismo si había escuchado bien o no — Vivamos juntos Park Jimin.

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