EXTRA 4

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IMPORTANTE: a lo largo del capítulo salen dos escenas ya escritas, está escrito en cursiva, pero hay anotaciones de cómo se están sintiendo ellas en el momento de grabar (eso no está en cursiva). Informo para que no os saltéis cositas <3

Natalia se había quedado esa noche a dormir en casa de Alba para poder grabar varias escenas. Si antes ya pasaban tiempo juntas, últimamente se podría casi decir que vivían en la misma casa.

La morena no estaba en su mejor momento con Alicia, y aunque Alba ya le había insistido varias veces en que le contara lo que había pasado, no conseguía sacarle ningún tipo de información.

-¿Pero lo habéis dejado?- Volvió a preguntar una vez se sentaron en el sofá.

-Que no, Alba.- Bufó.- Deja el tema ya, por favor.

-Joder Nat, es que hoy estás muy poco tú. Y de normal me lo cuentas todo con pelos y señales.- Contestó con cierto tono de enfado.

-No quiero hablar de esto contigo, ya está.- Elevó el tono de voz más de lo que esperaba.

-A mí no me grites, que no yo no tengo la culpa de que tu novia sea gilipollas.- Alzó una ceja, poniéndose a la defensiva.

-Pues igual sí que es tu culpa, ¿sabes?- Se rió irónica.- ¿Pero cómo se te ocurre decir delante de ella que nos hemos besado? Si es que encima ya sabes de sobra que le da inseguridad.

-Fue un pico de mierda, Natalia. Ni para ti ni para mí significó nada.- Tras aquella frase, ambas se quedaron en silencio. La rubia no entendió el pinchazo que le dio en el pecho después de sus palabras, su amiga, sin embargo, sí que supo identificar en sus propias carnes lo que significaba.

Cenaron en silencio, casi sin mirarse. Una porque estaba enfadada consigo misma por estar enamorada de su mejor amiga y, esta, por no saber cómo se sentía exactamente. Le daba cierto miedo mirar a Natalia a los ojos y encontrar en ella las respuestas a preguntas que ni siquiera había sido capaz de plantearse.

-¿Empezamos a grabar?- Musitó Natalia.

-No sé, ¿sí?- Dudó por unos segundos. Las escenas que habían estado grabando días atrás estaban quedando muy bien, según Alba. La conexión que tenía era tal, que quedaba todo muy realista.

-¿Tregua y luego hablamos?- Le sonrió de lado. Ninguna estaba dispuesta a hablar de algo que no entendían aún. Habían comenzado a cruzar un límite por primera vez, y no sabían hasta qué punto la otra también estaba preparada o dispuesta para cruzarlo. Ni si serían capaces de hacerlo juntas.

-Vale.- Cedió finalmente.

Grabaron varias escenas antes de una que, desde luego, a ninguna de las dos iba a dejar indiferente. Aunque una de ellas no se diera cuenta con claridad de lo que le estaba ocurriendo, pues lo atribuyó a que estaban interpretando un papel.

-No puede ser que tardes tantísimo, Alba.- Se quejó la morena después de quince minutos esperando sentada en el sofá.- Si es que te has levantado media hora antes que yo.

-Ay, Nat, que tampoco tenemos prisa.- Contestó desde la habitación.

-¿Pero cómo que no?- Gesticuló de más aunque la otra no la viese.- Hemos quedado en media hora y tardamos precisamente media hora en llegar.

-Menos quejas y ayúdame.- Entró al salón con el pantalón puesto pero sin la camiseta aún, pues no era capaz de atarse ella sola la parte de al lado del bikini.- Que no puedo.

-Claro.- Musitó sin llegar a moverse ni un poquito, completamente embobada.

-¡Nat!- Se rió Alba y se acercó a ella con una sonrisa.- ¿Tanto te gusta lo que ves que ni reaccionas?- Susurró sobre sus labios.

La canción del verano.//AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora