CAPITULO 41

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Nuestras miradas se perdieron entre ellas y mi corazón se derritió en aquel preciso momento cuando Thomas pasó delicamente su mano por mi nuca atrayendome a él para posar sus labios delicadamente sobre los mios.
Me había confesado sus sentimientos, me había dicho lo que yo llevaba tanto tiempo queriendo escuchar y eso me convertía en la chica más afortunada del mundo.
-Esto puede funcionar Ada- se separó ligeramente de mi con su frente apoyada en la mia- danos la oportunidad de vivir algo inolvidable.
Mi respuesta fue acercar de nuevo mis labios a los suyos y besarle apasionadamente hasta hacerle caer de espaldas encima de los hiervajos que crecían en aquel bosque.
-Mi madre me habló de un hilo rojo- me tumbé q su lado desviando la vista hacia las estrellas que aquella noche parecían brillar más que nunca- sé que parece ridiculo, pero...
-Crees en eso- Thomas me hizo callar apoyando su cabeza en su mano mientras se incorporaba para mirarme- crees que existe ese amor verdadero ¿verdad?
Asentí.
-Y creo que lo he encontrado..-susurré.
Vi desde el rabillo del ojo como Thomas esbozaba una sonrisa satisfecho con lo que acababa de escuchar.
-Yo siempre he pensado que existe- sus ojos brillaban de una forma especial- solo hay que ver a mis padres juntos para saber que eso existe.
Me quedé en silencio esta vez volviendo a clavar la mirada en el cielo.
-Pero también pienso que eso no tiene todo el mundo la suerte de experimentarlo- terminó de decir.
Thomas se tumbó encimq de mi haciendome fijar la mirada en él mientras sujetaba mis manos por encima de mi cabeza.
- Cuando te vi en el callejón del bar con esas flores ridiculas y esa actitud tan valiente me soprendí- puso los ojos en blanco esbozando una sonrisa- por una parte queria matarte por hacerme perder el control de la moto y provocarme aquel accidente, pero por otra parte queria tirarte las flores al suelo y besarte sin saber en realidad el porqué.
Sonreí desviando la vista hacia sus apetecibles labios.
-Pero..- sonrió sabiendo de sobra que deseaba besarle- ¿como me encontraste?
Soltë una carcajada recordando aquello.
-Fue Megan- me reí- ella hizo de detective para llevarme directa a ti.
Thomas puso todo su peso encima de mi y acercó sus labios al lobulo de mi oreja provocandome verdaderos escalofrios.
-Dile a Megan cuando la veas lo agradecido que estoy de que hiciera de detective..-susurró paseando su mano libre por una de mis piernas desnudas- dile que gracias a ella tengo eso que solo veía en mis padres.
Pero antes de continuar con aquel momento intimo mi movil comenzó a sonar sobresaltandonos. Sin perder tiempo lo saqué del bolsillo de mi falda y descolgué sintiendome algo decepcionada. ¿No podían haber llamado en otro momento?
-¡Es tu padre!- gritó Megan al otro lado de la linea- ¡Creo que le ha dado un infarto!
Abrí los ojos como platos apartando a Thomas de encima mientras me ponía de pie.
-Tienes que volver Ada, ya me ha dicho Linda lo que has hecho y no hace falta que te diga que las cosas no se hacen asi- su respiración parecía agitada y algo excitada, algo que me extrañó- vuelve antes de que tu padre empeore por tus decidiones.
Mis ojos se llenaron de lagrimas y sin poder seguir escuchando colgué la llamada.
-Vamos en mi moto- dijo Thomas comenzanzando a andar.
Era evidente que habia escuvhado toda la conversación, pero...¿No empeoraria las cosas que viniera conmigo?
Agitando la cabeza en aquel momento corrí detrás de él temerosa de que mi padre empeorara antes de que yo pudiera llegar a casa.
Thomas llegando a la moto al fin me extendió el casco mientras que Jakey en un abrir y cerrar de ojos ya estabamos alejados de aquella cabaña mientras él esquibaba los coches aumentando la velocidad que solo hizo que me aferrara asustada aún más a él.
Sabía que mi padre adoraba a Liam y que su mayor deseo era verme casada con él, no por el simple hecho de que podia rescatarnos de nuestro evidente fracaso economico, sino que habia visto en él un reflejo de si mismo en la juventud.
¿Como iba a luchar yo contra aquello?
Cerré los ojos asustada por el simple hecho de perder a mi padre por mi idootez. Queria estar con Thomas, lo deseaba por encima de todas las cosas, pero jamás iba a permitirme hacer daño a mi padre por mi felicidad.
