CAPITULO 28

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Sentada junto a Linda bajo una enorme aombrilla miramos boquiabiertas como Thomas salía del agua apartandose su pelo del rostro a camara lenta en nuestras retinas. Parecia sacado de una revista o un calendario de bomberos sexys.
Sonreí para mis adentros imaginandome aquello.
-Tia, tienes una suerte..-susurró Linda casi babeando cuando Luca le cerró la boca con gesto enfadado.
-Non mi piace il tuo ragazzo-Luca me miró cruzandose esta vez de brazos.
Linda soltó una carcajada mientras yo intentaba enterarme de algo de lo que habia dicho.
-El agua esta bastante fria- Thomas se sentó a mi lado poniendome algo nerviosa con su presencia.
Pasó su mano por mi espalda y besó mi hombro esbozando una ligera sonrisa.
-Venga- Linda se incorporó y tiró de la mano de Luca poniendole de pie mientras seguía refunfuñando algo celoso- vamos a nadar.
Me reí con su actitud, pero dejé de hacerlo cuando sentí de nuevo la mano de Thomas en mi espalda.
-¿No piensas nadar?-preguntó.
Giré mi cabeza viendo como se ponía de pie extendiendome su mano que no tardé en aceptar.
-Tu mismo has dicho que el agua está muy fria- sonreí.
Me puse de pie fijando la mirada en su cuerpo aún mojado y antes de poder reaccionar me cogió colocandome en su hombro sacandome así una sonora carcajada.
-¡Porfavor no no!- grité pegandole golpes en la espalda.
Sin perder tiempo caminó hacia la orilla donde Linda y Luca se salpicaban a modo de tortura hasta ver quien de los dos se mojaba primero.
-Yo pienso tirarte directamente..-susurró pasando una de sus manos esta vez por mis piernas desnudas.
Me revolví de nuevo riendome sin saber como escapar de sus manos cuando comenzó a introducirse dentro del agua cristalina.
-¡Thomas no¡ - grité cuando me lanzó por los aires.
Me hundí bajo el agua y saqué la cabeza con el pelo cubriento completamente mi rostro.
-Das miedo- rió Thomas apartandome el pelo para besar mis labios.
Sonreí mordiendo su labio inferior mientras pasaba mis piernas por su cintura y mis manos por su nuca.
-No me tientes..-dijo posando su mano en mi cabezs y obligandome de nuevo a hundirme bajo el agua.
Esta vez salí del agua dispuesta a hacerle lo mismo, pero una voz detrás de mi me frenó.
-¿Thomas?
Me aparté el pelo de la cara viendo como él alejqndose de mi se acercaba a ella con gesto amigable.
La chica de largo pelo castaño le abrazó mientras que yo sentia con clsridad como las manos de Linda se posaban en mis hombros.
-¿Quien es esa?¿La conoces tú?
Negué con la cabeza intentando escuchar lo que decían.
-Pues si no sabes quien es ¿Qué haces aquí? - Linda me empujó de golpe- ve a reclamar lo que es tuyo.
Me giré de golpe para clavar mi mirada en Linda.
-¿Y se supone que es mio?- pregunté arqueando una ceja- ¿Te has olvidado de Liam?
-Cariño, eres tú la que está jugando con él- me obligó a girarme para ver de nuevo como los dos reían mientras ella se rascaba el pelo con nerviosismo- no permitas que lo haga él contigo.
Tenía razón. La atracción que sentía por Thomas me habia permitido serle infiel a mi prometido mientras seguia autoconvenciendome que esto solo seria hasta antes de la boda.
Pero...¿Iba a dejar mientras tanto que él hiciera lo que se le diera la gana?
Sin perder tiempo caminé hacia ellos y agarrando desprevenido la mano de Thomas sonreí sin dejar de mirar a la chica.
-¿No vas a presentarme?-pregunté murmurando.
Thomas levantando la mano donde nuestros dedos se entrelazaba esbozando una sonrisa divertida.
-Ella es Ada- besó mi mano bajo mi atenta mirada que no se esperaba esa reacción.
-Hola Ada- la chica dejó de mirar a Thomas para centrar su mirada en mi para vee incomoda como me repasaba dw arriba a abajo- yo soy Olivia.
Sonreí con falsedad.
-Bueno Thomas ha sido un placer volver a verte- le sonrió y se alejó sin dignarse a volvee a mirarme.
-La has espantado-comentó Thomas soltando mi mano sin dejar de sonreir- no acabé muy bien con ella así que..
-No se la veía muy enfadada..-susurré dandole la espalda.
-Supongo que el tiempo todo lo cura- dijo besando mi cabeza con delicadeza- no hay nada en esta vida que dure para siempre, ni siquiera el dolor.



LA FINA LÍNEA QUE NOS SEPARADonde viven las historias. Descúbrelo ahora