La casa que Jimin compartía con su hermana era la única herencia que sus padres les habían dejado. Con mucho esfuerzo la compraron sólo unos meses antes de su trágico accidente. Sin importar lo humilde que fuera, gracias a eso, y a los trabajos de Jimin podían vivir "tranquilos".
- Hagamos karaoke ¿si? - Rosé miraba a los demás moviendo sus pestañas lentamente y haciendo un pequeño puchero - aún queda mucha noche por delante.
- Creo que mejor vas a acostar a tu novia - Yoongi miraba a Lisa sentada en el sillón de la sala peleando con su zapato - No ves que se le pasaron las copas.
- A ambas - dijo riendo Jimin, provocando también la sonrisa de su invitado - Pueden usar la habitación de Sunny - pensó unos segundos después de dicho esto - ¡Pero no hagan nada indebido! - ambos volvieron a reír.
Finalmente cada chico tomó a una muchacha en sus brazos y las llevaron a la cama, las arroparon un poco y fueron de vuelta a la sala. Era completamente seguro que nada indebido pasaría ahí esa noche, ya que las dos estaban profundamente dormidas.
- ¿Quieres que nos vamos a la cama? - exclamó Jimin, provocando en sonrojo de Yoongi - Digo... No juntos... osea... en mi habitación pe-pero no tu y yo, mas bien...
- Tranquilo - el de plateada cabellera entendía perfecto a que se refería - No necesitas explicarte tanto - le dijo despeinando un poco los cabellos del contrario.
- Yo puedo dormir en el suelo y tu en mi cama - Jimin aún estaba avergonzado.
- Con una condición además de prestarme ropa cómoda - dijo serio su nuevo amigo, acercándose un poco mas al dueño de casa y recibiendo una sonrisa nerviosa - ¿Me podrías acariciar el cabello hasta dormirme?
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Rosé y Lisa no podían creer lo que veían. Si bien su intención era que ambos chicos se conocieran y quizá en un futuro se enamorasen, esto iba mas allá de lo que imaginaron para el primer encuentro. Y es que la imagen que les regalaban era tan tierna que no dudaron en tomar una foto para atesorar ese momento.
Ambos chicos dormían sin ninguna preocupación. Yoongi tenía su cabeza sobre las piernas de Jimin, quien tenía una de sus manos en las mejilla del contrario y la otra en sus plateados cabellos. Lo que dejaba claro que cumplió la condición que se le pidió, sin embargo el sueño les había ganado a los dos.
Las chicas se fueron dejando una nota y agradeciendo la velada. No los quisieron despertar ya que pensaron que era lo mejor que podían hacer.
- Yo-Yoongi - susurró el pelinegro.
- Al fin despiertas pequeño - Dijo el mayor aún con los ojos cerrados provocando el asombro de su acompañante - Las chicas se fueron hace un rato - el nerviosismo se apoderaba de Jimin y sus manos comenzaban a sudar.
- Yo-yo también debería irme - decía confundido.
- Pero si es tu casa - Yoongi reía.
La cara de Jimin cada vez estaba más colorada por la vergüenza que sentía, es que nunca pensó terminar la noche acariciando a quien hasta hace unas horas era un completo extraño. Mucho menos dormirse al hacerlo. Y aunque le gustaba sentir esas mariposas que creía olvidadas el miedo que sentía era más grande.
Por otra parte a Yoongi le causaba tanta ternura verlo tan indefenso, quería tomar sus manos y decirle que lo mejor que le había pasado en mucho tiempo fue ir a ese baile con su prima, ya que gracias a eso lo conoció. Pero a pesar de ser mayor sus experiencias amorosas eran nulas y no entendía que era lo que le pasaba con este chico que le causaba tantas ganas de abrazarlo y no soltarlo más.
El menor se levantó de un salto y leyó la nota que estaba sobre su escritorio... La arrugó y la lanzó al basurero, apresurándose en salir de ahí.
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| "¡¡¡Que lindo el amor!!!" |
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Yoongi estaba de vuelta en casa de su prima. La luz de la luna ingresaba tímidamente por entre las cortinas de la habitación que lo alojaría por las vacaciones. Leía y re-leía aquella nota que guardo antes de abandonar la casa de Jimin. ¿Qué era lo que tanto molestó al pequeño? se preguntaba una y otra vez mientras miraba al techo. ¿Es acaso que no sintió la misma conexión que yo? ¿Tengo algo de malo?
Las interrogantes no lo dejaban dormir, o era acaso que ¿extrañaba las caricias de la última vez?
- ¿Estarás igual que yo pequeño Jimin?- murmuro en voz baja sorprendiéndose a si mismo por dejar escapar ese pensamiento...
- ¿Puedo pasar? - Rosé asomaba su cabeza esperando la positiva respuesta de su primo.
- Ya estas adentro Ro - Yoongi se acomodaba en la cama dando pequeños golpes a su lado invitando a su prima a estirarse junto él.
- Creo que me gusta Jimin - dijo de una sola vez sin dejar de mirar el techo.
Rosé lo miró y volvió su mirada al techo pensando que lo mejor que podía hacer en ese momento era simplemente escuchar a su primo.
- Tú me conoces mejor que nadie, y sabes que yo nunca he tenido pareja - expresaba con la voz un poco temblorosa - Siempre he postergado el amor por miedo a sufrir, por miedo a hacer daño. Me da terror que me rompan el corazón, que jueguen con mis sentimientos y termine sufriendo... Quizá me veo como un hombre frío y sin corazón, pero no es verdad Rosé... Es solo miedo... Terror en realidad...
- Lo sé Yoon - murmuró una emocionada Rosé - y también sé que ChimChim tiene muchos miedos al igual que tú... Su vida ha sido difícil, y ha sufrido más de lo que merece una persona tan buena como él.
El silencio volvió a envolverlos pero esta vez la mano de Yoongi era acariciada con dulzura por su prima.
- Lo invitaré a una cita - dijo decidido y sonrió.
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Volver a confiar
FanfictionJimin es un chico con un gran secreto, el cual le impide querer enamorarse otra vez. Pero todo cambiará cuando Yoongi llegue a revolucionar todas sus hormonas. Es mi primera historia así que espero sea de su agrado :) Espero su comprensión