Abrí los ojos al sentir como Thomas frenaba fruscamente y sin perder tiempo bajé de la moto corriendo hacia mi casa donde una ambulancia en la entrada me alarmó.
Sin importarme escuchar los pasos de Thomas detrás de mi entré por la puerta que ya se encontraba abierta y corrí en el interior de la casa hacia el despacho de mi padre.
-¡Papá!-grité abriendo la puerta y frunciendo el ceño al encontrarle ojeando unos papeles de encima de su escritorio.
Él levantó la vista mirandome por debajo de sus gafas por algo de decepción que me caló el alma.
-Pensé que no ibas a venir..-dijo casi en un susurro.
-Pensé que estabas mal- dije entrando en el despacho.
Él se puso de pie y cuando estuve suficientemente cerca, me abofeteó con todas sus fuerzas haciendome retroceder dos pasos hacia atrás.
-¡Ada!- gritó Thomas entrando por la puerta.
Mi padre dejó de clavar su mirada llena de furia en mi y entonces mientras mis ojos se nublaban a causa de las lagrimas vi como presionaba el botón rojo de debajo de su escritorio, al mismo tiempo que Liam propinaba un empujón a Thomas por detrás para hacerle entrar en el despacho.
-Papá te juro que puedo..
-¿Qué vas a explicarle?- preguntó Liam cerrando las puertas- ¿Qué te has convertido en una cualquiera?
Thomas lanzó el casco de la moto al suelo dispuesto a encararse con él, pero las palabbras de mi padre le hicieron frenar de golpe.
-Acabo de avisar a la policia y cuando vean las camaras de seguridad no creo que quieras que vean como le pones una mano encima a mi  yerno.
-¡No!- grité tragandome las lagrimas para no darle ese placer a Liam.
-¿Y de qué se me va a acusar?- preguntó Thomas dando un paso hacia mi padre- si revisan las camaras de seguridad verán que entre con su hija.
Liam soltó una carcajada sonora.
-También están las veces en las que saltaste el muro de la mansión para escalar hasta la habitación de mi prometida- Liam le dio una patada al casco de la moto sin borrar la sonrisa de su rostro- por que quiero que se te quede muy bien grabado, es mi prometida y solo mia.
-Me has decepcionado- habló esta vez mi padre quitandose las gafas con gesto cansado- pensé que te tu madre y yo te habiamos educado con valores..
-Su hija tiene valores- le interrumpió Thomas apoyando sus manos en la mesa- más de los que podria tener usted si la obliga a casarse con ese individuo.
Se oyeron las sirenas de la policia y mi panico se intensificó.
-Dime Ada- mi padre dejó de mirar a Thomas con desprecio para fijar su mirada solo en mi- ¿Has llegado a hacer algo de lo que me avergonzaria?
-No me lo puedo creer..-susurró Thomas llevandose una mano al pelo- ¡Estamos en el siglo XXI!
-No- me apresuré a mentir dando un paso aún atemorizada hacia mi padre.
-¡ALFRED!- Liam gritó furioso llamandl la atención de todos.
En ese momento la puerta se abrió dando paso a Aldred que con su mirada clavada en la mia comenzó a caminar hacia mi.
-No, no no- caminé hacia atrás desviando la vista hacia Thomas.
-Necesito hablar contigo a solas- mi padre apoyó las manos en su escritorio y clavó la mirada en Thomas mientras Alfred me arrastraba fuera del despacho- de hombre a hombre.
-¡Aldred no, poefavor!- sollocé cuando me cogió con fuerza sacandome al fin del despqcho y arrastrandome por el pasillo mientras yo intentaba agarrarme a cualquier objeto para hacerle frenar.
-Lo siento señorita Brown, pero sabe que no puedo llevarle la contraria a su padre- sin soltarme subimos las escaleras hacia mi habitación donde nada más llegar me dejó en el suelo impidiendome el paso.
-Alfred te lo suplico- sollocé dejandome caer de rodillas ante él- porfavor dejame volver al despacho.
Lloré desconsoladamente mientras Alfred me obligaba a ponerme de pie algo avergonzado con la situación.
-Pronto acabará todo señorita Brown- me sujetó con fuerza de los brazos para no dejarme caer de nuevo- ya lo verá.
Solo me quedaba esperar, esperar a sabee que era lo que mi padre iba a hablar con Thomas.
Así que simplemente me dejé caer en los brazos de Alfred y lloré más que nunca en mi vida.

LA FINA LÍNEA QUE NOS SEPARADonde viven las historias. Descúbrelo ahora