EXTRA 1

689 55 7
                                    

Alba caminaba a paso rápido por los pasillos de la universidad, sonriendo emocionada por la idea que había tenido con su trabajo final para audiovisuales. Solo faltaba que todos sus amigos, incluida Natalia, estuvieran de acuerdo.

-Que no, Alba.- Se negó desde el primer momento.- ¿Pero tú estás loca?- Frunció el ceño.

-Nat, por favor.- Suplicó.- Te invito a cenar donde tú quieras todos los viernes durante un mes.

-Alba, que no.- Bufó, apoyándose en el respaldo de la silla.

Había estado escuchando atentamente cómo Alba explicaba ilusionada lo que quería hacer, y le había parecido una idea súper buena. Hasta que se quedaron solas y le explico con más detalles.

-¿Pero qué más te da hacer que somos novias? Si ya hasta lo parecemos.- Hizo un puchero.

Llevaban siendo amigas desde siempre. Sus padres habían coincidido en el trabajo y la amistad, a día de hoy, aún duraba a pesar de que ya no compartían trabajo. Alba y Natalia, por tanto, habían pasado su infancia juntas, tanto en época escolar como en verano, pues aprovechaban para irse todos juntos de viaje.

-Porque tengo novia.- Alzó una ceja la morena.- Y no creo que le guste que te bese.

-Pero si es para un trabajo.

-Sí, pero ya sabes que alguna que otra vez he tenido movida con ella por ti.- Se encogió de hombros.- Se raya mucho contigo, no quiero darle más motivos.

-Pero si sabe de sobra que no me van las tías.

-Pues eso explícaselo tú.- Bufó.- El otro día se enfado porque no le cogí una llamada cuando estaba estudiando contigo.

-¿En serio?- Hizo una mueca.- Nat... Yo sé que esa chica te gusta mucho, pero es que tampoco puede enfadarse porque tengas una amiga.

-A ver, lo de que paso más tiempo contigo sí que es verdad.- Se mordió el labio nerviosa, mirando a Alba y suspirando.- Igual... Deberíamos vernos menos.

-¿En serio?- Alzó las cejas, riéndose irónica.- Mira, yo entiendo que tienes novia, y que quieras pasar más tiempo con ella que conmigo. Pero si lo haces que sea porque tú quieres, no porque ella se enfade.- Se levantó, mirando a Natalia después y bufando.- Ella hoy está y mañana no, Natalia, ten eso muy en cuenta.

-Albi...- Suspiró, cogiendo su mano.- Perdona, tienes razón. Es que... Es que a veces no sé cómo hacerlo. Me da miedo cagarla con ella.

-Tiene que entenderte, Nat.- Se sentó a su lado esta vez, mirándola con cariño y sonriéndole con ternura.- Yo no me voy a enfadar por verte menos. Pero me da rabia que lo hagas por miedo a que se enfade contigo. Tiene que aprender a confiar.

-Ya...- Musitó, suspirando pesadamente.- Lo del trabajo, entonces...

-¿Lo vas a hacer?- Sonrió ilusionada.

-Pues tocará, ¿no?- Soltó una pequeña risilla.- Quiero ser la primera chica a la que besas.- Alzó las cejas repetidas veces.

-Y la última.- Rodó los ojos.

-Ya caerás en el mundo de la bisexualidad, ya.- La picó.

La orientación sexual de Natalia era algo que nunca le había importado en absoluto a la rubia, aunque a la otra le pudiera dar algo de miedo al principio confesarle que también se sentía atraída por las chicas. Alba, sin embargo, no le dio mucha importancia. Quizás le faltaba la información de que, en realidad, la chica que le había empezado a gustar a Natalia por primera vez, era ella.

Flashback.

-Albi, ¿te puedo contar una cosa?- Murmuró al apretarse un poco más las correas de la mochila. Estaba realmente nerviosa.

La canción del verano.//AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora