Capitulo "Veintisiete"

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El sentimiento de tenerlo en frente hizo que todas mis emociones se removieran. El olor que desprendía su cuello me hacia no querer que ese abrazo acabara. El recuerdo del sueño que había tenido se hace presente y le pedía a todos los dioses que se hiciera realidad.

—¿Qué hay de mi? —dice Dan mirándonos con risas. —¿A mi nadie me extraña?

Aúnque quería quedarme para siempre en los brazos de Andreu extrañaba mucho al tonto Dan, realmente era una de mis mejores amistades.

Corro hacia él y sus brazos rodean mi cuerpo, se siente cálido, no sabía cuánto lo había extrañado hasta este momento.

—Mi niña preciosa—comenta Alexa mientras deja dos besos en mi mejilla.

Saludé a todos y una sensación de nostalgia se hizo presente al ver que solo faltaba mi padre. Realmente amaba este lugar y a estás personas. Eran mi familia.

Nos adentramos en la casa y mi corazón se emocionó al ver cada retrato en las paredes, mi yo pequeña jugando en la sala aparece en mi mente como un leve recuerdo, tal parece que fue ayer. Miro a todos lados y siento esa felicidad que siempre siento al llegar aquí, vengo año tras año y nunca dejo de tener esta impresión.

Subo las escaleras y voy directo a la que siempre es mi habitación y para mí sorpresa ya hay unas maletas encima de la cama.

—Me he adueñado de tu habitación.—sonríe Dan dejando caer mis maletas en la puerta del frente.

—¿Por qué Andreu siempre tiene que escoger la misma?—hago un reclamo.

—Porque soy mayor.—me saca la lengua mientras sigue por el pasillo. Lleva en sus manos la maleta de mi madre.

—¡No es justo!—grito para que pueda escucharme pero no hay respuesta de su parte, solo risas.

—¿Vienes o qué?—Dan abre la puerta de la que será mi habitación y rueda mis maletas hacia dentro.

—No sé por qué me quejo si al final todas las habitaciones son igual de hermosa.—me dejó caer en la cama.

—La de Andreu tiene la mejor vista.—dice este recordándome el por qué de mi enojo y echándole más leña al fuego.

—No cooperas.—dejo salir unas risitas y le tiro la almohada.

—Me gusta verlos discutir.—admite mientras me devuelve la almohada.

—Dejen de habalr de mi.

Hablando del rey de Roma, asoma su corona.

—Ni que fueras el centro del mundo. —susurra Dan.

—Para algunas personas lo soy.—responde coqueto y se deja caer a mi lado en la cama.—O sino pregúntale a mi ex que aún no supera nuestra ruptura.

—No seas capullo.—Dan le da una mirada fría.—Ella la está pasando mal.

No sé a qué se refieren pero yo solo observo la situación mientras pienso en como haré para que Andreu se fije en mi.

—Debemos planear las vacaciones.—crespitos cambia el tema. —Necesito desconectar y pasarla bien.

—En eso tienes razón.—le sigo la corriente ya que necesito que pasemos la mayor parte del tiempo juntos.

—Bueno ir a tomar batidos a lo de Jean está en el número uno de las actividades. —se deja caer en la cama el que faltaba.

Y ahí estábamos los tres mosqueteros. Andreu, yo y Dan. Tendidos en la cama haciendo una lista de actividades para pasar el mejor verano de nuestras vidas.

Supongo que siempre se siente lindo cuando estamos los tres. Dan se ve mucho más maduro y grande, en videollamadas no se notaba tanto el cambio. Es con el que más contacto siempre tengo al acabar las vacaciones, hacemos videollamadas me cuenta sobre sus cosas y yo de vez en cuando le saco información sobre Andreu.

Por otra parte con Andreu hablo menos, porque siempre está en su mundo y es muy reservado, no es muy fanático de las redes sociales. Este verano le noto algo diferente, aún no se que es pero está más rebelde. Quizás debería investigar un poco más sobre lo que ha pasado estos meses en su vida.

Supongo que nada será como en el sueño, o quizás si. Nadie sabe.

—Ame.

—¡Ame!—gritan mi nombre al unísono.

—Sii.

—¿Si qué?—vez que no nos estás escuchando.—crespitos hace un reclamo.

Para ser sincera no escuché ni una sola palabra de lo que hablaban.

—Hablabamos que Andreu quiere apostar.—Dan me pone al día.

—¿Apostar?

—Cree que no puedo ligar la misma cantidad de chicas que él. —continua.

—Dejalo hermano, no quiero verte humillado al final de las vacaciones.

¡Ay no! No puedo creer lo je estoy oyendo.

—¿Enserio no serán tan infantiles como para hacer esa apuesta?—trato de sonar desinteresada, pero suena más a como una súplica.

Ambos asienten sonriendo.

—Vamos Ame no seas aguafiestas, estamos solteros los tres deberíamos pasarlo bomba. —crespitos parece muy decidido.

—Solo acepto el reto porque se que perderás.—comenta Dan con una sonrisa. —Aun tienes a Rebeca en tu mente, será más fácil para mí.

¿Rebeca? ¿Quién es Rebeca y por qué está en su mente?

Siento que todo se me está hiendo de las manos, me falta información.

—Prometiste no mencionarla.—Andreu deja una mirada escalofriante en Dan y este pone cara de perrito regañado.

—¿Quién es Rebeca?—si no preguntaba no sería yo.

—No es nadie importante. —el de los crespos se adelanta en responder y se pone de pie.—Entonces no hay nada más que decir, la apuesta acaba de comenzar.

Dan solo asiente y yo me quedo paralizada mirando como el chico del que estoy enamorada acaba de hacer una puesta que consiste en salir con diferentes chicas. El sale por la puerta y junto a él mis miles de ilusiones. Al parecer nada será como yo esperaba.

—¿Estás bien? —el castaño que aún se encontraba a mi lado pregunta llamando mi atención. —Estas algo distraída.

¿Cómo decirle lo que me sucedía? No podía.

—Yo estoy bien. —trato de sonar algo convincente. —¿Y Andreu está bien?

Veo que hace una mueca y se lo piensa.

—Lo estará.—termina por decir para luego ponerse de pie. —Te dejo acomodar tus cosas, nos vemos más tarde.

No entendía cuál era el misterio que se traían estos dos. ¿Qué había sucedido?

—Ame.—levanto mi vista para observar a Dan que aún permanecía en el marco de la puerta. —Tu también estarás bien.

Sus palabras hacen que mi corazoncito se apriete. Él sabía que no estaba bien por alguna extraña razón el siempre lograba decisfrarme.

Unas vacaciones para enamorarlo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora