Capítulo 13

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-¿Cómo fue ayer?- Se despertó de golpe al escuchar una voz desde la puerta de su habitación.

-¿Cómo es que no te quedaste allí a dormir?- Interrogó otra voz.

-¿Os habéis acostado?

-¿Ya sois novias?

-¿Buenos días?- Interrumpió tanta pregunta mientras se incorporaba.- ¡María, ¿qué coño haces abriendo la persiana?!- Se quejó a la vez que se tapaba los ojos con las manos para acostumbrarse poco a poco a la luz.

-¡Déjate de quejas y cuéntanoslo todo!

-¿Qué hora es?- Las ignoró. Necesitaba desayunar para poder soportar lo que le esperaba.

-Las...- Sacó María el móvil.- Nueve y media de la mañana.

-Punto número uno, ¿qué hacéis despertándome un sábado a esta hora sabiendo que ayer llegué tarde?- Las miró mal, pero las otras dos se miraron entre ellas y pusieron cara de no entender qué había de malo en eso.- Punto número dos, ¿qué haces en mi casa a estas horas si de normal hasta las doce no das señales de vida?- Se dirigió esta vez solo a María.- Y punto número tres,- hizo una pequeña pausa,- no, no hay punto número tres.

-Me quedé a dormir.

-Para que nos contaras lo que no nos estás contando.- Terminó Marina de dar toda la información.

-Marina, a estas alturas ya te lo tengo que preguntar.- La miró con seriedad.- ¿Tú y María... Alguna vez...?

-¿Pero tú qué te crees que soy yo?- Abrió mucho los ojos.- Nunca antes habías conocido a nadie que hubiera sido solo de una noche.

-Marina...- Alzó una ceja y después miró a María, que miraba hacia cualquier sitio menos hacia ella.- Habéis dormido en la misma cama teniendo la mía.

-Porque a lo mejor venías.- Respondió obvia María.

-Venga ya, pero si hasta yo pensaba desde un principio que no iba a venir.- Rodó los ojos.

-¿Qué fue lo que pasó?- Cuestionó Marina.

-No, no, no, a mí no me cambies de tema.- Sonrió divertida.

-Solo ha pasado una vez, ¿vale?- Se rindió María.

-¿Anoche?

-Qué va, fue hace más.

-Y anoche.- Dijo más que segura Alba.

-¿Podemos cambiar ya de tema?- Bufaron a la vez.

-¿Me estáis jodiendo? O sea, mi mejor amiga está liada con mi hermana. Y encima hace tiempo que ya pasó.- Negó con la cabeza como si no se lo terminara de creer.- ¿De verdad pensáis que voy a dejar el tema así como así?

-Luego te lo cuenta Marina, pero por favor cuéntanos ya lo de Natalia.

-Está bien.- Se levantó finalmente de la cama.- Pero primero vamos a la cocina, necesito un café urgente.

Se sentaron Marina y María en el sofá, pues la conversación sabían que iba para largo. Alba llegó con una taza de café y prefirió sentarse en uno de los sillones individuales para poder estar de frente. Dio un par de sorbos y, tras mirarlas por unos segundos, comenzó a relatarles la noche anterior. Cómo se había sentido, cómo había notado a Natalia y cómo esta intentó tranquilizarla cuando le habían asaltado los miedos.

-Sigo sin entender qué pasó para que no durmieras con ella.- Intervino María cuando Alba terminó de relatarles su cita-no cita, que era la etiqueta que le puso Marina.

-A ver... Iba todo súper bien. Me cantó una canción y acabamos las dos llorando abrazaditas en su cama.- Notó cómo enrojecía ante la mirada de su amiga y su hermana y tuvo que mirar hacia la taza de café, ya vacía.- Y después empezamos a besarnos y... Una cosa llevó a la otra...

La canción del verano.//AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora