-¿Y a qué se debe esta cena?- pregunté bebiendo de la copa de vino que me acababan de servir.
Liam en un intento de sorprenderme había pedido a la servidumbre servir la cena en el jardín, justo debajo del árbol al que solía acudir buscando un poco de paz y tranquilidad mientras escuchaba algo de música o leía un libro.
Esa parte de la mansión era la que más adoraba, no se si por los pocos recuerdos que tenía junto a mi madre cuando montamos entre las dos el columpio de madera que colgaba de una de las gruesas ramas del árbol o porque estaba rodeado de lirios blancos y rosados dando vida y alegria a esa mansión tan grande y vacía.
-Se debe a que voy a empezar a enseñar el negocio familiar a Liam- mi padre carraspeó mirándome fijamente-ya es hora de que empiece a entender mejor mi labor.
-¿No es muy pronto?- pregunté algo confusa- quiero decir...aún va a la universidad.
-Es mi último año- contestó Liam sonriendo y agarrando una de mis manos- y no hay nada que desee más que empezar a trabajar en Soren, la empresa que tu bisabuelo levantó de la nada con tanto esfuerzo.
Tragué saliva, aquello me parecía la peor idea del mundo. ¿Liam más cerca de mi padre aún? No es que no quisiera que mi novio se llevara bien con mi padre, pero eran tan parecidos que aquello me daba algo de miedo.
Ya tenía un padre y no estaba dispuesta a tener otro más.
-¿No te parece buena idea?- preguntó mi padre analizandome con la mirada.
-Em...si claro- me quedé en silencio sin saber que más decir.
Cogí mi copa y le di un largo trago viendo como en la lejanía y detrás de mi padre una sombra se deslizaba entre los arbustos.
Asustada me atraganté con el vino y comencé a toser con fuerza buscando de nuevo con la mirada la sombra que esperaba haberme imaginado.
-Amor, tranquila- Liam me dio unas ligeras palmadas en la espalda y desvió la vista hacia mi padre- te dije que le encantaría la idea.
Miré a Liam y sonriendo con falsedad me puse de pie intentando recuperarme.
-Vuelvo enseguida.
Sin decir nada más caminé hacia dentro de la casa.
¿El motorista había vuelto a colarse en mi habitación? ¿Ha que estaba jugando?
Corrí hacia las escaleras y sin perder tiempo subí lo más rápido que pude girandome de vez en cuando por temor a que Liam me siguiera.
-¿Se puede saber a que has venido?- pregunté abriendo la puerta de mi cuarto y cerrandola de golpe.
Miré la ventana abierta y le busqué con la mirada, hasta que sus pasos en el vestidor me hicieron caminar decidida hacia él.
-Te di el móvil, ¿Qué más quieres?
Apoyado en uno de los armarios y con las manos metidas en los bolsillos de su pantalón vaquero rasgado por las rodillas me dedicó una sonrisa.
-He cambiado de idea-dijo borrando la sonrisa de su rostro.
Fruncí el ceño.
-¿Has cambiado de idea?
-Lo de la noche anterior no es suficiente para saldar tu deuda conmigo-explicó.
Puse los ojos en blanco y me acerqué a él olvidandome por un segundo del miedo que me causaba.
-No pienso jugar a este juego- le señalé con el dedo de forma amenazante- no voy a caer en estas idioteces.
-¿Ada?- unos golpes en la puerta me sobresaltaron.
-Escondete-susurré abriendo la puerta del armario con el corazón acelerado.
Escuché la puerta abrirse viendo atónita como aquel chico no tenía intención de esconderse en ningun armario.
-¿Estás bien?- preguntó Liam.
Sin perder tiempo salí del vestidor y esbocé una sonrisa nerviosa mirando a Liam.
-Si, solo...- me acerqué a él y tiré de su mano intentando sacarle de la habitación- solo quería retocarme un poco.
Le saqué de mi cuarto y cerré la puerta respirando aliviada.
-Habéis tenido muy buena idea- sin soltar su mano me dirigí hacia las escaleras- ¿qué hay mejor que aprendas el negocio familiar de la mano de mi padre?
Él esbozó una sonrisa.
-Lo sé- bajó los peldaños apartando su mano de la mía- solo quería hacer entender a tu padre que lo nuestro va en serio.
-Él lo sabe- dije terminando de bajar las escaleras- llevamos juntos demasiado tiempo como para no darse cuenta.
Me sonrió de nuevo y agarrandome por la cintura me plantó un beso en los labios.
-Todo esto lo hago por ti- esta vez besó mi frente y sujetando de nuevo mi mano me guió de nuevo hacia el jardín.
-Tienes un novio muy responsable- dijo mi padre en cuanto nos vio aparecer de nuevo- pocos sacrificarían su juventud en estudiar y trabajar por un futuro mejor para su futura esposa.
Algo incómoda con su comentario me senté de nuevo en mi sitio y observé mi plato casi lleno. No podía probar ni un bocado más, y menos sabiendo que el motorista estaba deambulando por mi habitación como si fuera la suya.
-También os había reunido para avisaros de que estaré fuera del pais durante dos días- hizo una pausa para beber de su copa sin dejar de mirarme- estoy apunto de cerrar un trato multimillonario con un Japonés.
-Me alegro muchísimo papá- esta vez sonreí con sinceridad mientras posaba mi mano encima de la suya.
--Si logro cerrar el contrato, nuestra multinacional se extenderá hasta Japón-esbozó una sonrisa haciendole un gesto a la sirvienta para que no le sirviera más vino.
-Eso es genial-se entusiasmo Liam.
Mi padre esbozando una amplia sonrisa se levantó de la silla para desviar la vista hacia mí.
-Voy a irme a descansar, mañana me levanto muy pronto para ir de viaje y ya sabes que no me gusta trasnochar cuando tengo negocios que atender.
Asentí viendo como se alejaba después de posar su mano en mi hombro,y mi rostro volvió a tensarse de inmediato.
-Liam estoy muy cansada y quiero ir a...
-Mañana vamos a cenar con unos buenos amigos- me sonrió poniendose de pie y acercandose a mí- gente que quiere conocer a mi prometida.
Se agachó a mi lado y agarró mis dos manos con delicadeza.
-Pasa a por mí a las siete-dije secamente.
Él besó mi mejilla y sin decir nada más se alejó de mi.
Sin perder tiempo me puse de pie y agarré un cuchillo de encima de la mesa.
¿Qué era lo que quería de nosotros aquel delincuente?
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LA FINA LÍNEA QUE NOS SEPARA
Roman d'amourAda es una chica nacida en una de las familias más ricas y poderosas de Londres. En un accidente que ocurre en una noche donde todo parecía ser diversión conoce al que será el verdadero amor de su vida, ese amor que tanto soñaba encontrar cuando tan...