CAPITULO 18

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Dos semanas han pasado desde la muerte de los señores Min. Dos semanas en las que Yoongi no ha podido volver a sonreír como lo hacía últimamente, esa felicidad a la que se estaba acostumbrado ya no la encontraba en ningún lugar. Todo fue demasiado repentino y extraño, la investigación seguía en curso y parecía no tener ningún avance, ¿quienes eran esas personas? ¿por qué le hicieron eso a sus padres? ¿quién era el hombre misterioso? Yoon ya había visto el video más de cien veces y no lograba encontrar ninguna pista. Esto definitivamente lo hacía sentir que enloquecería, junto a la gran responsabilidad de llevar la empresa que ahora le pertenecía.

Jimin con su cabeza sobre el hombro de Yoongi recorría su pecho con sus dedos haciendo pequeños círculos, mientras el contrario acariciaba su cabello. Sabía que debía terminar de preparar su maleta para volver a casa, pero no quería dejarlo sólo con toda esa preocupación y tristeza.

— Amor — susurró obteniendo la atención que necesitaba al chocar sus miradas — ¿Estás seguro que estarás bien? Digo, mañana debo volver a trabajar pero no me importaría quedarme unos días más, y después podría buscar otro — sus palabras sonaban dulces, aunque la verdad es que escondían tanta preocupación, él realmente no quería dejarlo.
— Tienes que ir por Sunny Jimin — dijo convencido — Lleva días en casa de Hoseok, ya es tiempo que ambos vuelvan a casa.
— He hablado con los padres de Hoseok todos los días, ellos comprenden la situación y me han dicho que no nos preocupemos por Sunny, ella está bien.
— Estaré bien, confía en mí — dijo seco para  luego levantarse de la cama.

Jimin sabía que no estaba bien, lo conocía muy bien y podía notarlo. Muchas veces despertó a media noche y vio a Yoongi con la mirada perdida mirando el techo y lágrimas cayendo por sus mejillas. No sabía como ayudarlo más que con su compañía y amor. Intentaba regalonearlo lo más posible, le ayudo con el funeral y las visitas a la estación, le preparaba las comidas que más le gustaban todo con tal de animarlo un poco, pero sentía que nada era suficiente. Yoongi prácticamente no lo miraba, su falta de interés hacía él era evidente, las palabras cariñosas no salían de su boca, incluso ahora solo lo llamaba Jimin, palabras como mi amor, cariño, bebé no las escuchaba hace días y todo esto lo hacía pensar que, quizá Yoongi también lo culpaba un poco por lo sucedido. Es por esto que no insistiría y volvería a Seúl esa misma tarde.

El corazón de Jimin sufría cada vez que sentía como Yoongi lo ignoraba, intentaba comprenderlo, pero no podía evitar sufrir con esta situación. Recordaba las semanas anteriores, las risas, caricias y lindas palabras que siempre recibía, pero nada existía ahora. Incluso por las noches cuando se acostaban a dormir, Jimin lo abrazaba y buscaba su pecho para acomodarse en él pero Yoon sólo se giraba y no le daba atención, y si en algún momento lo lograba era sólo eso, un breve momento.
Ahora terminaba su maleta y no pudo evitar llorar pensando en esta situación, <<¿es mi culpa? ¿si Yoon no se hubiese ido conmigo, esto hubiese pasado? ¿será acaso que también murió su amor por mí?>> pensaba y sufría en silencio. No quería mencionar nada a Yoongi, no quería convertirse en un problema más para él. La puerta de la habitación se abrió de pronto interrumpiendo de golpe sus pensamientos.

— ¿Estás listo Jimin? No quiero que lleguemos tarde al aeropuerto — Las palabras se sintieron como puñales en el corazón del menor, quien con la voz quebrada asintió.
— Bajaré ahora mi amor — respondió evitando la mirada de Yoongi para que no le viera llorar.
— Te espero en el auto — dijo antes de abandonar la habitación.

Camino al aeropuerto ninguno de los dos dijo una palabra, tampoco cruzaron miradas, Yoongi miraba fijo el camino, sus manos apretaban fuertemente el manubrio del auto y aunque algunas veces desvió la mirada hacia Jimin él solo miraba por la ventana secando a ratos sus húmedas mejillas.

— Llegamos — Yoongi se apresuró a bajar las maletas, una grande y una pequeña, para luego adentrarse a registrar el vuelo. Jimin caminaba más atrás observando los movimientos casi robotizados del mayor, al parecer le urgía que tomara ese vuelo y se marchara de una buena vez.

Jimin no sabía que decir, estaba tan sensible que sabía que si hablaba no podría evitar quebrarse y no quería verse débil ante la fría mirada de Yoongi. Miraba alrededor mientras movía sus pies nervioso en la espera, mucha gente despedía a sus seres queridos, se abrazaban, algunos lloraban, así que prefirió bajar la mirada y concentrarse en sus manos mientras frotaba sus piernas inquieto. Hasta que escuchó el llamado para abordar su avión.

— Mi amor — su voz le falló quebrándose de inmediato, pero siguió hablando, al final solo serían unos minutos para despedirse. Yoongi lo miraba con sus ojos cristalizados — Apenas llegue a Seúl te llamaré ¿ok? — una pausa — Quiero... que no olvides lo importante que... lo importante que eres para mí — decía entre sollozos mirando al suelo y sintiendo sus lágrimas caer — En esta vida nunca amé tanto a alguien como te amo a ti... Eres mi familia... Mi gran amor — cada vez las palabras salían con mayor dificultad, pero Jimin no se detendría necesitaba decir aquellas palabras en ese momento — Te esperaré en nuestra casa ¿si?, estaré esperando por ti — Intentó llevar sus manos a su rostro pero Yoongi las tomó primero jalándolo hacia el y envolviéndolo entre sus brazos .

— No me dejes solo amor — Jimin lo miró y vio su pálido rostro bañado en lágrimas — Eres todo lo que tengo en la vida, y... sé que he actuado como un idiota... pero pensé que era lo mejor — El llanto entrecortabas las palabras y los brazos de Yoongi apretaban fuerte al menor, mientras el escondía su rostro en el cuello contrario. Jimin le acariciaba la espalda con tanta ternura intentando transmitirle la paz que ni el mismo tenía.
— Tranquilo mi amor...
— Casi dejo ir al hombre que amo, por miedo a volver a sufrir... y era una estupidez por que sufría cada vez que te ignoraba... sufría cada vez que quería abrazarte por la noche y mi orgullo no me dejaba hacerlo... Sufría al ver tus ojos tristes por mi falta de atención, y en mi cabeza me quería convencer que era lo mejor... Pero, ¿cómo sería mejor estar sin ti? ¿cómo puedo seguir sin ti mi amado Jimin?

Yoongi alejó a Jimin y como de una película se tratase apoyo una rodilla en el piso, tomó su mano, con el reflejo de todo su amor en su mirada aclaró su garganta.

— Si me permites... te doy mi vida... te doy todo lo que me pidas... Tú eres todo para mí y hoy me entrego a ti... — Jimin sentía que su corazón daría un salto y saldría de su pecho ante tanto amor, pero seguía mirando a su amado sin interrumpir su declaración — ¿Aceptarías casarte conmigo Park Jimin?

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