¿Se deben preguntar qué pasó? ¿Qué pasó después de aquel beso?
Pues nada más.
Exacto así como lo oyen.
Solo fue eso, un rico y sabroso beso pero no más aya.
¿Ahora? Pues no sé.
Cabe decir que estaba demasiado borracho, así que no se si lo recordará.
¿Y si no lo hace? ¿Y si el maldito alcohol y el despecho fue por lo único que me besó?
Así no era como quería que pasara.
¿Por qué todo tiene que salirme mal?
Aunque desde un buen punto de vista quité de enmedio a la rubia.
Solo me queda salir ahí afuera y mirarlo a los ojos, según su reacción veré si recuerda algo. Sino lo hace pues seguir con el plan de enamoramiento y ir a por otro beso, ese en que los dos estemos conscientes.
Terminó por alizar mi cabello y bajo a desayunar. Todos están ahí menos él.
—Buenos días hermosa.—sonríe Alexa desde el otro extremo de la mesa.
—Buenos días a todos.
Desayuné super rápido, la verdad quería ver dónde estaba Andreu, algo debe cambiar entre nosotros eso es suponiendo de que se acuerde del beso, cosa que no podré saber si no lo veo.
—Hey.
—Hey.—le devuelvo el saludo a Dan.
—Te vez algo distraída ¿Estás bien?—asiento.
—Solo estaba pensando en el baile.—suelto lo primero que se me pasa por la cabeza.
—Hablando de eso.—sonríe tímidamente.—¿Quieres que sea tu pareja?
—¿Estas bromeando? Por supuesto que sí no tenía a nadie.—acepto con total confianza.
—Pues me alegro tanto, deberías ir a ver cómo va todo con los preparativos mañana comienzan las prácticas.
—Si tienes razón. ¿No has visto a tu hermano por casualidad?
—Si, está justo donde se harán los ensayos es que ha terminado con Karen y para estar ocupado ha pedido ser el salvavidas de Breken.
—Wao, eso es genial.—me emociono.
—¿Qué terminará con Karen?—alza una ceja.
—No, si, bueno eso no importa lo decía por el trabajó.
—Anja.—dice no muy convencido. —¿Quieres que vallamos a tomar algo?
—De hecho iré a Breken a ver cómo va todo con los preparativos, tú lo dijistes ¿Recuerdas?
—Ah, si claro ve. —dejo un beso en su mejilla y doy vuelta.
—Nos vemos después.
Breken es el lugar más famoso y elegante de este centro turístico, donde se realizan mayormente las actividades, se hospedan los dirigentes y personas demasiado ricas e importantes. Y a mi desgracia el lugar donde tendré que bailar delante de miles de personas.
Me pillé un taxi, no iba a caminar cinco cuadras con el sol que hace.
Al entrar siento ese pequeño cosquilleo en mi estómago, está aquí.
Espero que se acuerde, por favor que se acuerde.
Me tropiezo de camino con varias chicas de mi edad que supongo están ayudando con el arreglo del local para los ensayos. Las saludo pero no me detengo.
Al llegar a la piscina pude descifrar su cuerpo entre tantos, aunque no fue tarea difícil, estaba sentado en una silla dejando ver sus cuadritos y su pecho. Si está hecho una tabla pero una tabla que sin duda montaría.
Dios perdona mis pensamientos.
Me acerco y en ese momento se me olvidó hasta como se camina. ¿Alguien recuerda? Porque yo no.
Respiro profundamente y me siento a su lado.
—Hola.—dice.
—Hola.—lo miro inquietante, esperando ver alguna señal alguna reacción o algo que me hiciera pensar que si recuerda el beso.
—¿Te pasa algo?
No, definitivamente creo que no se acuerda de nada.
—No, solo vine a ayudar con lo del baile y pasé a saludarte; Dan me dijo que empezaste hoy.
—Si así es, por cierto tu madre me dijo que no tenías pareja para el baile.
—De hecho Dan será mi pareja.
—¿Dan? —me mira de reojo.—Te iba a decir que sería yo pero ya veo que tienes todo bajo control.
Maldición, maldita bocaza la mia, maldito Dan.
El quería ser mi pareja.
—Valla.—no se qué decir.
—Tranquila no pasa nada, seguro que mi hermanito lo hace muy bien. —se levanta y agarra el silbato que tiene colgado del cuello y lo hace sonar.
—Mierda.—maldigo por lo bajo.
El regaña a un niño y vuelve a sentarse a mi lado.
—¿En qué nos quedamos?—sonríe levemente.
—En que me decías que coño hacías anoche borracho.—cambio de tema a uno más interesante a ver si logra acordarse.
—Ni me digas nada, esta mañana me he despertado con un maldito dolor de cabeza.
—¿Y no recuerdas nada?
—¿Debería recordar algo?—niego tragando en seco.
—No, nada importante. —susurro.—Y bueno ¿Cómo llevas la ruptura?
—No soy un niño pequeño Ame, no me pondré a llorar ni a perder miserablemente mi tiempo con alguien que no vale la pena. —me mira fijamente y siento que mi mundo se cae.—Podríamos no volver a hablar del tema.
Asiento levemente.
—¿Sabes que te quiero verdad?—el asiente y deja un beso en mi frente.
Ai no, maldito Andreu por qué haces eso.
—Yo también te quiero mucho enana.—susurra en mi oído mientras me abraza.
Creo que hace mucho mucho, no me abrazaba como lo está haciendo ahora, lo está sintiendo de verdad y podría jurar que lo deseaba tanto como yo.
—Puedes abrazarme así siempre que estés triste.
—Yo no he dicho que lo esté.—me devuelve una sonrisa y se va corriendo a gritarle a otro niño.
Aii mi dios. No se acuerda del beso pero al menos si estoy logrando ese acercamiento que tanto quería. No estoy donde quiero pero al menos ya salí de donde estaba.
Miles de pensamiento invaden mi mente mientras mis ojos están fijos en ese castaño de pelo hermoso que le está gritando a un niño de unos seis años.
No tiene paciencia, siempre quiere que le hagan caso. Recuerdo cómo se ponía cuando Dan y yo no le obedecíamos cuando lo dejaban en nuestro cuidado.
Me mira y aprovecho para hacerle una señal de que pare o hará que el niño llore y lo despidieran, este se pasa la mano por el cabello y termina por hacerme caso.
Al menos una vez en su vida lo está haciendo, me está haciendo caso.
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Unas vacaciones para enamorarlo ©
Ficção AdolescenteAmelia, hija de Anelim, Andreu y Dan hijos de Alexa y Dorian. Ambas familias son muy amigas y desde que sus hijos son pequeños van de vacaciones a una casa en la playa. Años tras años estos chicos pasan sus vacaciones juntos de pequeños Andreu y Am...