CAPITULO 33

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Me quité el casco de la moto cuando las manos de Thomas rodearon mi cintura atrayendome hacia él.
-Esta noche vendré a verte sin falta- besó la comisura de mis labios mientras yo esbozaba una sonrisa.
-Te estaré esperando- me giré dispuesta a irme cuando él me dio una suave palmadita en el culo.
-Cuidate hasta entonces-rió volviendo a ponerse el casco, se subió a la moto y se alejó mientras yo me dirigia hacia la puerta de mi casa.
Respirando profundamente abrí la puerta desviando la vista hacia el meecedes negro de Liam.
Sin perder tiempo entre dentro de mi casa y subí las escaleras extrañada de no encontrarme a nadie por el camino. ¿Donde estaba todo el mundo?
Caminé en silencio hasta abrir esta vez la puerta de mi cuarto y me quedé quieta observando a Liam que sentado en mi cama clavaba sus clsros ojos en mi.
-Hola- dije armandome de valor para pasar y cerrar la puerta a mis espaldas.
-¿Puedo saber donde estabas?- se puso de pie de forma amenazante- ¿donde se ha metido ultimamente mi prometida qué ni sus amigas saben?
Se acercó a mi y agarrando mi cara con fuerza la acercó a la suya.
-Siempre has sido rebelde y pensé que cuando nos casaramos eso acabaria cambiando- puso los ojos en blanco con una sonrisa terrorifica- sobre todo cuando tuvieramos a nuestro primer hijo.
Me zafé de su mano con brusquedad.
-Pero no entiendo por qué tu rebeldia va en aumento.
-¡¿Quieres saber por qué?!-grité furiosa con su actitud- ¡A lo mejor es porque  no estamos hechos el uno para el otro!
-Ada, Ada¿te crees que soy idiota?- con fuerza esta vez me agarró de la muñeca atrayendome hacia él- claro que no estamos hechos el uno para el otro, pero hay otras cosas más fuertes que nos unen.
-¿El dinero?- pregunté sollozando.
-El amor Ada, el puto amor es lo que nos une- contestó ejerciendo más presión sobre mi muñeca- un amor que no lo va a romper ni tu rebeldia.
Con fuerza me lanzó encima de la cama y caminó hacia mi.
-Duchate, vistete algo elegante - me miró con desprecio- que hoy vamos a salir.
Pero cuando fui a levantarme para encararle me abofeteó con fuerza volviendo a hacerme caer encima dd la cama.
-Estoy harto de tu rebeldia Ada- con fuerza me agarró del pelo acercsndo su rostro al mio- desde hoy no voy a pasarte ni una más.
-Pues dejame - lloré desconsoladamente sintiendo mi nariz sangrar- porque yo no pienso cambiar por nadie.
Liam soltó una sonora carcajada esta vez apartandose de mi.
-¿Dejarte?- aún sonriendo caminó por la habitación- he perdido dos años de mi vida respetandote, aguantandote e intentando darte el cariño que pensaba que te merecias.
Esta vez se giró para clavar su mirada en mi.
-Pero se acabó todo eso, desde ahora en adelante solo conocerás mi faceta oscura- caminó de nuevo hacia mi mientras yo asustada intentaba escapar de él- solo espero que asi aprendas a ser mejor prometida y en un futuro mejor esposa.
Con fuerza me agarró mientras yo gritaba y pataleaba intentando escapar de sus manos.
-Ahora duchate de una puta vez, maquillate esa cara y vistete como alguien digno de mi- me empujó hacia la puerta del baño- estaré aqui esperando.
Asustada abrí la puerta del baño y me encerré dentro sollozando mientras miraba en el espejo mi mejilla rojiza y la sangre que aún caía por mi nariz.
Sin perder tiempo me desnudé planteandome por un segundo abandonar todo aquello y escaparme donde Liam jamás volviera a encontrarme. ¿Por qué tenía que seguir aguantando todo eso en pleno siglo XXI? ¿Acaso no podía decidir yo con quien estar?
Metiendome en la ducha mis lagrimas se ocultaron tras el chorro de agua que mojaba mi rostro y aún así me sentí más hundida que nunca.
¿Y si le contaba todo a mi padre? ¿Me comprenderia él?
Tragué saliva recordando la noche apasionada que tuve con Thomas. ¿Por qué no podia estar con él sin ocultarme? Él era en realidad con el que yo quería estar.
Tras enjuagarme el pelo salí de la ducha cogiendo una toalla que cubriera mi cuerpo y abrí la puerta clavando de nuevo la mirada en Liam.
-Voy a cambiarme- dije enfadada- necesito quedarme sola.
Liam se levantó de la cama y caminó hacia mi.
- Vas a ser mi futura esposa- me quitó la toalla de golpe dejandome completamente desnuda- asi que empieza a comportarte como tal.
Me quedé inmovil, con el corazón paralizado y las lagrimas saliendo aborbotones de mis ojos, pero ni por un segundo aparté mis pupilas de las suyas.
-Que tu padre tenga el dinero para rescatar nuestra empresa no te da derecho a humillarme..-murmuré cogiendo la toalla del suelo para volver a cubrir mi cuerpo- ni con todo el dinero del mundo podrás comprarme a mi, eso que te quede muy claro.
Liam esbozó una sonrisa y dio un paso hacia mi.
-Con mi dinero ya te compré una vez cuando tu padre aceptó que nos casaramos a cambio del dinero que reflotaria vuestra empresa- puso esta vez los ojos en blanco- soy vuestra unica esperqnza.
Me giré con el corazón en un puño y caminé hacia el vestir con miedo de que me siguiera dispuesto a ponerme una mano encima.
-Ponte algo elegante Ada- escuché como volvía a sentarse en la cama- que esta noche nos vamos a divertir.



LA FINA LÍNEA QUE NOS SEPARADonde viven las historias. Descúbrelo ahora